Por Cambio16
09/01/2017
El principio de ‘una sola China’ «no es un capricho» de Pekín, asegura un editorial publicado en Global Times, uno de los periódicos más importantes del país asiático.
Añade que este principio es una obligación que los presidentes de Estados Unidos deben respetar para «mantener las relaciones entre ambos países y respetar el orden actual de Asia Pacífico«.
El artículo fue publicado después de la visita que la líder de Taiwán, Tsai Ing-wen, realizó este fin de semana en Houston, en Estados Unidos. La publicación admite que la ciudad texana era tan solo un punto de tránsito de la presidenta taiwanesa en su viaje a los países de América Central con los que Taipéi mantiene relaciones bilaterales, pero recuerda que a su vuelta, Tsai hará otra escala en territorio estadounidense, esta vez en San Francisco.
El editorial especula con la posibilidad de que Tsai Ing-wen aproveche su paso por la ciudad californiana para entrevistarse con el recién elegido presidente de EE.UU., Donald Trump.
Tsai y Trump ya hablaron con anterioridad por teléfono, un hecho que provocó grandes críticas por parte del Gobierno chino. Las autoridades del gigante asiático insisten en que la Casa Blanca tiene que respetar el principio de ‘una sola China’ y romper cualquier relación diplomática con Taiwán.
«Trump todavía no ha sido investido, y para Pekín no hay necesidad de sacrificar las relaciones bilaterales por Taiwán. Pero si viola la política de ‘una sola China‘ tras su investidura, nuestro país estará completamente preparado. Pekín preferiría romper sus relaciones con EE.UU., si lo ve necesario», advirtió el periódico chino.
¿El problema? Los verdes en medio
Desde comienzos de año, China ha insistido en que mantendrá sus inversiones en Estados Unidos, pero los sucesos políticos representan un importante riesgo a la baja. Las compañías chinas invirtieron un récord de 45.600 millones de dólares en Estados Unidos en 2016, lo que triplicó la cifra de 2015; donde más del 90 por ciento de la inversión directa extranjera (IED) en 2016 se concentró en los sectores de servicios y manufacturas avanzadas.
Los bienes raíces, hostelería, tecnologías de información y comunicación, entretenimiento y servicios financieros también siguen atrayendo el interés de los inversionistas chinos.
Los miembros del gabinete nombrados por el presidente electo Donald Trump apuntan a un enfoque de mayor confrontación en la política de comercio e inversiones hacia China, lo cual podría llevar al gigante asiático a endurecer los controles administrativos en cierto tipo de transacciones en medio de la creciente presión por la fuga de capitales, lo que también representa incertidumbre para el panorama de la inversión china en Estados Unidos.
Ya en diciembre del pasado 2016, el viceministro de Finanzas de China, Zhu Guangyao, había advertido del riesgo de una «guerra comercial» entre Washington y Pekín, por lo que sugiere «tomar medidas apropiadas» para evitarlo, informó Reuters. El ministro lanzó su advertencia en un foro económico celebrado en medio de la creciente tensión que enfrenta a China y a EE.UU. tras la victoria de Trump, que ha prometido subir los aranceles de las importaciones chinas hasta el 45%.
«China dará los pasos apropiados para hacer frente a una posible guerra comercial con EE.UU., tanto a través de la comunicación bilateral, como de la Organización Mundial del Comercio (OMC)», afirmó Zhu, que, no obstante, expresó su esperanza de que esta guerra comercial no tenga lugar, pues -auguró- «va a hacer daño a ambos países».
Asimismo, el ministro sugirió que tanto Washington como Pekín «renuncien a la mentalidad ‘de suma cero’ y busquen cómo mejorar la cooperación económica y comercial». Con todo, Zhu subrayó que China va a «salvaguardar de manera persistente» sus intereses principales, incluida «la integridad territorial, la soberanía y la seguridad de los sistemas políticos». Asimismo, añadió que China espera sellar lo antes posible con EE.UU. un acuerdo bilateral de inversiones que ahora se encuentra en fase de negociaciones.
Meses antes, en abril, el propio presidente chino, Xi Jinping, advirtió a EE.UU. de que protegerá su soberanía en las aguas en disputa en el mar de la China Meridional y rechaza los intentos de utilizar las leyes internacionales y la libertad de navegación como pretexto para socavar sus intereses de seguridad nacional.