Por Cambio16
El 3 de octubre de 2013, cuando Europa se sobrecogió con el naufragio de Lampedusa, donde murieron ahogados 368 inmigrantes, nada cambió. Ahora, dos años más tarde y con miles de vidas perdidas en el Mediterráneo, algo ha removido las conciencias en los líderes de la Unión Europea.
Y es que las 700 personas fallecidas este domingo ahogadas, la indignación internacional -en la imagen una manifestación en señal de repulsa en Viena- y el tirón de orejas del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, que ha afirmado que la última tragedia en aguas del Mediterráneo era «predecible» y ha criticado la «falta de compasión» de la UE, han llevado a las instituciones europeas a movilizarse para dar una respuesta concreta e inmediata al drama de la inmigración ilegal en el Mediterráneo. Así, anunciaron un plan de propuestas de la Comisión Europea y la celebración de una cumbre extraordinaria el próximo jueves para tratar el tema.
La urgencia del problema motivó la organización este lunes de una reunión conjunta de ministros europeos de Asuntos Exteriores y de Interior, al término de la cual se anunció el plan del Ejecutivo comunitario, que será presentado a los líderes de la UE en el Consejo Europeo del jueves.
Ese plan propone diez medidas, incluido el aumento de los recursos financieros y el número de medios disponibles de las operaciones de vigilancia marítima en el Mediterráneo, denominadas Tritón y Poseidón, además de ampliar su área operativa para poder intervenir a mayor distancia.
Las 10 medidas del plan de la UE
1.- En primer lugar, el Ejecutivo comunitario propone aumentar los recursos financieros y el número de medios disponibles de las operaciones de vigilancia marítima en el Mediterráneo, Tritón y Poseidón, además de ampliar su área operativa para poder intervenir a mayor distancia, bajo el mandato de la Agencia de Control de Fronteras Exteriores de la Unión Europea (Frontex).
2.- Además, se plantea «un esfuerzo sistemático para capturar y destruir los barcos utilizados por los traficantes», que se traduciría en una operación «civil y militar que tomaría como ejemplo la operación Atalanta» contra la piratería, explicó el comisario europeo de Inmigración, Dimitris Avramopoulos. Para hacerla realidad hará falta un mandato de la UE, precisó el comisario durante una rueda de prensa.
3.- Por otro lado, la CE plantea que la Oficina Europea de Policía (Europol), Frontex, la Oficina Europea de Apoyo al Asilo (EASO) y la Agencia de cooperación judicial (Eurojust) «se reúnan regularmente y trabajen juntas» para reunir información sobre el «modus operandi» de los traficantes, con el fin de hacer un seguimiento de sus fondos y ayudar en las investigaciones.
4.- También se propone que EASO despliegue equipos en Italia y Grecia para tratar de manera conjunta las solicitudes de asilo.
5.- Que los Estados miembros garanticen la toma de huellas dactilares de todos los inmigrantes.
6.- Otra medida es «el estudio de opciones» para un mecanismo de emergencia de reasentamiento de los inmigrantes.
7.- La puesta en marcha de un proyecto piloto de reubicación, que ofrezca un número de plazas a las personas que necesiten protección.
8.- Otra idea es establecer un nuevo programa de retorno para el rápido regreso a sus países de los inmigrantes irregulares, coordinado por Frontex a partir de los Estados miembros que cuentan con fronteras externas.
9.- Para el caso de Libia, el plan pide un compromiso con los países vecinos a través de un esfuerzo común entre la Comisión Europea y el Servicio Europeo de Acción Exterior. En particular, añade, «se deben impulsar las iniciativas en Nigeria».
10.- Por último, plantea el despliegue de oficiales de inmigración en países terceros considerados «clave» para recabar información sobre los flujos migratorios y reforzar el papel de las delegaciones europeas.
«Efecto llamada»
El ministro español del Interior, Jorge Fernández Díaz, reconoció la necesidad de que la UE cuente con medios para socorrer a las víctimas de dramas como el naufragio ocurrido este domingo en el Canal de Sicilia, pero alertó del «efecto llamada» de tales medidas.
«Hay que hacer las dos cosas: atacar las consecuencias del problema, y por tanto garantizar el rescate de esas personas, pero simultáneamente teniendo presente el efecto llamada», señaló.
Según Fernández Díaz, el documento de la CE sobre el grupo de trabajo del Mediterráneo, así como los documentos aprobados durante la presidencia italiana de turno de la UE el pasado semestre en materia de política migratoria contienen medidas que deben ser ahora puestas en un calendario y a las que se debe asignar la financiación necesaria.
Por su parte, el ministro español de Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo, afirmó que Libia «es lo más urgente en estos momentos» y que «todos seguimos apostando por un gobierno de unidad nacional» inclusivo.
El ministro abogó por cortar la financiación de los traficantes de personas, evitar que se hagan con los barcos que utilizan para su traslado o destruirlos y controlar los puertos de los que salen, dado que «no se trata ya de pateras» que salen de una playa.
«Todos compartimos la sensación de frustración»
Un nuevo naufragio el pasado fin de semana de un pesquero en el mar Mediterráneo en el que podrían haber muerto cerca de 700 personas que trataban de alcanzar las costas italianas, 950 personas según uno de los supervivientes, ha vuelto a poner este tema en un primer plano en la Unión Europea.
A preguntas de la prensa de por qué las instituciones han tenido que esperar a que se produzca una tragedia para actuar y movilizarse, la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, respondió que, «además de trabajar en las instituciones, como ser humano y madre me he hecho en las últimas horas esa misma pregunta. Todos compartimos la sensación de frustración».
Agregó que la UE y sus socios «no tenemos que tener miedo a mostrar los límites de las instituciones y de las decisiones políticas. Es triste y no es una justificación, no vamos a encontrarla».
La jefa de la diplomacia europea dijo asimismo que espera que esta «gran tragedia» haya sido «el despertador, la alarma, para todos, no solo para los que estamos en las instituciones».