Desde que se propagó la pandemia de la COVID-19 las miradas del mundo se han dirigido a la ciudad china de Wuhan, primer epicentro del virus. Las investigaciones señalan que fue en el mercado húmedo de Huanan donde el virus de murciélagos saltó a humanos. Ahora, las autoridades han prohibido la venta y el consumo de animales salvajes.
El gobierno local de Wuhan aseguró que la prohibición convertirá a la ciudad en un «santuario de visa silvestre». La caza de animales salvajes también quedó prohibida, con la excepción de que sea para «investigación científica, regulación de la población, monitorización de epidemias y enfermedades y otras circunstancias especiales».
La cadena CBS informó que como parte de la medida, las autoridades de la ciudad también han impuesto controles estrictos a la cría de animales salvajes.
Un plan amplio del gobierno chino
Wuhan también formará parte de un plan amplio que ejecuta el gobierno en todo su territorio que consiste en la compra de los animales a los ganaderos que crían especies no domesticadas. Desde la semana pasada dos regiones centrales de China anunciaron el comienzo de este plan.
El gobierno se ha comprometido a ayudar a estos criadores para cambiar su estilo de vida y su forma de ganar dinero. La intención es que de ahora en adelante se dediquen al cultivo de frutas, verduras o plantas medicinales. También se maneja la opción de que se dediquen a la cría de cerdos o pollos.
A los agricultores de Hunanse les ofrece una compensación de 630 yuanes unos 81 euros por puercoespín; 600 yuanes (77 euros) por civeta; 75 yuanes (10 euros) por cada kilo de rata de bambú y 120 yuanes (unos 15 euros) por el kilo de cobra. Además, cada ganso salvaje tendrá un valor de 2.457 yuanes (315 euros) cada uno.
El gobierno de China emitió en febrero el decreto que prohíbe la cría, venta y consumo de 14 especies de animales salvajes, incluidas las especies exóticas criadas en granjas.
El origen de una pandemia
Los primeros casos de la COVID-19 se registraron en la ciudad de Wuhan a finales del año pasado. Las primeras investigaciones apuntan a que el virus emergió en el mercado mayorista de Mariscos de Huanan, que incluía una sección de animales vivos. Se vendían más de 30 especies de animales salvajes, incluidos perros, gatos, cachorros de lobo vivo, cigarras doradas, escorpiones, civetas, culebras y murciélagos.
Los investigadores coinciden en que la hipotesis más acertada es que el virus diera el salto de un animal a un humano en un caso de «desbordamiento zoonótico». Desde hace años, China había recibido presiones por parte de la comunidad internacional para prohibiera el comercio de animales salvajes.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump presionado para que se determine el origen de la pandemia y acusa a China de ser la responsable de la propagación de la COVID-19. Las sospechas aumentan porque Pekín no ha permitido que investigadores de otros países vayan a Wuhan a determinar el origen del virus.
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