Los objetivos de desarrollo sostenible fueron establecidos por las Naciones Unidas, como un llamamiento universal para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar la paz y prosperidad en 2030. Faltan ocho años y la cuesta parece inalcanzable en especial en el objetivo de asegurar servicios de agua potable, saneamiento e higiene.
En los últimos años, la pandemia, las crisis políticas (migrantes y refugiados) y la guerra en Ucrania han obstaculizado los avances en ese objetivo. Un informe difundido durante el Foro Político de Alto Nivel sobre Desarrollo Sostenible (HLPF), en Nueva York, advierte que al año, 830.000 personas mueren por enfermedades directamente atribuibles al agua insalubre, saneamiento inadecuado y malas prácticas de higiene.
Sugiere que para asegurar una distribución sostenible y equitativa del agua, la tasa promedio global de implementación de la gestión mejorada de los recursos hídricos necesita duplicarse.
“El Foro Político de Alto Nivel sobre Desarrollo Sostenible nos brinda una valiosa oportunidad para demostrar nuestro compromiso inquebrantable para lograr la Agenda 2030. Además de la lucha contra el cambio climático y su vínculo directo con el agua. A pesar de los obstáculos y desafíos planteados por la pandemia y otras múltiples crisis”, dijo Collen Vixen Kelapile, presidente del Consejo Económico y Social (Ecosoc).
Entre 2015 y 2020, la proporción de la población mundial que utiliza servicios de agua potable gestionados de forma segura aumentó del 70,2 % al 74,3 %. Y el mayor número de personas consiguieron acceso en Asia central y meridional. A pesar de este progreso, otros 2 mil millones de personas aún carecían de agua potable en forma segura en 2020. Incluidos 771 millones que no disponían de agua potable básica. La mitad de los que carecen de servicios básicos de agua potable (387 millones) viven en el África subsahariana.
En mora con el ODS del servicio de agua potable
La proporción de la población mundial que utiliza servicios de saneamiento de agua de manera segura aumentó del 47,1 % en 2015 al 54 % en 2020. Sin embargo, 3600 millones de personas aún carecían de este saneamiento confiable en 2020. Incluidos 1700 millones que no disponían del saneamiento básico, revela el informe.
De estas personas, 494 millones practicaban la defecación al aire libre, frente a los 739 millones de 2015. Si bien el mundo está en camino de eliminar la defecación al aire libre para 2030, lograr el acceso universal a un saneamiento gestionado de manera segura para 2030 requerirá cuadriplicar las tasas actuales de progreso.
Mientras tanto, la proporción de la población mundial con higiene básica aumentó del 67,3 % en 2015 al 70,7 % en 2020. Esto significa que, al comienzo de la pandemia de la COVID-19, 2300 millones de personas en todo el mundo (una de cada tres) aún carecían de una higiene básica: una instalación para lavarse las manos con agua y jabón en casa. Y 670 millones no tenían ninguna instalación para lavarse las manos.
El acceso universal a los servicios de agua potable, su escasez y saneamiento e higiene va mucho más allá del uso doméstico. A nivel mundial, solo dos de cada tres escuelas tenían servicios básicos de agua potable y saneamiento. Y tres de cada cinco escuelas tenían servicios básicos de higiene en 2019. Esto significa que 818 millones de niños carecían de instalaciones básicas para lavarse las manos en sus escuelas al comienzo de la pandemia.
En los países menos desarrollados, solo uno de cada dos establecimientos de salud tenía servicios básicos de agua. Dos de cada cinco tenían servicios básicos de saneamiento y tres de cada cuatro tenían servicios básicos de higiene en 2019.
El agua como eje fundamental de los ODS
El informe asegura que la proporción de la población mundial que tiene acceso a servicios que proveen agua potable para beber aumentaron del 70% en 2015 al 74% en 2020. Aún así, 2.000 millones de personas carecían de tales servicios ese año, incluyendo 1.200 millones que contaban con un nivel básico de servicio. 8 de cada 10 personas que carecen del servicio básico de agua potable viven en zonas rurales, y aproximadamente la mitad de ellos vive en países en vías de desarrollo.
La ONU asegura que al ritmo actual de progreso, el mundo alcanzará una cobertura del 81% para 2030, lo que deja a 1.600 millones de personas sin servicios hídricos seguros, reseña El Ágora.
Durante el segmento ministerial en el HLPF, se celebró una reunión para analizar el avance de los retos del ODS6. Así como de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Agua 2023. La mesa estuvo moderada por Kelly Ann Naylor, vicepresidenta de ONU-Agua. Copresidido por el presidente de ONU Agua, Gilbert Houngbo y por Liu Zhenmin, secretario general de la Conferencia del Agua de la ONU 2023.
Henrik Ovink, enviado especial de los Países Bajos para asuntos del agua, señaló que el agua importa no solo para el ODS6, sino para los objetivos en general. “El agua es la palanca para el desarrollo sostenible que acciona la Agenda 2030. En particular el agua es necesaria para lograr el cumplimiento de los ODS de salud, desarrollo, clima y cooperación”.
En tanto, Houngbo, recordó que la desigualdad entre los distintos actores continúa siendo el mayor problema para conseguir el cumplimiento del ODS6. “Puede que estemos en la misma tormenta, pero no estamos en el mismo barco. Mientras luchamos por desarrollar economías y sociedades sostenibles, debemos mantener al agua en el corazón de esos esfuerzos”.
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