Por Cambio16
25/07/2018
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) oficializó este martes la cifra de 295 muertos en las protestas en Nicaragua. Todos relacionados con la crisis sociopolítica que estalló en el país el pasado 18 de abril. La cifra, un poco menor que la reportada por organizaciones locales que hablan ya de más de 350 muertos, es producto «de la verificación» que ha estado haciendo esa instancia en la nación centroamericana.
Actualizamos nuestra cifra de personas fallecidas en el contexto de la crisis en #Nicaragua:
Visita in loco en fin de mayo: 76
Publicación del Informe de @CIDH en meados junio: 212
Visita y presentación en @CP_OEA en inicio de julio: 264
Hoy: 295 personas fallecidas— Paulo Abrāo (@PauloAbrao) July 25, 2018
El secretario ejecutivo de la CIDH, el brasileño Paulo Abrão, anunció la cifra. El ejecutivo señaló al Estado como «único responsable» de los muertos en la protestas en Nicaragua. A su entender, Ortega ha usado a sus fuerzas de seguridad para «reprimir, matar, provocar lesiones y detenciones arbitrarias».
Abrão dijo que de 76 muertos verificados durante la visita de la CIDH a Nicaragua a finales de mayo se pasó a los 212 de mediados de junio, 264 a principios de julio y 295 a día 24.
Las calles de Nicaragua siguen marcadas por violentos enfrentamientos. Principalmente recrudecidos tras un paro nacional convocado por organizaciones civiles para exigir la renuncia del presidente Daniel Ortega por violaciones a los derechos humanos. La represión es la bandera de la actuación gubernamental.
Entre la cordura y la locura
La pasada semana, la Organización de Estados Americanos (OEA) discutió la situación de los muertos en las protestas en Nicaragua. Durante la sesión, el ministro de Exteriores del país, Denis Moncada, rechazó que “se quiere imponer a Nicaragua que cambie su Gobierno. Pero rompiendo su Constitución, rompiendo el estado de derecho”.
“No se puede fortalecer la democratización del país partiendo de la base que hay que romper la constitucionalidad. De imponer la voluntad de grupos para tratar de obligar un cambio de Gobierno”, añadió.
Ortega ha fortalecido su control sobre el poder. Primeramente neutralizando a la oposición. Asimismo, bloqueando el desarrollo de instituciones estatales independientes. Su esposa Rosario Murillo es su vicepresidenta. Pero además es vista como un poder en la sombra.
“Estos casi tres meses de violencia, muertos y heridos tienen que finalizar. Hay que dejar espacio a la cordura”, dijo el secretario general de la OEA, Luis Almagro.