Por Andrés Tovar
25/07/2018
La reciente hospitalización de la actriz y cantante Demi Lovato después de una aparente sobredosis de drogas trajo nuevamente a la palestra algunos de los mismos problemas de cómo el público escudriña a las celebridades con problemas de salud mental.
El tema no es para nada una novedad. Citemos casos recientes presentes en la mediática del show business internacional. El abiertamente bipolar Kanye West llamó la atención por un estallido frenético de la actividad de Twitter y algunas declaraciones políticas impactantes. Y a principios de junio, Kate Spade y Anthony Bourdain, dos celebridades que sufrían de depresión, murieron por suicidio a los pocos días de diferencia.
Para muchos es frustrante observar cuando el comportamiento de las celebridades que lidian con su salud mental es tratado como alimento para la fábrica de chismes de celebridades. Pocos medios muestran alguna consideración sobre cómo su cobertura contribuye a los malentendidos y a la desinformación sobre la enfermedad mental. Y mucho menos cómo afecta la vida de las personas que son los sujetos de los artículos.
Escribir sobre una enfermedad mental siempre será un esfuerzo tenso. La mayoría de nosotros estamos más familiarizados con los estereotipos sobre la enfermedad mental que con los hechos. Y las personas que viven con enfermedades mentales lidian con un estigma que los coloca como irrefutables. O como poco confiables y totalmente quebrantados. Como resultado, la cobertura de salud mental a menudo es problemática.
Salud mental y malos hábitos
Pero mientras las vidas personales de las celebridades se consideren de interés periodístico, es un desafío con el que tendremos que lidiar. Entonces, ¿cómo hablamos en los medios sobre la salud mental de las celebridades de una manera respetuosa y reflexiva? Y, sobre todo, ¿no daña activamente tanto a las celebridades?. ¿O, peor aún, a las personas comunes que lidian con enfermedades de salud mental?
Cuando sus «payasadas» se consideran entretenidas, son incitadas y alentadas. Cuando se vuelven autodestructivos, son reprendidos por no cuidarse. Mientras que no falta quien se pregunte «¿Qué necesidad tenía esta celebridad de hacer eso. Si tiene todo lo que quiere?«. Las críticas -y las burlas- son más perversas casos como el alcoholismo, la adicción a las drogas y el suicidio. Por ende, se refuerza una imagen sombría y simplista de lo que a menudo es una colección compleja de condiciones.
Es frustrante que la mayoría del público demuestre la comprensión más superficial y sensacionalista de lo que son las enfermedades mentales. Una que a menudo se informa más por estereotipo que por hechos. Por consiguiente, debido a que muchos siguen de cerca las noticias de celebridades, estas representaciones son cruciales en dar forma a cómo todos vemos la enfermedad mental en general.
Dejando el show…
No es difícil imaginar que debe haber una mejor manera de escribir sobre salud mental. Pero, ¿cómo podría ser?. Un poco de entrenamiento de los medios podría ser de gran ayuda. En la cobertura de los medios de las «payasadas» de las celebridades, no es raro que términos como «se destapó» o «al límite» se usen como una abreviatura de comportamiento salvaje. Tomarse el tiempo para definir estos términos puede ayudar a eliminar este estigma. Sobretodo cuando deben usarse en un contexto clínico.
Asimismo, es importante documentarse. Una persona con algún problema de salud mental no necesariamente es sinónimo de conductas impulsivas. Muchas de ellas son reflexivas, amables y de buen comportamiento.
El tratamiento de la enfermedad mental de una persona como principal responsable de su toma de decisiones es reductivo. Y alimenta la idea de que las personas son definidas por su diagnóstico e incapaces de superarlo. Cuando es solo una parte del problema.
Las personas con enfermedades mentales no son curiosidades a observar. Dándoles, especialmente las celebridades que tienen una gran plataforma, la oportunidad de compartir su perspectiva puede ofrecer un matiz muy necesario a nuestras discusiones sobre la salud mental. Probablemente sea mejor para la salud mental de las celebridades si dejamos de tratarlas como una parte esencial del ciclo de noticias de 24 horas. También sería mejor para la salud mental de los lectores para los que ese chisme de celebridades llega demasiado cerca de casa.