En un mundo cada vez más conectado, las redes sociales se han convertido en una parte integral de nuestras vidas. Sin embargo, su uso excesivo puede llevar a una adicción perjudicial que afecta a personas de todas las edades, sobre todo a los niños. En medio del creciente debate sobre los peligros de la adicción a las redes sociales, surge la pregunta: ¿cómo podemos evitar caer en este abismo digital?
Un estudio reciente, realizado en Alemania por la aseguradora sanitaria alemana DAK y el Centro Médico Universitario de Hamburgo-Eppendorf (UKE), reveló que los usuarios pasan cada vez más tiempo en línea. Y entre los niños, el consumo de las redes sociales se ha disparado en comparación con los niveles previos a la pandemia. En Estados Unidos, los gigantes tecnológicos están siendo sometidos a juicio por poner en peligro a los menores con plataformas adictivas.
Los niños son adictos a las redes sociales
Las redes sociales están en todas partes. Podemos acceder a ellas a través de nuestros teléfonos, computadoras, y desde cualquier parte del mundo. Usualmente sirven para mantenernos conectados con quienes nos rodean, pero muchas veces estas plataformas también nos alejan de quienes más cerca están.
Según el estudio, más del 6% de los jóvenes en Alemania, aproximadamente 600.000 niñas y niños, son adictos a las redes sociales y los videojuegos. Además, más de dos millones de menores utilizan las redes sociales y las plataformas de transmisión de manera «problemática». El tiempo que los niños y adultos jóvenes pasan frente a una pantalla ha aumentado considerablemente en comparación con los niveles previos a la pandemia. Llegando a aproximadamente dos horas y 45 minutos al día solo en las redes sociales.
Los niños son especialmente vulnerables a los efectos tóxicos de las redes sociales. Aquellos que tienen dificultades en otras áreas de sus vidas, como una débil capacidad de control de impulsos o dificultades para organizar su rutina diaria, pueden enfrentar mayores desafíos con las redes sociales. Estos niños pueden encontrar en las redes sociales una forma de escape de la realidad. Regulando así su estado de ánimo y evitando situaciones incómodas de manera instantánea.
Pero el consumo excesivo de redes sociales también puede empeorar condiciones psicológicas existentes, como la depresión o los trastornos alimentarios. Los usuarios que buscan contenido dañino pueden verse atrapados en un ciclo en el que los algoritmos aprenden sus preferencias y les presentan más contenido similar.
Hay que usarlas con moderación
Según Tobias Dienlin, profesor asistente de comunicación interactiva en la Universidad de Viena, el papel de las redes sociales es ambivalente. «Hay mucho contenido trivial, pero también puede haber beneficioso», afirma. El experto agrega que se puede utilizar las redes sociales de muchas formas diferentes. Se puede consumir contenido de manera pasiva o interactuar activamente con las redes sociales para comunicarse y mantener relaciones.
Si se utiliza con moderación, todo está bien, señala Dienlin. Sin embargo, las cosas se vuelven problemáticas cuando los usuarios comienzan a frecuentar de manera excesiva los sitios de redes sociales.
Aunque no existe una definición médica precisa de la adicción a las redes sociales, el experto sostiene que se convierte en una adicción cuando los usuarios no pueden ocuparse de otras cosas importantes en sus vidas, cuando desean usar menos las redes sociales pero no pueden pensar en otra cosa, y cuando descuidan las relaciones sociales en la vida real.
Las plataformas de redes sociales aprovechan las características neurológicas de las personas al ofrecer un sistema de recompensas instantáneas, como los «me gusta» y los emojis, que generan un refuerzo positivo, explica. Además, la capacidad de desplazarse infinitamente por el contenido hace que los usuarios nunca terminen de navegar, ya que siempre hay nuevo contenido para ver. Esto es gracias a los algoritmos, los cuales fomentan la visualización continua.
Es una dinámica que resulta extremadamente adictiva, ya que implica que los usuarios deben desconectarse activamente de sus pantallas. A diferencia de los libros o programas de televisión, que tienen un final definido.
Demandan por poner en peligro a los menores de edad
En respuesta a todas las preocupaciones que existen sobre el uso de las redes sociales en niños y adultos jóvenes, cientos de familias en Estados Unidos se han unido en una demanda colectiva contra las principales compañías tecnológicas, incluyendo Meta (operador de Facebook), ByteDance (operador chino de TikTok), Alphabet (operador de Google y YouTube) y Snap (operador de Snapchat).
Las familias acusan a estas empresas de no solo ignorar el riesgo de que los niños se vuelvan adictos a las redes sociales, sino de promover activamente esta adicción. Varios distritos escolares también han presentado demandas, argumentando que las empresas no han implementado suficientes controles parentales.
Estos casos legales destacan la importancia de abordar el uso tóxico de las redes sociales en los niños y la necesidad de un mayor control y regulación por parte de las empresas tecnológicas. Según Dienlin una demanda como ésta llama mucho la atención. «Si los proveedores quieren hacer que sus servicios sean más atractivos, lo que pretende cualquier empresa con fines de lucro, entonces, por supuesto, automáticamente aumentan el riesgo potencial de adicción. Pero los usuarios no pueden negar su responsabilidad. Tenemos que hacer ambas cosas: optimizar la tecnología y también capacitar y ayudar a los usuarios.»
El expertó destaca que es fundamental proteger la salud mental y el bienestar de los niños, promoviendo un uso saludable y equilibrado de las redes sociales, así como proporcionando a los padres las herramientas necesarias para controlar y limitar la exposición de sus hijos a este tipo de contenido.