Le dicen ‘divorcio gris’. Un concepto que define aquellas separaciones de parejas en edad intermedia. Cuando la relación supone de madurez, estabilidad en los asuntos del hogar, en el empleo y los hijos están grandes o ya han abandonado el nido. Sin embargo los números indican que la estabilidad, para muchos, no es tal. La tasa del llamado divorcio gris, entre personas mayores de 55 años, ha aumentado un 50% entre 1990 y 2010.
Cuando se cree que todo está encaminado y que los altibajos de las parejas han valido la pena, afloran las diferencias que tal vez se mantuvieron solapadas o conscientemente alargadas en el tiempo. Según los expertos, el deseo de vivir bien los años que le queden a uno u otro, suele ser un argumento de peso en esas separaciones. Más, cuando las expectativas de vida crecen en muchos países.
El divorcio plantea un cisma desalentador a cualquier edad. Pero para los adultos que se separan de sus parejas con décadas de convivencia afectiva-familiar, las complejidades emocionales pueden ser mayores.
Si bien el divorcio ha disminuido entre los adultos de entre 20 y 30 años, la tasa entre los adultos de 50 años se ha duplicado en diez años. En 1990, el 8,7% de los divorcios en EE UU ocurrieron entre adultos de 50 años o más. Para 2019, ese porcentaje había aumentado al 36 %, según estudio liderado por Susan L. Brown y publicado en The Journals of Gerontology.
Señalan investigadores y psicólogos participantes en el estudio que lo que está en juego puede presentar desafíos únicos. Los adultos que separan sus finanzas en la madurez pueden tener más activos involucrados. Si se casaron cuando eran jóvenes, sus vínculos sociales implican compromisos consolidados con sus amigos del vecindario, comunidad religiosa, deportiva o cultural.
En alza el divorcio gris: cifras, emociones, realidades
“Una de cada 10 personas que se divorcian hoy tiene 65 años o más. Eso es notable”, adicionó Brown, profesora de sociología en la Universidad Estatal de Bowling Green en Ohio. «Una proporción cada vez mayor de adultos mayores envejecerá solo».
Según los investigadores, varios factores demográficos dieron forma al fenómeno del divorcio gris: personas de 50, 60, 70 y hasta 80 años que deciden poner fin a sus matrimonios. La población estadounidense está envejeciendo y la gente se mantiene sana por más tiempo.
«Divorciarse nunca es fácil, pero será un poco diferente cuando tengas 50 años. Cuando potencialmente hayas estado con alguien durante mucho tiempo», dijo Kelly Cichy, PhD, profesora de desarrollo humano y ciencias familiares en la Universidad de Ohio. “En algunos casos, los hijos adultos están fuera de la casa; son más autónomos. Pero eso no significa que todavía no haya consecuencias muy reales, ni una renegociación de las relaciones o la necesidad de apoyo adicional”.
El divorcio también puede ser agotador financieramente. Las mujeres de 50 años o más experimentan una disminución del 45% en su nivel de vida; para los hombres es el 21%. Otra investigación, basada en entrevistas con 66 adultos que se divorciaron a los 50 años o más, encontró que las grandes preocupaciones se centraban en las finanzas y la soledad.
Las mujeres parecen más propensas a iniciar un divorcio gris, refirió Brown. Y a las mujeres les suele ir peor después de la separación, al menos en términos económicos. Es más probable que las mujeres asuman la custodia de los niños, junto con esos costos. Las mujeres que se divorcian después de los 50 años tienden a tener menos experiencia laboral que sus parejas, lo que significa menos posibilidades de obtener ingresos futuros.
Separarse es una liberación
Estos desbalances financieros y laborales son algunos de los mayores desafíos que enfrentan los estadounidenses mayores que se divorcian. Así como asumir los demás gastos que conlleva la separación: encontrar nuevos hogares. Buscar un nuevo seguro médico.
Pero los adultos también describieron aspectos positivos. Incluida una mejora en la felicidad general con la liberación de sus ex cónyuges y una sensación de mayor independencia. Es el caso de Aída Sedano.
Esta mexicana de 76 años se ha vuelto una celebridad en TikTok. Cuenta historias de su vida de casada y los beneficios de haberse separado de su esposo estadounidenses hace nueve años, después de cuatro décadas.
Uno de sus videos que supera los 3,5 millones de visualizaciones, relata cómo es ir a hacer la compra en el mercado sin su marido. A Sedano, madre de tres hijas y abuela de seis nietos, se le ve con su carrito metiendo un gran melón. Recuerda que su marido le decía que para qué si a él no le gustaba. Ella accedía y lo dejaba a un lado. Ahora compra lo que quiere.
«Cuando ya no se da la relación, deja que el viento sople y se lleve la basura de tu camino. Y empieza a vivir», señaló a BBC Mundo.
El divorcio gris gana espacio porque la separación no está tan estigmatizada como antes, indicó Sacramento Barbas, mediadora y psicóloga de la Fundación ATYME. Entidad pionera en España en implantar la mediación. «Para el tiempo que me queda por vivir lo que no quiero es estar con problemas, estar a disgusto», dice la experta que es una de las frases que más escucha de las parejas.
Otra de las frases más habituales es la de «no reconozco a mi pareja, es como si fuera otra persona», comenta Barbas.
Cambios en la sociedad
Bowling Green State University (BGSU) actualizó la investigación de Susan L. Brown sobre la tasa de divorcio gris en Estados Unidos.
En el estudio precisa que en 1990, 19 personas por cada 1.000 casadas se divorciaron, en comparación con 13 por 1.000 en 2021. La tendencia general en la tasa de divorcios oculta una variación sustancial según la edad. La tasa de divorcio entre los más jóvenes ha ido disminuyendo desde la década de 1990. Mientras que la tasa de divorcio entre las personas de 50 años o más se ha más que duplicado desde entonces.
Utilizando datos del censo de EE UU y la Encuesta sobre la comunidad estadounidense de 2021 proporcionada por IPUMS-USA, se logró una nueva estadística comparativa. Entre 1990 y 2021, la tasa de divorcios disminuyó entre personas de 15 a 44 años, mientras que aumentó en las personas de 45 años o más.
La mayor disminución en la tasa de divorcios se produjo entre las personas de 15 a 24 años (de 47,2 por 1.000 a 19,7 por 1.000). En cambio, el mayor aumento en la tasa de divorcio se produjo entre las personas de 65 años o más, donde la tasa de divorcio se triplicó (de 1,8 por 1.000 a 5,5 por 1.000).
Casi 38 millones de adultos viven solos en EE UU, donde la proporción de hogares unipersonales alcanzó un nivel récord, según el censo.
Esta situación tomó por sorpresa a los expertos cuando se toparon con la tendencia por primera vez: un aumento en las tasas de divorcio entre los adultos mayores de 50 años. «Más de un tercio de las personas que se divorcian ahora tienen más de 50 años», sostiene Brown. «Simplemente ya no podemos ignorar a ese grupo».