Cobran mayor inquietud las explosiones que produjeron la rotura de los oleoductos rusos en el Mar Báltico el pasado 26 de septiembre. Más allá de su impacto geopolítico y si el evento fue o no deliberado, nuevas investigaciones sobre el Nord Stream revelan daños más profundos en sus estructuras e impactos ambientales por contaminación en esas aguas.
Los dos gasoductos, Nord Stream 1 y 2, quedaron dañados por al menos dos explosiones en las aguas del Mar Báltico que provocaron cuatro fugas.
Tras producir enormes emanaciones de metano, se detuvieron y la última fuga ya no es visible en la superficie desde el 14 de octubre, según los guardacostas suecos. Los gasoductos, operados por un consorcio controlado por el gigante ruso Gazprom y que van de Rusia a Alemania, no están operativos debido a la guerra en Ucrania. Pero aún estaban llenos de gas cuando se produjeron las explosiones.
En el caso de Nord Stream 2 se estima que contaba con alrededor de 90% de metano. Esta situación ha puesto en alerta a la comunidad climática. Cuando Andrew Baxter, director de transición energética en el Environmental Defense Fund, se enteró de la fuga en Nord Stream 2, volvió a su trabajo como ingeniero de petróleo y gas. Y se trasladó a la zona para tratar de cuantificar la liberación de metano resultante.
«Se me ocurrió una estimación muy aproximada. Hay tantas variables e incógnitas aquí, que es muy difícil decir definitivamente cuánto metano ha llegado a la atmósfera», dijo. Sin embargo Baxter estimó que probablemente se habían liberado 115.000 toneladas de metano. Durante la repentina caída de presión inicial en Nord Stream 2, según las dimensiones de la tubería y la temperatura del agua.
Explosiones e investigaciones en Nord Stream
Tras las explosiones de los gasoductos Nord Stream, Andrew Baxter agudizó sus cálculos. Precisó que por unidad de masa, el metano tiene un efecto invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono, especialmente a corto plazo.”El impacto general de esta fuga es equivalente a las emisiones anuales de carbono de dos millones de automóviles”, comentó a la revista Nature.
«Si estos números terminan confirmándose, sería una de las fugas de gas natural más grandes de la historia en un solo lugar», consideró Zeke Hausfather, científico climático de Berkeley Earth. Una organización sin fines de lucro de análisis de datos en California. Pero indicó que esto no cambia fundamentalmente la magnitud de las emisiones globales.
El evento, aunque enorme, representa alrededor del 0,14 % de las emisiones mundiales anuales de metano de la industria del petróleo y el gas, añadió Mark Davis, director ejecutivo de Capterio. Una empresa de Londres que rastrea las antorchas de gas de la industria, pero que no detectó el gas ventilado porque no se está quemando.
Argumentó que, una vez que se descubrió la fuga, encenderla podría haber mitigado gran parte del daño, al convertir el metano en dióxido de carbono. Desde la caída de presión inicial en Nord Stream 2, también se han informado fugas en la tubería Nord Stream 1, que corre a su lado y actualmente tampoco está operativa.
A estas investigaciones se suman otras que adicionan más preocupaciones. Los investigadores se apresuran a averiguar si las explosiones en los gasoductos de Nord Stream han causado más caos ambiental. Al agitar los contaminantes de las armas químicas vertidas después de la Segunda Guerra Mundial.
¿Doble contaminación?
Las explosiones en Nord Stream, que rompieron los oleoductos en el Mar Báltico, ocurrieron muy cerca de la isla danesa de Bornholm. Un área donde se arrojaron agentes de guerra química almacenados en 1947 como parte de la desmilitarización de Alemania en la posguerra.
Unas 32.000 toneladas de armas químicas, que contenían alrededor de 11.000 toneladas de agentes activos de guerra química, fueron desechadas en el sitio, recordó Hans Sanderson, científico ambiental de la Universidad de Aarhus en Dinamarca.
Con el tiempo, las carcasas de metal de la mayoría de las ojivas descartadas probablemente se hayan corroído. Provocando que el contenido se filtrara al sedimento circundante. A Sanderson le preocupa que la expulsión violenta de metano de la tubería rota podría haber enviado esos contaminantes a la columna de agua, donde podrían dañar la vida silvestre marina. Los contaminantes incluyen el isótopo radiactivo cesio-137, sustancias químicas tóxicas retardantes llamadas éteres de difenilo polibromados y metales pesados como mercurio, cadmio y plomo.
“El Mar Báltico es básicamente uno de los mares más contaminados del planeta. Este sedimento está lleno de chatarra”, destacó Sanderson. Él participó en la evaluación del impacto ambiental cuando se colocaron originalmente las tuberías de Nord Stream.
“Estas explosiones (también) tuvieron lugar lo más cerca posible del vertedero de estas armas químicas”, puntualizó.
El científico ambiental contó cuando vio imágenes de metano liberado burbujeando sobre un área amplia alrededor de la tubería rota. «Me di cuenta de que había una gran cantidad de sedimentos que se arrojarían de regreso a la columna de agua», relató.
Estudian sedimentos y muestras de mar
Su equipo ahora está utilizando datos del monitoreo continuo en el área para modelar el alcance de la dispersión de sedimentos causada por las explosiones. Luego, el grupo utilizará umbrales de toxicidad para varias especies marinas. E investigar si es probable que haya habido algún daño significativo a la vida marina. Los investigadores también han comenzado a tomar muestras de agua de mar y sedimentos del área para mejorar la precisión de sus modelos, reseñó Nature.
Cualquier sedimento que haya sido removido permanecerá suspendido en el agua de mar durante mucho tiempo, adicionó el experto danés. El Mar Báltico es relativamente estático, sin mareas ni corrientes significativas. Además, el gradiente de temperatura en la columna de agua significa que el agua se separa en capas que no se mezclan bien. “Este penacho no se va a asentar rápidamente de nuevo”, agregó.
A todo esto, «creo que hay un motivo de preocupación», asomó Rodney Forster. Científico marino de la Universidad de Hull, Reino Unido, que ha trabajado mucho en el Mar Báltico. Dado el tamaño y la escala de la fuga de metano «se van a removilizar cantidades bastante grandes de sedimentos», detalló.
Por los momentos, un video publicado por el diario sueco Expressen muestra un importante agujero en el gasoducto, con trozos de metal destruidos por la explosión. Las imágenes tomadas a unos 80 metros de profundidad, presentan uno de los cuatro puntos de fuga y revelan que más de 50 metros de la tubería han sido destruidos.