La Amazonía es una de las regiones más importantes del planeta en la lucha contra el cambio climático. Es responsable de producir el 20% del oxígeno del mundo y de absorber grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2). Sin embargo, la deforestación y el cambio climático están poniendo en peligro su capacidad para cumplir esta función. En un esfuerzo por comprender mejor los efectos del cambio climático en la Amazonía, Brasil está construyendo anillos de dióxido de carbono en la región.
El bosque tropical del Amazonas es considerado el pulmón del mundo debido a su capacidad para producir oxígeno y absorber CO2. La selva tropical más grande del mundo es el hogar de millones de especies de plantas y animales. Su biodiversidad es fundamental para la salud del planeta. La Amazonía es un importante regulador del clima global, ya que su capacidad para absorber CO2 ayuda a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Actualmente la Amazonía se encuentra en peligro. La tala de árboles, la quema de bosques y la explotación de recursos naturales como la minería y la agricultura están degradando rápidamente el ecosistema de la región.
Un proyecto innovador que «salvará» la Amazonía
Llamado AmazonFACE, el proyecto se basa en un complejo de torres dispuestas en seis anillos, preparadas para rociar nieblas de dióxido de carbono en la selva tropical. Estos anillos permiten a los investigadores estudiar cómo las plantas y los árboles de la Amazonía responden a los niveles elevados de CO2. Además, los ayudará a comprender si la región tiene un punto de inflexión que podría llevarla a un estado de declive irreversible en los próximos años.
Su nombre se debe a ‘Amazon’ de Amazonía y las siglas FACE que significan «enriquecimiento de CO2 al aire libre». Esta tecnología fue desarrollada por primera vez en el Laboratorio Nacional Brookhaven, ubicado cerca de la ciudad de Nueva York. Allí, los científicos tienen la capacidad de modificar el entorno circundante de las plantas en crecimiento de una manera que replica los niveles futuros de concentraciones de dióxido de carbono atmosférico.
Anillos de dióxido de carbono
Los anillos de dióxido de carbono son estructuras circulares que contienen tuberías que liberan CO2 en el aire. Estas tuberías están conectadas a tanques de CO2 que se encuentran fuera del anillo. Los investigadores pueden ajustar la cantidad de CO2 que se libera en los anillos para simular diferentes escenarios de cambio climático. Además, están equipados con sensores que miden el flujo de CO2 y otros gases, la temperatura, la humedad y otros factores ambientales.
Los anillos se están construyendo en una región de la Amazonía 70 km al norte de Manaos. Esta región es una de las áreas más importantes de la Amazonía para la investigación científica y alberga una amplia variedad de especies de plantas y animales.
El programa está en marcha y se espera que esté operativo a principios de agosto de 2024, dijeron los científicos. Está dirigido por el Instituto Nacional de Investigación de la Amazonía y costará unos 15.000.000 de euros. Cada anillo constará de 16 torres de aluminio de la altura de un edificio de 12 pisos. El dióxido de carbono será suministrado por tres empresas para evitar cualquier escasez.
La Amazonía absorbe más CO2 que antes
La investigación con los anillos de dióxido de carbono ha revelado que las plantas de la Amazonía pueden absorber más CO2 de lo que se pensaba anteriormente. Según un estudio publicado en la revista Nature, las plantas de la Amazonía pueden absorber hasta un 50% más de CO2 de lo que se creía.
Esto se debe en parte a la capacidad de la selva tropical para adaptarse a los niveles elevados de CO2. “Las plantas absorben dióxido de carbono junto con agua y luz para producir azúcares y liberar oxígeno. ¿Qué sucede cuando uno aumenta esta entrada? No lo sabemos”, dijo David Lapola, uno de los principales científicos del proyecto AmazonFACE. Aseguran que existe evidencia de experimentos similares en bosques templados, pero no hay garantía de que el comportamiento sea el mismo en el Amazonas.
Sin embargo, esto no significa que la deforestación y el cambio climático no sigan siendo una amenaza para la región. La deforestación reduce la capacidad de la Amazonía para absorber CO2 y contribuye a la liberación de gases de efecto invernadero, lo que a su vez acelera el cambio climático. Además, el cambio climático está afectando la biodiversidad de la región, con la posible extinción de especies y la alteración de los ecosistemas. «Si detuviéramos la deforestación en la cuenca del Amazonas hoy, el bosque aún estaría en riesgo de experimentar las consecuencias de un punto de inflexión debido al cambio climático”, dijo Lapola.
Una herramienta importante para la investigación
La investigación en la selva tropical más grande del mundo es fundamental para comprender los efectos del cambio climático en la región. Así como para desarrollar estrategias de conservación y mitigación. Según los científicos, la construcción de anillos de dióxido de carbono es una herramienta importante para la investigación y puede ayudar a informar políticas y acciones para proteger la Amazonía.
Los anillos construidos en el bosque también pueden ayudar a comprender cómo las comunidades locales y los pueblos indígenas están siendo afectados por el cambio climático y cómo pueden adaptarse a estos cambios. Las comunidades indígenas de la Amazonía han vivido en armonía con la naturaleza durante miles de años y tienen un conocimiento profundo de los ecosistemas de la región. Su participación en la investigación y en el desarrollo de políticas y acciones puede ser clave para garantizar la protección de la Amazonía.
Sin embargo, la investigación en la Amazonía no está exenta de desafíos. La región es extremadamente diversa y compleja, y es difícil obtener datos precisos y representativos. Además, la investigación en la Amazonía a menudo enfrenta problemas de financiamiento y de acceso a recursos y tecnología.
Asimismo, los expertos consideran necesario un compromiso continuo y sostenido por parte de los gobiernos, las organizaciones científicas y la sociedad en general para apoyar la investigación en la Amazonía y proteger este ecosistema vital.