Adaptarse al cambio climático es construir y reconstruir mejor, no ponerle un sello verde
Antes de la severa irrupción de la DANA en el sur de España, que arrasó alrededor de 75 municipios de la Comunidad de Valencia y causó más de 200 muertes, los españoles ya estaban concienciados sobre la crisis climática y sus impactos. Un amplio sondeo encontró que el 95% de los españoles apoya la adopción de medidas para hacer frente al cambio climático.
Este resultado es uno de los más altos entre los Estados miembros de la Unión Europea, según la séptima Encuesta Anual sobre el Clima encargada por el Banco Europeo de Inversiones (BEI). La investigación se dio a conocer en la cumbre climática en Azerbaiyán, la COP29, que finalizó hace una semana, aún bajo el ojo crítico de asistentes y espectadores a distancia preocupados por el avance de la crisis.
Europa es actualmente el continente que está experimentando un proceso de calentamiento más rápido. Se prevé que los fenómenos meteorológicos extremos aumenten conforme suba la temperatura global, advierte un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente.
Este mayor número de fenómenos meteorológicos extremos plantea una amenaza significativa para las infraestructuras y la estabilidad del abastecimiento mundial de agua y alimentos. Subraya la urgente necesidad de estrategias globales de adaptación al cambio climático.
La encuesta precisa que dos tercios (66%), 16 puntos por encima de la media de la UE del 50%, consideran que la adaptación al cambio climático es una prioridad en España en los próximos años. Mientras que el 29% piensa que es importante.
Españoles preocupados por el cambio climático
En la Encuesta Anual sobre el Clima del BEI, se recogen las opiniones de más de 24.000 personas de toda la Unión Europea y Estados Unidos acerca del cambio climático. En España, 1.004 personas participaron en la consulta, realizada en agosto de 2024.
“Como han demostrado las trágicas inundaciones en España, el impacto del cambio climático a través de fenómenos meteorológicos extremos es una terrible realidad. Resulta apremiante invertir en resiliencia y adaptación. Así como en mitigación de los efectos del cambio climático. Una transición ordenada es también la opción más rentable desde el punto de vista económico. Cada euro invertido en prevención y resiliencia ahorra entre cinco y siete euros de gasto en reparar los daños”, sostiene la española Nadia Calviño, presidenta del banco.
Su opinión coincide con la de los participantes de la indagatoria. El 89% de los españoles (frente a la media de la UE del 86%) señala que invertir en adaptación al cambio climático ayudará a crear empleo e impulsar la economía local. Entretanto, el 88% (frente a la media de la UE del 85%) cree que esa adaptación exige invertir ahora para evitar mayores costes en el futuro.
Los españoles afirman que su experiencia personal con fenómenos meteorológicos extremos acrecienta su sensación de urgencia por actuar. El 89% (9 puntos por encima de la media de la UE) ha sufrido al menos un fenómeno meteorológico extremo en los últimos cinco años. Olas de calor, sequías, incendios forestales o inundaciones.
Experiencias directas con fenómenos extremos
Los españoles mostraron una conciencia real sobre el cambio climático, sus secuelas y la urgencia de actuar. El 66% de los encuestados por el BEI mencionó haber sufrido al menos una consecuencia directa a causa de fenómenos meteorológicos extremos en el país.
Entre otros hallazgos, el 27% padeció problemas de salud, el 20% asistió a la destrucción de bosques o espacios naturales cerca de sus casas. Así como el 18 % sufrió problemas de agua potable y el 17% tuvo que hacer frente a interrupciones del transporte.
En este contexto, el 78% de los españoles (frente a la media de la UE del 72%) reconoce que tendrá que adaptar su estilo de vida a causa del cambio climático. El 40% (frente a 35%) cree que tendrá que trasladarse a un lugar menos vulnerable al clima (a nivel local o en el extranjero). Y así evitar inundaciones, incendios forestales u otros fenómenos extremos. Y el 35% (7 puntos por encima de la media de la UE) afirma que tendrá que trasladarse a una región o país más frío.
En cuanto a la pregunta de quién debe pagar por la adaptación al cambio climático: 40% cree que todos deben hacerlo por igual. Un 33% considera que deberían correr a cargo de las empresas y sectores que más contribuyen al cambio climático. El 12% opina que las personas más ricas deberían sufragar los costes. A través del pago de impuestos más elevados.
La preocupación sobre quién debe beneficiarse de las ayudas a la adaptación va más allá de las prioridades nacionales. 65% de los españoles (8 puntos por encima de la media de la UE del 57%) dice que su país debería ayudar a las naciones en desarrollo.
400 millones para las empresas afectadas por la DANA
Nadia Calviño anunció que el BEI empezará a canalizar en las próximas semanas unos 400 millones de euros. Con la finalidad de «apoyar» a las pymes y empresas de mediana capitalización afectadas por la DANA en la Comunidad Valenciana. También en Castilla-La Mancha y Andalucía.
Dichos fondos se sumarán a los 900 millones que el banco público de la Unión Europea anunció que iba a destinar a la zona a través de la reprogramación de proyectos y la agilización de desembolsos previstos.
«Las recientes riadas en nuestro país son un ejemplo claro de la necesidad de invertir en prevención y en resiliencia», indica la exvicepresidenta económica del Gobierno. «Nuestro objetivo colectivo tiene que ser la reconstrucción de las infraestructuras. Y, sobre todo, la adaptación al cambio climático. Se trata de construir y reconstruir mejor, de incorporar nuevas tecnologías más eficientes y de lograr una energía más barata y más limpia».
A principios de mes, el BEI anunció los citados 900 millones «para acelerar el despliegue de iniciativas existentes.Y apoyar la reconstrucción de infraestructuras críticas. Desarrollos que llevarán a cabo las autoridades regionales y organismos públicos en las zonas afectadas en España. Similar respuesta a las inundaciones en Europa Central en septiembre».
Asimismo, informó que también estaba «a disposición de las administraciones a nivel nacional, regional y local para preparar medidas adicionales si es necesario». Entonces, Calviño defendió la necesidad de usar «técnicas adaptadas a la nueva realidad. Y a la vez protejan ante los shocks climáticos cada vez más frecuentes e intensos».
No a los combustibles fósiles
Todos los proyectos financiados por el Grupo BEI se ajustan al Acuerdo de París. No financia inversiones en combustibles fósiles. En su sitio en internet destacan que van camino a “movilizar un billón de euros en inversiones para la acción por el clima y la sostenibilidad ambiental de aquí a 2030. Más de la mitad de la financiación anual se destina a proyectos que contribuyen directamente a la adaptación al cambio climático. A la mitigación de sus efectos y a crear un entorno más saludable.
Además, cerca de la mitad de la financiación del BEI dentro de la Unión Europea se destina a las regiones de cohesión, en las que la renta per cápita es más baja. “Esto”, argumenta, “pone de manifiesto el compromiso del banco de promover el crecimiento integrador y la convergencia de los niveles de vida”.