Como siempre están ahí, creciendo, floreciendo, embelleciendo cada rincón del planeta, suele pasarse por alto la posibilidad de que alguna vez no lo estén para beneficio del hombre, del aire y el medio ambiente. En una carta, suscrita nada menos que por 500 científicos, se pide a las autoridades de la Unión Europea, Estados Unidos, Corea del Sur y Japón que le den el valor que merecen los árboles y prohíban de una vez por todas, su tala y quema.
Afirman que por cada kilovatio hora de electricidad producido por la quema de árboles, «probablemente agregará dos o tres veces más carbono al aire que el uso de combustibles fósiles». Esto se debe a que la madera no es tan densa en energía como el carbón o el petróleo. Por tanto, se debe quemar más para generar la misma cantidad de energía.
La carta está dirigida a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, como al presidente Joe Biden, al primer ministro japonés Yoshihide Suga y al presidente surcoreano Moon Jae-in.
Entre los firmantes está el ex presidente del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU Jean-Pascal van Ypersel y Peter Raven, ganador de la Medalla Nacional de la Ciencia de Estados Unidos y ex presidente de la Sociedad Estadounidense para el Avance de la Ciencia.
Fin a la quema de árboles
Al grupo señala que “la quema de madera aumentará el calentamiento durante décadas o siglos. Eso es cierto incluso cuando la madera sustituye al carbón, el petróleo o el gas natural”.
Sostienen que “para evitar estos daños, los gobiernos deben acabar con los subsidios y otros incentivos que existen hoy para la quema de madera ya sea de sus bosques o de otros. La Unión Europea debe dejar de tratar la quema de biomasa como carbono neutral en sus estándares de energía renovable y en su sistema de comercio de emisiones”.
La petición de los científicos consiste en poner fin a las reglas que permiten la quema de árboles para obtener energía se cuente como “renovable”, y por lo tanto, cesen los subsidios públicos
Las respuestas a la solicitud se presentaron como parte de la consulta pública de la Comisión respecto a la revisión de la Directiva de la Unión Europea sobre energías renovables.
“Luchar contra la emergencia climática sin cambiar las reglas de biomasa de la Unión Europea es como intentar rescatar un barco con un agujero en el fondo. Para cerrar la brecha, debemos limitar los incentivos en virtud de la Directiva sobre energías renovables a los desechos de descomposición rápida y los residuos sin otros usos. Porque lo que importa es lo que estás quemando, no la forma en que se gestionó el bosque de forma sostenible. La revisión de la ley de energías renovables de la UE es una oportunidad crucial. La Comisión debe escuchar a los científicos y los ciudadanos y detener la quema de árboles en nombre del clima», dijo Alex Mason, de la Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, en inglés).
Más respeto a la naturaleza y al planeta
Los científicos resaltan en la misiva que los productores de papel y productos de madera han generado durante décadas electricidad y calor a partir de los desechos de sus procesos. Pero como señalan, “en los últimos años se ha producido un movimiento equivocado para talar árboles enteros o desviar grandes porciones de madera del tronco para la bioenergía”.
En concreto, los expertos señalan que la gestión forestal sostenible a nivel de paisaje «no pueden alterar estos resultados». Esta es la razón por la que WWF considera que los criterios de bioenergía de la Directiva sobre energías renovables carecen de sentido. En consecuencia, pide a la UE que limite los incentivos a los desechos y residuos.
Las políticas de bioenergía de la UE también son perjudiciales para la biodiversidad y representan una grave amenaza para los bosques del mundo. “Si el mundo suministrara solo un 2% adicional de su energía a partir de la madera, necesitaría duplicar sus cosechas comerciales de madera”, dicen los científicos.
Revisar la ley de la UE
Los firmantes advierten además, que aunque técnicamente es «renovable», la regeneración de árboles lleva años. Los árboles valen más para la humanidad vivos que muertos. El simple hecho de dejar que los árboles crezcan por sí solos podría ser la «solución climática natural más grande que tenemos a nuestra disposición».
Añaden que existen pruebas sólidas de que un mayor uso de la bioenergía ya significa que se están talando más bosques en Europa. “La revisión de la ley de energías renovables de la UE es una oportunidad crucial. La Comisión debe escuchar a los científicos y los ciudadanos y evitar que se quemen árboles en nombre del clima”, dijo Mason
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