Para ser feliz o conseguir cualquier propósito hay que superar muchos miedos e inseguridades, muchas barreras en el camino. En el caso de Carmen García Roger, un cargo directivo del sector público (subdirectora general en el Ministerio de Hacienda) que destaca como mujer de éxito en el sector STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics) ella supera cada día su propio contexto de adversidad: padece de dolor crónico desde los siete años por una enfermedad degenerativa. Aun habiendo pasado por quirófano más de una decena de veces para reconstruirle tobillos y pies entre otras operaciones, ha renunciado a la autocompasión para apuntarse a una vida de crecimiento y aprendizaje continuos.
«Soy una persona creativa –explica– a la que le encanta trabajar en transformación digital que implica innovación y trabajo en equipo. Mis principales motivaciones son lograr nuevas habilidades y pensar ‘fuera de la caja’ para mejorar la vida de otras personas. Ser resistente para superar circunstancias difíciles es una de mis principales habilidades. Me gustaría que la gente me recordara como una buena persona que aportó valor en la vida de los demás y en la sociedad para hacerla resiliente, innovadora y amante de la diversidad».
Carmen García Roger (Valencia, 1975) es licenciada en Ciencias Matemáticas por la Universidad Complutense de Madrid, en la especialidad de Astronomía, Mecánica Celeste y Geodesia. Accedió por oposición al Cuerpo Superior de Sistemas y Tecnologías de la Administración de la Seguridad Social ingresando con el número 1. Posee el Executive Master en Gestión Pública por el IE Business School, y participó en la Universidad de Harvard en el Creating Public Value. Aunque su formación académica es eminentemente técnica, siempre ha sentido una gran inclinación por la Filosofía y Literatura, tanto española como inglesa.
Compagina su actividad como escritora con su empleo profesional como funcionaria directiva de las tecnologías de la información y las comunicaciones en el sector público. Ejerce como subdirectora en el Ministerio de Hacienda, y es especialista en innovación y transformación digital. Fue seleccionada entre 22956 aspirantes por la Agencia Espacial Europea para formarse como posible astronauta con discapacidad y cumplir uno de sus grandes sueños: viajar al espacio.
En 2018 publicó el ensayo Fuerte, que se entere el mundo: Cómo vivir con dolor crónico… ¡y vivir feliz! y, en 2021, la novela Yo deseo, yo olvido. Acaba de publicar Astronauta, ¿y por qué no? Persigue tus sueños y supera las adversidades con el método ROGER. ¡Ganarás seguro! (Amat Editorial, 2024). Además de escritora, es coach transformacional (ICF) y conferenciante.
Usted tenía su vida resuelta. ¿Qué le llevó a la Agencia Espacial Europea para aspirar a un puesto de astronauta?
Desde niña, soñé con ser astronauta. Me licencié en matemáticas, y me especialicé en astronomía, mecánica celeste y geodesia, con la esperanza de alcanzar algún día las estrellas. La oportunidad de ser astronauta en la Agencia Espacial Europea es extremadamente exclusiva; la última convocatoria antes de 2021 fue en 2008, y entonces no se admitía ningún tipo de discapacidad.
Ya en 2021 una amiga cercana, exdiputada y vinculada al sector espacial, me informó que la ESA iba a publicar una oposición para astronauta con discapacidad (Parastronauth Feasibility Project). En ese momento ya tenía una carrera consolidada, bien remunerada y con una gran reputación. Además, mi salud era delicada y estaba cerca de la edad límite. Sin embargo, mi pasión por la exploración y el conocimiento siempre estuvo presente.
La innovación y mejorar la vida de las personas son aspectos que seguían motivándome, y el contribuir a experimentos científicos como astronauta potenciaba esa posibilidad al tiempo que la combinaba con mi afán por perseguir el universo y el significado de la humanidad en ese infinito.Durante mi carrera he fomentado las vocaciones STEM, y el proyecto de astronautas y parastronautas de la ESA que era y es una gran iniciativa para impulsar estos talentos. Al final, esta iniciativa ha sido una extensión natural de mi curiosidad insaciable por el aprendizaje y la exploración.
La curiosidad es el motor de mi desarrollo personal y profesional. La búsqueda constante de la excelencia, la exploración de alternativas y oportunidades es una forma de vida que puede caracterizarme. Perseguir el universo, entender nuestro lugar en él, y mejorar la vida de las personas y la sociedad en la Tierra son objetivos que me impulsan.
La oportunidad de contribuir al avance del conocimiento humano y de inspirar a futuras generaciones fue lo que me llevó a la Agencia Espacial Europea. La curiosidad y la pasión por la exploración me han guiado en cada paso de mi carrera, y no podía dejar pasar esta oportunidad.
Comenzó a perseguir sus sueños el día en que se dio cuenta de que su adversidad podía ser más un estímulo para cambiar su vida que un obstáculo insalvable. ¿Cómo sucedió?
He pasado por diez cirugías reconstructivas en los pies y tobillos, y una neurocirugía en el cuello. Mi camino comenzó en la infancia, cuando caminaba de puntillas. Mis padres, preocupados por mi bienestar, me llevaron al mejor médico disponible, quien recomendó una cirugía urgente. Fui operada a los siete años de ambos pies simultáneamente, lo cual desencadenó todas las patologías y operaciones posteriores en mi vida adulta.
Entre los 23 y los 41 años, he pasado por periodos en silla de ruedas, usando muletas y bastón, lo cual es muy desafiante para una persona joven. Sin embargo, mi personalidad fue una ventaja crucial. Decidí que no permitiría que mis limitaciones físicas determinaran mi destino. En lugar de enfocarme en mis restricciones, me concentré en mis fortalezas: mi mente, mi capacidad de estudio y análisis.
Así pues, me propuse aprobar oposiciones de alto nivel, y con voluntad, disciplina y determinación lo logré, y ello mientras superaba un postoperatorio tras otro. Me enorgullece decir que además obtuve el número uno en ambas.
Siempre he buscado relaciones y conexiones que me aportaran valor, que construyeran y enriquecieran mi vida. Mi discapacidad me ha enseñado a ser una persona más compasiva, tolerante y curiosa. Aprender, escuchar, crecer, avanzar. El crecimiento como forma de vida nunca acaba.
Comprendí que mi adversidad no era un obstáculo insuperable, sino un catalizador para transformar mi vida. Me ayudó a entender que las verdaderas limitaciones residen en nuestra mente, y que, con determinación y resiliencia, podemos superar cualquier desafío. Esta mentalidad no solo me impulsó en mi carrera, sino que también me llevó a perseguir el sueño de ser astronauta, demostrando que nuestras limitaciones físicas no definen nuestras posibilidades.
¿Qué significado tiene el dolor? ¿Qué diferencia un dolor puntual del dolor crónico? ¿Se puede vivir con dolor?
El dolor es una experiencia universal a la que todos nos enfrentamos en algún momento. En mi libro Fuerte que se entere el mundo, cómo vivir con dolor crónico y vivir feliz profundizo en el significado del dolor y cómo podemos aprender a convivir con él sin que nos impida vivir una vida plena y satisfactoria.
El dolor puntual es una respuesta aguda y temporal del cuerpo a una lesión o enfermedad. Actúa como una señal de alarma, indicándonos que algo no está bien y necesita atención inmediata. Este tipo de dolor, aunque intenso, suele desaparecer una vez que la causa subyacente ha sido tratada o ha sanado.
Por otro lado, el dolor crónico es persistente y dura mucho más allá del tiempo esperado de recuperación. Es una condición que puede perdurar meses, años, o incluso toda la vida, y nuestra calidad de vida puede verse afectada significativamente. Este dolor no solo nos impacta físicamente, sino que también puede tener profundas repercusiones emocionales y psicológicas, generando sentimientos de frustración, desesperanza y ansiedad. De hecho, el dolor crónico no es una experiencia únicamente física, sino también tiene una dimensión emocional y social.
Vivir con dolor crónico es un desafío constante, pero es posible llevar una vida plena adoptando una actitud de mejora continua tanto física como psicológica. En mi propia experiencia, he aprendido que la clave está en no rendirse. Aceptar la realidad del dolor, pero no permitir que defina nuestra existencia, es fundamental.
En este camino, la búsqueda de la mejora continua es esencial. Desde el punto de vista físico, es importante explorar y adoptar estrategias de manejo del dolor, como la fisioterapia especializada, el ejercicio terapéutico, la nutrición adecuada y las técnicas de relajación. La meditación y la terapia cognitivo-conductual también pueden ser herramientas poderosas para gestionar el dolor y mejorar nuestra calidad de vida.
Desde una perspectiva psicológica, desarrollar una mentalidad resiliente y positiva es crucial. Buscar respaldo en familiares, amigos y grupos de apoyo puede brindar el sustento emocional necesario. Además, establecer metas y encontrar propósito en actividades que nos apasionen puede ser muy reconfortante. La mejora continua en este aspecto implica también trabajar constantemente en nuestra salud mental, utilizando técnicas de mindfulness y auto reflexión para poder volver a nuestro centro caso de que tengamos pensamientos o emociones perturbadoras.
El dolor puede enseñarnos lecciones valiosas sobre nuestra fortaleza y capacidad de adaptación. Nos desafía a encontrar nuevas formas de disfrutar de la vida y a apreciar los momentos de alivio y felicidad con mayor intensidad. En lugar de ver el dolor como un enemigo, podemos verlo como un maestro que nos empuja a crecer, a mejorar continuamente y a encontrar sentido y propósito más allá de nuestras limitaciones físicas. Sí, se puede vivir con dolor.
La clave está en no dejar que el dolor gobierne nuestra vida, sino en aprender a convivir con él, buscando siempre mejorar y aprovechar cada día al máximo, encontrando nuevas maneras de ser felices y realizados a pesar de las adversidades que nos presente la vida. ¿Qué diferencia el dolor del sufrimiento? La diferencia entre dolor y sufrimiento es un tema fundamental que abordo en mi libro Astronauta, ¿y por qué no? Persigue tus sueños y supera las adversidades con el método ROGER. ¡Ganarás seguro!
En este contexto, es esencial entender que el dolor es una señal física del cuerpo que nos indica que algo no está funcionando correctamente. Es una experiencia concreta, a menudo localizada y, en muchos casos, tratable. El dolor puede surgir por una lesión, una enfermedad o cualquier desajuste en el cuerpo y tiene la función de alertarnos para que tomemos medidas para resolver el problema. Por otro lado, el sufrimiento es una experiencia más compleja y profunda que va más allá del dolor físico.
El sufrimiento está intrínsecamente ligado a nuestra percepción emocional y mental del dolor. Es la interpretación que nuestra mente hace de ese dolor y cómo esta interpretación afecta nuestra calidad de vida y bienestar emocional. El sufrimiento puede amplificar la sensación de dolor, y en muchos casos, es el resultado de pensamientos y emociones negativas persistentes.
Una clave esencial para manejar tanto el dolor como el sufrimiento es la actitud con la que enfrentamos nuestras experiencias. En mi método ROGER, hago énfasis en la importancia de la resiliencia, la curiosidad y la adaptación como herramientas para superar las adversidades.
Aprender a gestionar nuestros pensamientos y emociones, cuestionar los pensamientos negativos y enfocar nuestra energía en lo que podemos controlar son pasos cruciales para reducir el sufrimiento y mejorar nuestra calidad de vida, incluso cuando el dolor físico no puede ser completamente eliminado.
Mientras que el dolor es a veces inevitable y parte de la experiencia humana, el sufrimiento puede ser mitigado y manejado a través de una mente que cuestiona los pensamientos, la búsqueda de crecimiento personal y el apoyo de nuestra comunidad y seres queridos. Es fundamental no solo tratar el dolor físico, sino también abordar el sufrimiento emocional para vivir una vida plena y significativa.
¿La voluntad puede doblegar cualquier adversidad y proporcionar nuevas habilidades?
La voluntad se ve como una fortaleza y un poder unificador que conecta nuestras acciones y decisiones. Comprender al ser humano, su esencia y el propósito de nuestra existencia requiere una interpretación profunda de la voluntad y su relación con la inteligencia. El neurólogo y psiquiatra Viktor Frankl, autor de El hombre en busca de sentido, que narra su experiencia en los campos de concentración en la Segunda Guerra Mundial, aborda este «para qué».
Encontré en sus ideas un reflejo de mi propio pensar y actuar cuando pongo en marcha mi voluntad. Para Frankl, la diferencia entre quienes siguen viviendo, luchando y superando adversidades y quienes se rinden radica en el factor de la decisión, en la libertad de elección. Somos seres con un potencial innato para la resiliencia, pero ¿tenemos opciones frente a los obstáculos? Siempre estaremos desorientados y paralizados por el miedo si actuamos sin un propósito claro, sin motivación y sin un «para qué».
La voluntad nos permite decidir y por tanto consume energía. Pero una vez lo hemos hecho tenemos la capacidad de adquirir nuevas habilidades. ¿Cómo? Mediante el aprendizaje y la repetición, el trabajo y la disciplina que nos permitirán desarrollar hábitos que nos acerquen hacia nuestros objetivos gratificantes. Cuando el hábito está integrado ya no consume tanta energía; es más, es algo que nos pide el cuerpo.
«La humildad es la cualidad de los valientes. Nos permite aceptar nuestras limitaciones y nos abre a la posibilidad de pedir y recibir ayuda. Reconocer que no podemos hacerlo todo solos es un acto de valentía que nos conecta con los demás y nos dota de la resiliencia necesaria para enfrentar el dolor. La humildad nos enseña a ser pacientes con nosotros mismos y con el proceso, a entender que cada pequeño paso cuenta y que no estamos solos en nuestra lucha”.
¿Por qué tendemos hacia la autocompasión y por qué es preciso combatirla?
Los pensamientos castigadores y las etiquetas pueden ser nuestro peor enemigo si nos los creemos. Podemos incluso pelearnos con otras personas para defender etiquetas que nos lastran y que definen una identidad que en verdad podríamos cuestionar. ¿Por qué es importante remarcar esto? Porque estas etiquetas arrastran un significado, generan un sentimiento concreto y, por tanto, actuamos o tenemos una conducta como consecuencia.
El pensamiento «Soy mayor» en aquel momento, significó para mí que no podría hacer las mismas cosas que los demás y que mis posibilidades eran escasas, por mucho que me esforzara, y me provocó tristeza. Los sentimientos perturbadores, si no los gestionamos, pueden desembocar en conductas tóxicas o punitivas con nosotros mismos.
Se trata de cuestionar nuestros pensamientos. ¿Dónde reside la dificultad? En que la mente va muy rápido y es tremendamente difícil hacerlo en el momento en que el pensamiento pasa por su pantalla. Además, la mente está hecha para la supervivencia, por lo que siempre va a buscar algo conocido que le permita recorrer patrones con la mínima energía. Está hecha para verificar lo que observa.
No obstante, si cuestionamos una y otra vez lo que pasa por la pantalla de nuestra mente podremos ver la realidad sin el pensamiento y notar en el cuerpo que la realidad es más amable de lo que la mente nos presenta.
Su experiencia la concretó en el denominado método ROGER. ¿De qué se trata?
Todos, sin importar profesión o situación económica, compartimos miedos, sueños e ilusiones. También todos disponemos de potencial y grandeza para aprender y crecer.
Basándome en mi experiencia real como aspirante a astronauta con discapacidad durante el proceso de selección de la Agencia Espacial Europea (entre 2021 y 2022) y en los procesos internos y externos que debí superar en cada una de las pruebas de selección, diseñé el método ROGER, que es el que a su vez me permite vivir una vida plena y luchar por mis sueños. Para ello también analicé referentes de grandes buscadores de la excelencia como deportistas de élite, chefs internacionales o magníficos científicos
El método ROGER consiste en cinco actitudes: sé «resiliente», mantén tus «objetivos» firmes, agrega un toque extra de «ganas», fortalécete y «empodérate», y sé siempre «realista». Con este método he afrontado los obstáculos que la vida me ha puesto delante (como mi dolor crónico y limitaciones físicas) o los constantes retos que yo misma me marco para cumplir mis sueños (como ser astronauta y, para ello, haberme enfrentado a un más que exigente proceso de selección).
¿Es posible empoderarse sin ser realista, sin conocer las propias limitaciones?
El método no es una composición de fases, sino que te permite aterrizar en el componente que te ayude en cada momento. Es flexible y centrado en la persona. El famoso empoderamiento consiste en ser capaz de volver a uno mismo cuando ponemos mi poder en el otro: porque queremos algo del otro que no nos da, porque el otro debería hacer alguna cosa que no hace, porque necesitamos algo de la vida que no tenemos, etc. Al fin y al acabo perdemos nuestro poder cuando nos peleamos con la realidad. Así pues, el empoderamiento tiene mucho que ver con la realidad.
¿Cómo aprender a ser resiliente?
En mi libro Astronauta, ¿y por qué no? Persigue tus sueños y supera las adversidades con el método ROGER. ¡Ganarás seguro! profundizo en el concepto de resiliencia, (primera R del método ROGER).
La resiliencia, desde mi experiencia y mi profunda escucha de Boris Cyrulnik, es la capacidad de adaptación a un agente externo, cuyos efectos no podía o no ha sabido prever, para recuperar su estado inicial y/o desarrollar características y habilidades preexistentes y latentes en su potencial desde una visión de contexto no existente hasta el momento.
Podemos encontrar muchos referentes en el mundo del deporte hoy en día. Conocidos y desconocidos. Para mí es Rafa Nadal. Aun teniendo un nivel de autoexigencia muy alto, las expectativas externas no le generan más presión añadida, ya que cuando uno hace todo lo que puede no está obligado a más. ¿Qué se exige Rafa? Demostrar un buen comportamiento, esforzarse y no desistir. Rafa se deja ayudar e insiste en que su entorno de apoyo y el equipo son clave en su forma de vida. Más allá del resultado final, que puede ser negativo, el esfuerzo siempre vale la pena porque en el camino siempre se aprende. ¿Cuál es la visión de Rafa Nadal? Hacer todo lo que ha estado en su mano para lograr que las cosas salgan de la mejor manera posible; al conseguirlo, el resultado final deja de ser tan importante.
El dolor es obcecadamente omnipresente. ¿Hay que adaptarse a las circunstancias o rebelarse contra una realidad esquiva y tozuda o ambas cosas a la vez?
Lo que nos lleva a la eterna pregunta, ¿quién se adapta más, el entorno o yo? La respuesta es evidente: si quiero integrarme de forma óptima, llegar al máximo posible de oportunidades laborales, personales y de ocio, la que más se puede adaptar soy yo. Y así es como yo logro llegar más lejos, y creo que otras personas con alguna discapacidad funcionan de manera muy similar: desarrollan sus aptitudes por encima de lo esperado, teniendo in mente lo extraordinario, llevando nuestra capacidad de adaptación y actitud ante lo cambiante del entorno a un plano, no por encima de la media, porque no somos superiores a nadie, sino tremendamente camaleónico y transformista.
¿Cómo ayudan la humildad y la esperanza a sobrellevar el dolor?
La humildad y la esperanza son dos pilares fundamentales para sobrellevar el dolor crónico, y ambas juegan un papel crucial en mi método ROGER, como expongo en Astronauta, ¿y por qué no? Persigue tus sueños y lucha contra la adversidad con el método ROGER.
La humildad es la cualidad de los valientes. Nos permite aceptar nuestras limitaciones y nos abre a la posibilidad de pedir y recibir ayuda. Reconocer que no podemos hacerlo todo solos es un acto de valentía que nos conecta con los demás y nos dota de la resiliencia necesaria para enfrentar el dolor. La humildad nos enseña a ser pacientes con nosotros mismos y con el proceso, a entender que cada pequeño paso cuenta y que no estamos solos en nuestra lucha.
Por otro lado, la esperanza es el motor que nos impulsa a seguir adelante, incluso en los momentos más oscuros. La esperanza nos permite visualizar un futuro mejor y nos da la fuerza para trabajar hacia él. Mantener la esperanza viva es esencial para no caer en la desesperación y para seguir buscando maneras de mejorar nuestra situación. No obstante, la esperanza debe estar aterrizada y no ser solo una ilusión, no ser solo fruto del imaginario. La esperanza real, que nace de la formulación de nuestros sueños y la planificación de nuestros objetivos, alimenta nuestro espíritu y nos ayuda a encontrar sentido y propósito, incluso en medio del sufrimiento.
La humildad y la esperanza nos enseñan que, aunque el dolor puede ser una constante en nuestras vidas, nuestra respuesta a él puede transformar nuestra experiencia y abrirnos a nuevas posibilidades y habilidades.
«El miedo siempre es una experiencia que habla del futuro por comparación con el pasado. Es, al fin y al cabo, la expresión de una emoción. Los obstáculos no son solo instancias en el camino que debemos vencer, también pueden ser una fuente de inspiración y, aún más, una herramienta para convertir las crisis en oportunidades y los reveses en escalones hacia el éxito. No nos limita lo que somos, sino lo que pensamos que no somos basado en el relato de nuestra mente”
¿Qué aportan la reflexión y el autoconocimiento a nuestro desarrollo personal?
La reflexión y el autoconocimiento son para mí una vida meditativa. El desarrollo personal nunca acaba. El objetivo es ser siempre capaz de volver a mi paz. La manera de acabar con el estrés ligado al sufrimiento emocional radica en analizar el pensamiento que se oculta tras él.
Yo he elegido la herramienta The Work pero cada uno puede elegir aquella que le encaje mejor. La indagación se realiza mediante cuatro preguntas y tres inversiones de pensamiento en una meditación que, sobre todo al principio, es conveniente que se realice con una ‘facilitadora’ o persona ya versada en la técnica.
The Work es el método con el que yo he trabajado y la práctica que realizo actualmente en mi vida. Nos enseña que es posible cuestionar un pensamiento que nos estresa porque nos apegamos rápidamente y nos causa sufrimiento. De hecho, la realidad es más amable de lo que nuestra mente nos presenta y la idea es que seamos capaces de ver esa realidad sin interpretaciones mediatizadas por nuestras heridas.
Al final del proceso, tenemos la oportunidad de experimentar lo opuesto de lo que hemos creído y de observar cómo el pensamiento va perdiendo el poder que tenía de causar dolor.
¿El ego es un amigo fiel, pero importuno, o un enemigo acérrimo?
La esencia del «ego», del «yo», es que controla o, más bien, que tiene un afán de control sobre sí mismo y los demás: sus pensamientos, reacciones y conductas. Tiene una imperiosa necesidad de creer que sus predicciones son ciertas y que de esa forma se anticipa y da sentido a un futuro siempre incierto. En resumen, el «yo» tiende a creer que todo lo puede.
¿Podemos decidir así? Permitamos que el ego sea un copiloto sentado al lado del conductor en la toma de decisiones, no más. No lo necesitamos tanto, solo sirve de motor, de impulso positivo para coger fuerza cuando nos enfrentamos a desafíos.
El miedo dispara la inseguridad y la duda nos paraliza. ¿De qué tenemos miedo?
El miedo siempre es una experiencia que habla del futuro por comparación con el pasado. Es, al fin y al cabo, la expresión de una emoción. Los obstáculos no son solo instancias en el camino que debemos vencer, también pueden ser una fuente de inspiración y, aún más, una herramienta para convertir las crisis en oportunidades y los reveses en escalones hacia el éxito.
No nos limita lo que somos, sino lo que pensamos que no somos basado en el relato de nuestra mente.
Ante un cambio que genera oportunidad, nos asalta el miedo ante lo desconocido porque el cerebro está diseñado para la supervivencia, por lo que recorrerá siempre los caminos que menos energía le requieran. Es decir, tenemos dos opciones que se diferencian en el gasto de energía y, por tanto, en el esfuerzo que nos suponen: una, el mecanismo de adaptación, que nos lleva hacia el crecimiento, a desarrollar el aprendizaje y que hace que la inteligencia y la creatividad se expandan; y otra, el mecanismo de reacción, que detona nuestro cerebro ante un peligro y que desencadena la huida, el ataque o el bloqueo.
¿La meta es el éxito en cualquier empresa? ¿En qué consiste ganar y perder?
El propósito es convertir el éxito en oportunidad, en evolución, en crecimiento y, a la postre, trasmutará en el camino a tu particular felicidad. Una cosa es el deseo que se gesta en la imaginación; otra es el sueño que está acompañado de una emoción que puede ser alegría, ilusión, pero también miedo, y después está el plan con sus objetivos aterrizados. El éxito tiene una connotación que involucra la mirada de otros: la familia, la pareja, los medios o la sociedad.
Si nos zambullimos en la necesidad de éxito, podemos perder poder, perder el empoderamiento porque el foco ya no estará en nuestro crecimiento personal, sino en lo que queremos que piensen los demás de nosotros. ¿Seguro que ganar o perder es relevante?
No tanto, porque las personas que buscan la mejora continua querrán seguir mejorando si pierden y también si ganan, tanto para mantenerse como para lograr algo nuevo. Lo importante es el camino. Más allá del resultado final, que puede ser negativo, el esfuerzo siempre vale la pena porque en el camino siempre se aprende y se abren ventanas de oportunidad.
Cuando nos obsesionamos con alcanzar una meta, ¿corremos el riesgo de perdernos los pequeños logros del camino?
El establecimiento de objetivos suele ser un proceso muy mental. No hay una reflexión, un aquietamiento en el que uno se pregunte ¿qué es lo que realmente yo quiero? La escucha y el equilibrio en cada momento son fundamentales.
Hay riesgo de vivir mucho desde la fantasía al plantearse sueños no alcanzables. Es evidente que astronautas hay unos pocos. El sueño de ser astronauta es extremo. Yo he podido permitirme luchar por ello, pero no es habitual. El camino de cada persona es diferente. ¿Es todo posible? No. La vida nos va llevando, pero no todo es destino; hay muchas cosas marcadas por uno mismo.
Somos individuos únicos que venimos a vivir cosas únicas diferentes al de aquel que tenemos al lado. Así pues, es fundamental el autoconocimiento para reconocer qué hemos venido a vivir cada uno.
El cerebro está educado para mirar desde la carencia. Así, puede darse la situación extrema de necesitar de objetivos para levantarse de la cama. No obstante, no podemos basar nuestra felicidad en alcanzar esas metas. Hay una danza entre poder estar en el presente y querer alcanzar esos objetivos.
Es saludable un equilibrio para no anclarse en ninguno de los extremos, esto es, en el conformismo total sin ambición, o en la incapacidad de disfrutar del presente por estar focalizado en el deseo y en la búsqueda de lo ansiado y no logrado. En resumen, el tip sería: objetivos como guías, no como salvavidas. Los objetivos deben servir como guías para nuestro crecimiento y desarrollo, no como salvavidas a los que nos aferramos para dar sentido a nuestra vida.
Es importante que seamos capaces de disfrutar de la vida sencilla, sin estar constantemente persiguiendo la ‘zanahoria’; ello significará que tenemos capacidad de disfrutar de nuestra singular buena y bella vida.
En ocasiones nos dejamos llevar por estereotipos y etiquetas. ¿La falta de espíritu crítico nos arroja en brazos de los prejuicios? ¿Por qué vivimos condicionados por el qué dirán?
El autoconocimiento es fundamental: no todos nuestros sueños y deseos son fruto de una verdadera necesidad interna. Es crucial distinguir entre lo que la sociedad espera de nosotros y lo que realmente resuena con nuestro ser interno.
En mi libro Astronauta, ¿y por qué no? Persigue tus sueños y lucha contra la adversidad con el método ROGER podrás ver cómo pasé por este proceso: hice un ejercicio de honestidad que me llevó a tener serenidad y determinación en mi candidatura al descubrir la esencia de mi finalidad, la verdadera razón de ser de mi objetivo de convertirme en astronauta: para que supusiera un beneficio para la humanidad y el universo.
Algo que no debería contaminarse con las expectativas ocultas y falsas esperanzas de obtener admiración de los demás, caso de que lo consiguiera, ni del anhelo de eso que llamamos ‘éxito’.
Ejemplifica los temas que aborda con referencias de su propia vida con personajes que son prototipos de la excelencia en distintos ámbitos, como el deporte, la ciencia, la comunicación o la cocina. Cuando la imagen que nos devuelve el espejo no nos gusta, ¿debemos mirarnos en estos modelos?
En mi libro Astronauta, ¿y por qué no? Persigue tus sueños y lucha contra la adversidad con el método ROGER exploro cómo las experiencias de personas excepcionales en distintos campos pueden inspirarnos y guiarnos en momentos de dificultad. A lo largo de mi vida, he encontrado en estos referentes modelos de superación y excelencia que me han motivado a seguir adelante a pesar de los desafíos.
En el ámbito del deporte, Rafael Nadal es un ejemplo sobresaliente. Su resiliencia y capacidad para superar lesiones y dificultades físicas son una fuente constante de inspiración. Nadal no solo destaca por su talento y logros, sino también por su mentalidad positiva y su disciplina inquebrantable. Cada vez que me enfrento a un reto profesional, una situación personal compleja, una cirugía o un tratamiento difícil, pienso en su perseverancia y encuentro fuerzas para continuar.
El chef Jordi Cruz ejemplifica la búsqueda constante de la excelencia. Su pasión por la cocina, combinada con una inquebrantable disciplina y creatividad, le llevó a convertirse en el chef más joven de España en obtener una estrella Michelin. Su historia nos enseña que el éxito radica en la perseverancia y el amor por lo que hacemos, y que siempre hay espacio para mejorar y aprender.
Personajes como Pedro Duque, que han dedicado su vida a la exploración espacial, también son referentes cruciales. Su enfoque en la innovación, el conocimiento y la colaboración demuestra que la curiosidad y la dedicación pueden llevarnos más allá de nuestros límites conocidos, abriendo nuevas fronteras y oportunidades para la humanidad
Cuando la imagen que nos devuelve el espejo no nos gusta, mirar a estos referentes puede ser extremadamente útil. Nos recuerdan que todos enfrentamos desafíos y que la excelencia no se trata de ser perfectos, sino de esforzarnos continuamente por mejorar y superar nuestras propias limitaciones. Nos enseñan que la clave está en la actitud con la que enfrentamos la vida y en la capacidad de encontrar propósito y significado en lo que hacemos.
Estos personajes, con sus historias de lucha y éxito, nos ofrecen un espejo en el que podemos ver reflejada la mejor versión de nosotros mismos. Nos muestran que, con humildad, esperanza y determinación podemos enfrentar cualquier adversidad y convertir nuestras dificultades en oportunidades para crecer y desarrollarnos. Estos referentes han sido faros que me han guiado en los momentos más oscuros recordándome siempre que la voluntad humana no tiene límites.
¿Cómo deben ser los héroes de hoy cuya pauta merece la pena seguir?
Los héroes de hoy deben ser faros de valores fundamentales que nos guíen y nos inspiren en nuestra vida diaria. Más allá de sus logros individuales, estos héroes deben encarnar valores como la resiliencia, la humildad, la empatía, la integridad y la pasión.
La resiliencia es esencial. Los héroes modernos deben ser capaces de enfrentar la adversidad y recuperarse de los contratiempos con una actitud positiva y constructiva. Rafa Nadal, por ejemplo, nos muestra que la resiliencia no solo es necesaria en el deporte, sino en todos los aspectos de la vida. Su capacidad para superar lesiones y seguir compitiendo es un testimonio de cómo podemos enfrentar nuestros propios desafíos con determinación.
La humildad es otro valor clave. Los verdaderos héroes reconocen que siempre hay algo nuevo que aprender y que el éxito no se logra en solitario. Personajes como Pedro Duque nos enseñan que, a pesar de sus impresionantes logros, siempre hay espacio para la colaboración y el aprendizaje. Su dedicación a la exploración espacial y su capacidad para trabajar en equipo nos recuerdan la importancia de mantenernos humildes y abiertos al conocimiento.
La integridad es la piedra angular de cualquier héroe digno de admiración. Mantenerse fiel a los propios principios y actuar con honestidad y ética en todas las situaciones es crucial. Los héroes deben ser ejemplos de integridad, demostrando que el verdadero éxito no solo se mide por los logros, sino por la forma en que esos logros se alcanzan. No podemos olvidar la empatía, fundamental en un mundo donde las conexiones humanas son más importantes que nunca. La empatía nos permite construir relaciones más fuertes y significativas, tanto en nuestra vida personal como profesional.
Por último, la pasión es el motor que impulsa a los héroes a seguir adelante. La pasión por lo que hacen les permite superar obstáculos y alcanzar metas extraordinarias. Jordi Cruz, con su pasión por la cocina y su dedicación a su equipo, nos muestra que el éxito también implica cuidar de los demás y entender sus necesidades y sentimientos. Este valor nos inspira a encontrar lo nos apasiona y a perseguirlo con todo nuestro corazón, sabiendo que la verdadera satisfacción proviene de hacer lo que amamos.
Cuando la imagen que nos devuelve el espejo no nos gusta, mirar a estos héroes puede ser una fuente de inspiración y motivación. Nos enseñan que, independientemente de nuestras circunstancias, podemos cultivar estos valores y aplicarlos en nuestra vida para convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos. Los héroes de hoy nos muestran que la grandeza no se define solo por los logros externos, sino por la calidad de nuestro carácter y la profundidad de nuestros valores.
Pasamos la vida esperando la gran oportunidad, el golpe de suerte, los cinco minutos de gloria. ¿Tiene algún sentido esa espera?
Esperar la gran oportunidad sin actuar puede ser un error, ya que a menudo estas oportunidades no llegan de manera fortuita. La verdadera clave está en prepararnos constantemente, en estar atentos y en saber reconocer y aprovechar las oportunidades cuando se presentan, aunque sean pequeñas o aparentemente insignificantes.
La espera pasiva puede llevarnos a la frustración y a una sensación de estancamiento. En cambio, adoptar una actitud proactiva, basada en la resiliencia, la perseverancia y la pasión, nos permite crear nuestras propias oportunidades. La voluntad y la acción diaria nos preparan para esos momentos decisivos, transformando lo ordinario en extraordinario.
Es fundamental tener una visión clara de nuestros objetivos y trabajar con determinación hacia ellos. Visualizar lo que deseamos y actuar con coherencia nos proporciona una perspectiva distinta, como si nos asomáramos a ventanas ocultas e indiscretas, descubriendo nuevas posibilidades y caminos que antes no habíamos considerado. La verdadera oportunidad radica en nuestra capacidad de adaptarnos, innovar y persistir.
Es mejor prescribir su libro que un analgésico. ¿Cuál es el secreto del bienestar y la felicidad?
Gracias, espero que así sea. Si la felicidad y la alegría son el lugar al que queremos llevar nuestra existencia, ROGER representa el método, la disciplina que debe modelar nuestra voluntad para conseguirlo. Nos ofrece un vehículo de alunizaje, un cohete propulsado por nuestros anhelos y nuestra voluntad que nos llevará a los espacios exteriores que imaginemos y ambicionemos. Eso es ROGER, un método que nos permite tomarnos en serio nuestros sueños, la vida, a nosotros mismos porque el secreto de la felicidad está en el camino.