Francesco Lanza / bonaona@bonana.org
Hay una extensa literatura científica que demuestra los daños biológicos de las RNI (radiaciones no ionizantes) en la salud. Se trata de miles de textos de académicos que han estudiado los efectos de las RNI en la biología humana. La mayoría de estos estudios están publicados en revistas científicas especializadas, normalmente en inglés.
Con esta y las siguientes publicaciones intentaremos ofrecer una mirada actualizada a las investigaciones que analizan los efectos biológicos de las ondas electromagnéticas. No siendo ni un biólogo ni un médico, se me perdonará alguna posible imprecisión en la traducción al castellano de conceptos y términos médicos o científicos.
El objetivo es ofrecer una herramienta divulgativa sobre los peligros de las RNI, en general, en un momento clave para el despliegue de otra tecnología inalámbrica, el 5G. Espero que pueda ser tan interesante como útil, no sólo para los lectores preocupados por el tema, sino también para los profesionales de la salud y los que trabajan en las administraciones en el momento de la toma de decisiones (sea una prescripción médica o una autorización a la instalación de una estación base).
Invito a los lectores a que compartan estos artículos, si lo consideran oportuno, con su propio médico de cabecera o cualquier colectivo interesado en la salud.
Si damos cuenta de los que leemos en los medios convencionales (televisión y prensa), las RNI no presentan riesgo alguno para la salud y el despliegue del 5G tampoco. En cambio, si damos cuenta de lo que anda por la red y en los canales alternativos, un sinfín de teorías conspirativas parecen estar conectadas con el 5G a partir de su relación con la COVID-19.
Para intentar poner un poco de orden en la confusión que rodea al 5G y sus efectos sobre la salud, me propongo –a partir de esta entrega introductoria– hacer un excursus sobre el estado de arte de la amplísima ciencia que estudia estas relaciones.
Abarcar una vasta bibliografía y cubre disciplinas tan diferentes como la física, la biología, la medicina, la neurología, etc. requiere una sistematización. Hemos decidido apoyarnos en la categorización desarrollada por los informes de BioInitiative. Sus informes han sido redactados por 29 autores de10 países diferentes, de los cuales 10 son médicos, 21 son profesores, y 3 tienen un master en ciencias o en física, todos con varias publicaciones en su currículo [1].
El último informe de BioInitiative ha identificado ocho categorías principales de efectos no térmicos causados por las RNI artificiales [2]:
- Daños oxidativos, daños al ADN, fallos en la reparación del ADN
- Proteínas del estrés, proteínas de shock térmico, función inmunitaria perturbada
- Efectos en la reproducción y en la fertilidad
- Metabolismo del calcio perturbado
- Tumores cerebrales y daños a la barrera hematoencefálica
- Alteraciones del sueño, de la tasa de disparo de las neuronas, del electroencefalograma, de la memoria, aprendizaje y comportamiento
- Diferentes tipos de cánceres (excluidos los cerebrales), proliferación de las células
- Efectos cardíacos, del músculo cardíaco, de la presión sanguínea, vasculares
Por cada una de estas categorías hay decenas (cuando no cientos) de estudios científicos que analizan el efecto de las RNI. No todos, por supuesto, demuestran una relación causa-efecto entre radiaciones y alteración estudiada. Como ya hemos señalado, sería suficiente que algunos estudios demostraran esta relación para apelar al principio de precaución y adherirse a la moratoria para el despliegue del 5G. Pero ya no se trata de algún estudio, sino que la gran mayoría de las investigaciones evidencian y demuestran la correlación, cuando no la causalidad, de las RNI y sus daños biológicos.
¿Conspiranoias o verdaderas conspiraciones?
El report de BioInitiative no es ni mucho menos el único intento de categorizar los efectos de las RNI. Uno de los ejemplos más significativos es un estudio publicado por el Instituto de Investigación Médica Naval de Estados Unidos, (NMRI en su acrónimo inglés) [3]. Como se puede leer en su web:
“La misión del NMRI es mejorar la salud, la seguridad, el rendimiento y la preparación para el despliegue del personal de la Marina Americana y del Cuerpo de Marines. El NMRI lleva a cabo investigación biomédica básica y aplicada, desarrollo, pruebas y evaluaciones en las áreas de defensa biológica, médula ósea, atención a víctimas de combate y enfermedades infecciosas”.
En 1972 (sí, habéis leído bien, hace ya casi 50 años), el NMRI (ahora NMRC, National Medical Research Center) publicó una Bibliografía de Fenómenos (‘efectos’) Biológicos y Manifestaciones Clínicas, atribuidos a la Radiación de Microondas y Radiofrecuencia, en la cual se catalogaban 2.200 estudios científicos y se identificaban 122 tipos diferentes de efectos biológicos en 17 categorías:
- Efecto térmico en los órganos
- Cambios en funciones fisiológicas
- Efectos en el sistema nervioso central
- Efectos en el sistema nervioso autónomo
- Efectos en el sistema nervioso periférico
- Trastornos psicológicos (“Estudios sobre el comportamiento humano”) – conocidos también como “Respuestas Psicofisiológica (y psicosomática)
- Cambios en el comportamiento (estudios sobre animales)
- Trastornos sanguíneos (in vivo e in vitro)
- Trastornos vasculares
- Enzimas y otros cambios bioquímicos
- Trastornos metabólicos
- Trastornos gastro-intestinales
- Cambios en la glándula endocrina
- Cambios histológicos
- Cambios genéticos y cromosómicos
- Efecto de la cadena de perlas (Orientación intracelular de partículas subcelulares, y orientación de partículas celulares y otras no biológicas)
- Efectos diversos
Como se puede ver, los efectos biológicos de las radiaciones no ionizantes son de dominio público desde hace más de 40 años, así “cabe preguntarse si no estamos frente al más amplio e infame experimento médico en la historia de la humanidad”, parafraseando el imponente (más de 1.000 páginas) estudio bibliográfico redactado sobre el 5G por el profesor Ronald N. Kostoff del Georgia Institute of Technology [4].
[Hablando de conspiraciones. En estos días, Alexander Lerchl, profesor de Biología en la Jacobs University, fue condenado por difundir mentiras sobre la inocuidad de las RNI a lo largo de su carrera, en la que, además, se había convertido en el investigador que más fondos públicos ha recibido en Alemania y Europa. Solo desde el Gobierno alemán recibió fondos por 5 millones de euros, y todavía mantiene unos cuantos contractos de colaboración [5].]
Volviendo a las instituciones serias, la histórica ONG británica Powerwatch [6] en cambio ha listado y catalogado 1.670 estudios (de los más de 15.000 de su base de datos) según la fuente emisora y los efectos: teléfonos móviles e inalámbricos, antenas de telefonía, WiFi, transmisores de radio, tendidos eléctricos, sensibilidad eléctrica, electroencefalograma y respuesta del cerebro, mecanismos de las ondas electromagnéticas de radiofrecuencia y mecanismos de los campos eléctricos y magnéticos.
Decidí emplear las categorías del informe BioInitiative por ser el más actual, completo y acreditado. Es fácil de consultar, se actualiza con regularidad y las referencias son fáciles de seguir. Se puede decir que sus informes y su web se han convertido en el referente mundial de quien quiera investigar el aspecto biológico y de la salud de las RNI.
Ciencia, la referencia en las radiaciones no térmicas
Tomando como referencia la categorización de BioInitiative, en cada entrega de esta serie, analizaremos algunos de los estudios más significativos por cada tipo de efecto, anotaremos el consenso científico sobre el tema (que porcentaje de los estudios analizados reportan efectos), apoyándonos, además de la citada BioInitiative, en los buscadores de estudios académicos (PubMed, Research Gate, etc.) y de revisiones sistemáticas y metaanálisis publicadas en revistas especializadas.
Debido al objetivo divulgativo de estos artículos, puede ser útil (aunque no muy entretenido) revisar y explicar algunas de las expresiones empleadas en la redacción:
Publicación académica o estudio científico revisados por pares
Según la wikipedia, la revisión por pares es “la evaluación del trabajo realizada por una o más personas con competencias similares a las de los productores del trabajo (pares). Funciona como una forma de autorregulación de miembros calificados de una profesión dentro del campo relevante. Los métodos de revisión por pares se utilizan para mantener los estándares de calidad, mejorar el rendimiento y proporcionar credibilidad. En el ámbito académico, la revisión por pares académicos a menudo se usa para determinar la idoneidad de un artículo académico para su publicación. La revisión por pares se puede clasificar por el tipo de actividad y por el campo o la profesión en la que se realiza la actividad, por ejemplo, la revisión médica por pares.”
Nuestros artículos se basarán solo y exclusivamente en publicaciones que han cumplido este proceso. Descartaremos artículos divulgativos y opiniones más o menos fundamentadas. PubMed y Research Gate son buscadores de documentos que han sido publicados tras haber pasado la revisión por pares.
Las revisiones sistemáticas y metaanálisis
Las revisiones sistemáticas son “artículos científicos integrativos ampliamente usados en disciplinas del área de la salud que siguen un método explícito para resumir la información que se conoce acerca de un determinado tema o problema de salud. Revisan y pueden combinar principalmente ensayos clínicos controlados, que son los estudios primarios.
[…] la búsqueda de la evidencia se ha desarrollado de manera sistemática con una declaración de los criterios de selección y se ha hecho una evaluación crítica de los artículos primarios y una síntesis basada en la calidad metodológica de los estudios. Cuando una revisión sistemática termina de manera cuantitativa, se denomina metaanálisis.”
Gracias a estas herramientas, saldremos del debate “¿es o no científico?” para centrarnos en el contenido de los estudios sobre efectos biológicos de las RNI y darles la merecida visibilidad, ya que la mayoría de los medios de comunicación social no están interesados en publicar asuntos molestos para una de las industrias que más invierten en publicidad.
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