Desde que la vida floreció en la tierra, hace 4.000 millones de años, el planeta ha experimentado cinco extinciones masivas de seres vivos, una tras otra. La última y más conocida ocurrió hace 65 millones de años. En ese momento desaparecieron los dinosaurios junto con más de 70% de las especies terrestres.
Sin embargo, muchos científicos señalan que actualmente estamos inmersos en la sexta extinción masiva, la cual tiene una diferencia con respecto a las demás: no se trata de un fenómeno de la naturaleza, sino que nosotros mismos, los seres humanos, somos los responsables.
Y es tan cierto que provocamos que el mecanismo de defensa del medio ambiente no sea capaz de seguir nuestro ritmo, para superar estos cambios medioambientales que afectan directamente a la evolución de los mamíferos.
Esta es la conclusión principal de un estudio, elaborado por la Universidad de Aarhus, en Dinamarca, y la Universidad de Gotemburgo, de Suecia, y recientemente publicado por la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Allí se señala que esa será la causa de la extinción de muchas especies de mamíferos, durante las próximas cinco décadas. Eso, si los esfuerzos de conservación no mejoran.
Humanos, causantes de la extinción
De seguir así, dentro 50 años, la naturaleza necesitará entre 3 y 5 millones de años para volver a los niveles actuales.
Durante los últimos cinco siglos han desaparecido 322 especies de vertebrados, por lo que serían necesarios de 5 a 7 millones de años para restaurar la biodiversidad.
Los investigadores utilizaron una extensa base de datos de mamíferos. Esta incluye no solo las especies que existen, sino también las que vivieron en el pasado reciente y se extinguieron a medida que el hombre se distribuyó por todo el mundo.
Ejemplo de este triste fenómeno son los mamuts y los tigres dientes de sable, especies de las cuales no quedó prácticamente rastro.
Especies amenazadas
En la actualidad hay muchas especies amenazadas.
Por ejemplo, el rinoceronte negro tiene un alto riesgo de extinción en los próximos 50 años. El elefante asiático, una de las dos únicas especies descendientes de mamuts y mastodontes, tiene menos de 33% de posibilidades de sobrevivir a este siglo.
Por ello, los investigadores también se preguntan si los mamíferos existentes podrían regenerar de forma natural la biodiversidad perdida, y cuánto tiempo conllevaría el proceso.
No obstante, tenemos un pequeño margen para ser positivos: todos estos datos podrían utilizarse para identificar rápidamente especies en peligro de extinción y con una evolución distinta; de modo que se puedan priorizar los esfuerzos de conservación y enfocar el objetivo en evitar las extinciones más graves.
«Ahora es mucho más fácil salvar la biodiversidad que volver a evolucionarla más adelante», concluyen los investigadores.
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