Escuchar el piar de un pájaro, la brisa que sacude las ramas de los árboles, el crujir de tus pies en contacto con la tierra… Sonidos que constantemente nos pasan desapercibidos comienzan a ganar protagonismo cuando estamos alejados de bullicio y rodeados de naturaleza. ¿Te has adentrado alguna vez en el interior de una selva? En el Parque Rural de Anaga, en Tenerife, se encuentra uno de los bosques de laurisilva mejor conservados de España, declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco.
Esta selva, característica por su humedad, contiene una flora compuesta por laureles, líquenes y helechos que, en su conjunto, crea un paisaje de cuento. Algunos de los senderos más mágicos que puedes transitar para poder adentrarte y conocer este ambiente de fantasía en Tenerife son: el Sendero de Los Sentidos, el Bosque de Los Enigmas y la Reserva Natural Integral del Pijaral. Para acceder a este último, una de las mejores representaciones de laurisilva de Tenerife y contar con especies endémicas en peligro de extinción, es necesario reservar y adquirir una autorización.
Cualquiera de estos caminos se convertirá en una experiencia única en tu viaje que te permitirá conectar con los sonidos más puros de la naturaleza y desconectar del ajetreo de la civilización.
Tenerife es un destino que no solo se observa, sino que se siente, se experimenta en cada bocanada de aire cuando estamos junto a la costa. Sentir la brisa marina, advertir el indescriptible olor del océano y respirar. No hace falta más que inhalar para saber cuándo estamos cerca del mar. Es un olor inequívoco. Una experiencia que se graba en lo más profundo de los sentidos.
Imagina ahora adentrarte en las piscinas naturales de Tenerife. Estas piscinas o “charcos” son un fenómeno que ocurre en las islas de origen volcánico, en el que la lava, al entrar en contacto con el océano, se solidifica, creando recintos amurallados naturales que, al subir la marea, se inundan de agua y permiten que uno disfrute de un baño único.
Uno de los lugares donde podrás disfrutar de esta experiencia es el encantador municipio de Tacoronte, donde se encuentra uno de estos populares charcos, Mesa del Mar, una joya de la isla que seduce con su intenso color azul, sus aguas cristalinas y el imponente abrazo de la naturaleza que lo rodea.
Este plan, que te pondrá en contacto con la naturaleza, con el calor del sol como compañía y con la posibilidad de darte un refrescante chapuzón, será uno de tus imprescindibles que hacer en tu visita a la isla.
Además, tendrás la oportunidad de observar los astros en lo más alto del volcán del Teide. La noche será tu aliada si quieres vivir esta increíble experiencia desde la cima más alta de España, y también la ropa abrigada, ya que las temperaturas disminuyen y esta bajada se acentúa aún más si vamos de noche.
Admirar el firmamento desde las cumbres tinerfeñas es una de las experiencias más bonitas y mágicas que puedes hacer en Tenerife. La observación del cielo nocturno te dejará una impresión imborrable que jamás has experimentado, ya que tanto el Teide como las cumbres de Tenerife han recibido el reconocimiento de la certificación Starlight, acreditándolos como lugares privilegiados internacionalmente para la observación de las estrellas.
Alejado de la contaminación lumínica de las ciudades, el cielo de Tenerife ofrece una claridad excepcional que convierte al destino en un lugar inmejorable para visitar, observar y admirar las estrellas y constelaciones.
LA TEXTURA DE UN VOLCÁN
El tacto se convierte en un puente entre lo visible y lo invisible en Tenerife. Cada textura, cada grano de arena conecta con la historia geológica de esta isla fascinante nacida del fuego y el mar.
¿Se puede sentir un volcán? Al caminar sobre la lava solidificada, somos conscientes de la rugosidad y aspereza de las rocas volcánicas, testigos silenciosos de antiguas erupciones que moldearon la tierra con su furia. Las manos exploran la superficie áspera y porosa de la lava, sintiendo su temperatura aún cálida bajo el sol del día.
En los paisajes lunares del Parque Nacional del Teide, el suelo se transforma en un tapiz de paisajes rocosos donde se descubre una textura más fina y polvorienta, como si se tratara de un lienzo esculpido por el viento y la erosión. En contraste, los campos de lava más antiguos han sido colonizados por la vegetación, creando un panorama de contrastes en el que la yuxtaposición entre la dureza de la lava y la delicadeza de la flora muestra la capacidad de la vida para encontrar un camino, incluso en los entornos más inhóspitos.
Cada experiencia en Tenerife es una invitación a conectar con tus sentidos, con la naturaleza y tus emociones. Una invitación a vivir momentos inolvidables. En tu visita a la isla, no solo verás la magia, sino que también la olerás, la oirás, la saborearás y la sentirás en toda su plenitud.
UNA ISLA PARA COMÉRSELA
Tenerife siempre deja buen sabor de boca; se te queda grabado en el paladar y querrás repetir y experimentarlo de nuevo. Su gastronomía despierta los sentidos y deleita los paladares más exigentes. Entre tradición y vanguardia, con raíces canarias en cada aroma e innovación en las propuestas de cada chef que es parte de la gastronomía de la isla. En Tenerife la cocina es parte integral de la cultura local y una seña de identidad muy importante, ofreciendo una diversidad culinaria que muestra la conexión entre Europa, África y América, influenciada por el Atlántico. La gastronomía de la isla ha destacado en el panorama internacional poniendo en valor los múltiples productos locales y de temporada, enmarcados por el clima, la biodiversidad, la orografía y el patrimonio que merecen ser visitados.
Esta isla ofrece una fusión única de sabores, influenciada por su rica historia, su diversidad cultural y su abundancia de productos locales. En tu viaje podrás explorar los aromas, sabores y tradiciones que hacen de este destino imprescindible para los amantes de la buena cocina.
¿Y los vinos? Una sorpresa más. El suelo volcánico en el que crecen las viñas y los alisios que las zarandean durante todo el año los hacen únicos en el mundo.
En los rincones de la despensa tinerfeña, un abanico de colores se despliega como un lienzo de la naturaleza. Las infinitas frutas, con sus formas y matices, se entrelazan en una danza de sabores y aromas. El plátano, de piel dorada y pulpa dulce, comparte espacio con el aguacate, su verde intenso ocultando un tesoro cremoso. La papaya, con su carne anaranjada y jugosa, es como un sol maduro que ilumina la estancia.
Pero no solo de frutas vive esta despensa. La naturaleza también se manifiesta en los pescados frescos que reposan sobre hielo. La sama, con sus escamas plateadas, el cherne, la vieja con su piel rugosa y el atún son parte de la mesa. La miel, líquido dorado que guarda secretos de las flores, cuenta con más de una decena de variedades, y los quesos, de cabra y oveja, reflejan en sus aromas las texturas que se entrelazan como las ramas de un viejo almendro. También son protagonistas los productos cárnicos, con el conejo, la cabra y el cochino negro, todos ellos con sus Denominaciones de Origen y sus Indicaciones de Origen Protegido: son guardianes de tradiciones ancestrales.
Cuando estos tesoros culinarios se reúnen en la cocina, las carnes se aderezan con mojo, nuestra salsa mágica que despierta los sentidos. Los potajes y pucheros, como antiguos conjuros, se cocinan a fuego lento. Las Papas Antiguas de Canarias, arrugadas y llenas de sabor, se sirven con un toque de sal marina. Y el gofio, ese polvo de cereales tostados, es el alma de la isla. Maíz, cebada, trigo guardan la memoria de los campos y los molinos.
Para los amantes de la alta cocina, en la isla se destacan siete templos gastronómicos galardonados con estrellas Michelin y reconocidos mundialmente: M.B en el Hotel The Ritz-Carlton-Abama, El Rincón de Juan Carlos, San-Ho, Kabuki, NUB, Haydée y Taste 1973.