En la pequeña ciudad de Wymore, Nebraska, un nuevo autobús escolar ha causado revuelo. No es uno común; es eléctrico y y además les salió gratis, gracias a una subvención federal. Pero este vehículo no solo representa una solución práctica para el distrito escolar, sino que también simboliza los desafíos y temores que enfrentan las personas ante las nuevas tecnologías.
El antiguo autobús era utilizado solo para llevar al equipo de fútbol al campo de práctica a pocas cuadras de distancia. Estaba tan destartalado que necesitaba ser reemplazado. Y de eso estaba clara la junta escolar, pero no se contaba con los recursos necesarios para sustituir al más antiguo de su flota de siete, un monstruo amarillo de 1999 que había visto días mejores.
El superintendente Christopher Prososki aunque no era experto en el campo del transporte, se enteró de la Beca de Autobuses Escolares Limpios y la Beca EnergyWise, y se sintió intrigado. Las subvenciones cubrirían la mayor parte del costo total, incluido el autobús en sí y las estaciones de carga. Si Southern recibía ambos, el distrito se quedaría con una responsabilidad mínima de gasto.
Prososki ya estaba acostumbrado a compensar su pequeño presupuesto con subvenciones para financiar todo, desde equipos de pesas hasta un programa para enseñar soldadura. Cambió la iluminación de los dos edificios escolares del distrito por bombillas LED y acondicionó las ventanas para climatizar, lo que significó un ahorro de miles de dólares en facturas de energía. Su método para hacer las cosas: «Ahogar la negatividad».
El nuevo autobús
Un nuevo autobús propulsado por diésel iba a costar unos 120.000 dólares. Por eso, cuando supo por un concesionario que Wymore, como distrito rural de bajos ingresos, podía reunir los requisitos para recibir gratis un autobús de energía alternativa no lo pensó mucho. A través de la Agencia de Protección Ambiental, las escuelas pueden solicitar subvenciones para reemplazar los autobuses diésel más antiguos por otros que funcionen con propano, gas natural o electricidad, pero deben prometer que destruirán el viejo motor. Por eso cuando lo propuso al distrito escolar no fue necesario una votación porque no se iba a gastar dinero.
El nuevo vehículo resultó ser más grande y silencioso, y dejaba en el pasado el diésel. Conducir el eléctrico Blue Bird BBCV 3310 por primera vez fue una experiencia reveladora pa Gavin Nielson, profesor de música instrumental en las Escuelas Públicas del Sur. Nielson giró la llave para encender tan ingeniosa innovación y se sorprendió al descubrir que no hizo un sonido.
Es sigiloso silencioso, incluso rodando por la carretera, solo emite un bajo ruido de zumbido, para que los niños sepan que está llegando. Los niños que lo abordaron por primera vez describieron su sonido como el de un OVNI de los de producciones cinematográficas y televisivas, y el conductor dijo que el zumbido le recordaba al auto volador de Los Supersónicos. Es tan tranquilo que los estudiantes, acostumbrados al rugido de las viejas maquinas de diésel, muchas veces no sentían cuando el autobús llegaba a buscarlos.
El futuro incierto
Para los habitantes de Wymore, este autobús eléctrico va más allá de la comodidad escolar. Representa el comienzo un futuro incierto, dominado por molinos de viento, energía solar y autos eléctricos. Algunos temen que esta transformación afecte su forma de vida tradicional.
John Watts, dueño de un desguace de autos clásicos, advierte: “Lucharemos contra esto con uñas y dientes”. Para él, un futuro completamente eléctrico podría amenazar su negocio. La subvención para los autobuses eléctricos requería la destrucción del viejo motor del autobús, por lo que Watts ni siquiera podía ganar dinero con eso. En lugar de eso, el viejo autobús tuvo que ser llevado a un desguace especial, a 160 kilómetros de distancia, que podría perforar un agujero en el bloque del motor para asegurarse de que nunca más pudiera ser utilizado.
David Zimmerman, un granjero familiar, de la sexta generación, y presidente del consejo escolar, está muy familiarizado con las complejidades de un negocio cambiante. Sigue de cerca las últimas técnicas agrícolas, por lo que ya había estado leyendo sobre energía alternativa y la electrificación de equipos agrícolas.
Para él, los vehículos agrícolas, como tractores y cosechadoras, no están diseñados para la velocidad; algunos se conducen a menos de 10 millas por hora. Como la mayoría de los agricultores, cuando termina el trabajo del día, deja las máquinas gigantes estacionadas en el campo y, en cambio, se dirige a casa a cenar en su camioneta. La idea de conducir lentamente un tractor eléctrico a casa, todas las noches, para recargarlo, le parece a Zimmerman descabellada.
Rechazo a lo nuevo
Cuando era miembro de la junta de planificación del condado, Zimmerman había votado en contra de construir un parque eólico cerca de Wymore. A menudo piensa en un amigo que transporta palas de turbinas por todo el país en un enorme camión que quema combustibles fósiles y se pregunta qué pasará con todas esas turbinas cuando inevitablemente se desgasten. “¿Cuál es nuestra huella de carbono solo por poner en marcha todo esto?”, dijo. Asegura que nada más se está corriendo la arruga para más adelante. Que se van a gastar billones de dólares en mejorar nuestro mundo, pero ¿realmente lo estamos mejorando?”.
Por su parte, el subdirector de bomberos y alcalde, Collin Meints, piensa en los peores escenarios de extinción de incendios, con un autobús eléctrico lleno de niños. Había oído que los siniestros con baterías de litio son difíciles de apagar y se pregunta si sería lo mismo con la batería de un autobús. Otra preocupación es la electricidad en sí. Si los rescatistas tuvieran que cortar el autobús para rescatar a alguien, ¿podrían electrocutarse? En lo que no se paró a pensar Meints fue en que Blue Bird, el fabricante de autobuses, marca las piezas de alto voltaje de color naranja brillante y ofrece formación gratuita sobre riesgos de descarga eléctrica, que dice que son bajos.
Por el contrario, Jim Zvolanek, otro miembro de la junta escolar en ese momento, dio la bienvenida al autobús. Aunque no se cree ecologista, tiene un Volkswagen ID.4, uno de los únicos vehículos eléctricos de la ciudad. Pero su inclinación por la el vehículo eléctrico fue por otro motivo: «Hemos llegado a un punto en el que las energías renovables son incluso más baratas que otras formas de energía».
Un debut con contratiempo, pero un paso adelante
Antes de comenzar a operar, el nuevo autobús tuvo que estar durante tres meses en reparación, pues cuando lo entregaron no quiso encender. Sin embargo, mientras el distrito esperaba, llegó el invierno y una ola de frío dejó a los autobuses diésel que estaban estacionados afuera de la escuela toda la noche con dificultades para arrancar. Y Zimmerman pensó de nuevo en el autobús eléctrico. Aunque no sabía a ciencias ciertas como se comportaría la batería de estos vehículos con el clima frío. Se suponía que el autobús eléctrico recorrería 120 millas por carga, pero ¿cómo afectarían eso los inviernos de Nebraska?
El nuevo autobús finalmente hizo su debut. Los funcionarios escolares ya habían acordado una forma de disipar las preocupaciones de todos. No pasaría de las afueras de la ciudad. Para mantener el autobús cargado, se requiere mucha logística y comunicación entre sus conductores. Incluso con una batería completa, el autobús solo puede recorrer un máximo de 120 millas antes de que se quede sin energía. Si la calefacción está funcionando, ese número disminuye. La ruta del autobús se encuentra actualmente en tejidos a través de Wymore y la vecina Big Springs y cubre aproximadamente 14 millas. Eso es 28 en un día.
Ya el año escolar terminó y el autobús demostró su valía. Ahora el Blue Bird eléctrico está estacionado detrás del gimnasio del instituto, al lado de los autobuses diésel, en primera fila. Este vehículo simboliza no solo la llegada de la sostenibilidad y un tipo de energía más limpia, sino también la necesidad de adaptarse a los cambios y explorar nuevas soluciones.