La sequía meteorológica en España coloca en riesgo la actividad agrícola, los regadíos, las cuantiosas inversiones y la producción de alimentos. A esta alteración se une la merma de las reservas hidrológicas que están por debajo de la mitad y registran niveles récords. Según la Agencia Estatal de Meteorología este ha sido el décimo enero más cálido y el segundo más seco en lo que va de siglo.
En su balance la Aemet confirma que enero ha tenido un carácter muy seco. En el mes se ha recogido un valor de precipitación media sobre la Península de 16 litros por metro cuadrado. Esto es apenas el 26% de lo normal para el conjunto del mes de acuerdo con los registros.
La agencia pronostica lluvias para los próximos días y estima que podrían aliviar en algo la sequía que atraviesa España. Pero asegura que no serán ni abundantes ni generalizadas. Mientras tanto, el sector agrícola está en alerta por ser el segundo peor comienzo del año hidrológico en lo que va de siglo. Esto significa que “el 50% de las producciones agrarias están en situación de alarma por la sequía”, señala la organización agraria COAG.
Precisa que los sectores más afectados son los cereales, olivar, viñedo, almendros de secano, pastos para la ganadería extensiva y apicultura. También indica que las regiones más afectadas son Andalucía, sur de Extremadura, Castilla-La Mancha y varias comarcas de Murcia, Lleida y Girona aún más críticas.
La Confederación asegura que la sequía genera “preocupación e incertidumbre ante el inicio de la campaña de regadío. Si no hay lluvias en el corto-medio plazo se prevén restricciones ante el bajo nivel de los embalses y pantanos”. El 65 % de la producción agrícola en España está vinculada al regadío, dice el Ministerio de Agricultura.
Implicaciones de la sequía en España
Se desconoce si la sequía en España ha tocado fondo. COAG insiste en la preocupación del sector ante la ausencia de lluvias y altas temperaturas.
Confía en que el regadío ha sido y sigue siendo uno de los pilares del desarrollo rural y de la seguridad alimentaria. Es además, un elemento básico del sistema agroalimentario español. La superficie regada en España supone un 14% de la superficie agraria útil. Pese a ser un porcentaje pequeño de la superficie agraria útil, contribuye en algo más de 50% a la Producción Final Vegetal, en un 2,4 % al PIB del país y emplea a un 4 % de su población ocupada.
A la par, el Ministerio para la Transición Ecológica informó que la reserva hídrica española se encuentra al 44,6% de su capacidad. Los embalses almacenan actualmente 25.042 hectómetros cúbicos (hm³) de agua. Disminuyendo en la última semana en 88 hectómetros cúbicos (el 0,2% de la capacidad total actual de los embalses).
Resultando con mayor impacto la que se localiza en las cuencas de la mitad sur de España, que se encuentran a alrededor del 30% de su capacidad. Es el caso de las de Guadalete-Barbate (29,8%), Guadiana (30,5%), Mediterránea Andaluza (30,6 %) y Segura (34,7%). Incluso las hay por debajo como la del Guadalquivir (28,5%).
La reserva total embalsada por ejemplo en esta última es de 2.316 metros cúbicos, cuando en la media de los últimos años ha sido de 4.951. La del Guadiana, ha pasado de 5.594 de media en la última década a 2.895.
Agrega el despacho que las precipitaciones han sido escasas en la vertiente Atlántica y muy escasas en la vertiente Mediterránea. La máxima se ha producido en Bilbao-Bilbo con 14,1 mm (14,1 l/m²).
Meses secos y embalses vaciados
A la sequía meteorológica se España se suma la cuestionada gestión de las empresas administradoras de hidroeléctricas en el verano pasado. Entonces, varias compañías acentuaron la producción de electricidad para aprovechar los altos precios de la luz, vaciando los embalses.
El Ministerio de Transición Ecológica lo consideró como una acción «escandalosa» y abrió una investigación. Después de seis meses las consecuencias vuelven a salir a flote, agravando el problema de la sequía.
En Cataluña la situación con la falta de lluvia ha provocado que la región de Barcelona entre en prealerta. Esto no conlleva todavía restricciones en el consumo del agua, pero las administraciones sí tienen que racionalizar su uso. Datos del Observatori Fabra indican que se trata del año más seco en Barcelona desde que se tienen registros (1878).
En ese contexto, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir advierte que «el abastecimiento para la población está garantizado para los dos próximos años. Pero el de regadío se encuentra ahora con restricciones del 50%. No obstante, ya estamos con campañas de concienciación para que se consuma menos agua y se haga un uso responsable».
El 15 de febrero se reunirán algunas Confederaciones Hidrográficas para decidir si finalmente habrá riego para los cultivos en regadío o si se restringen mucho más de lo que ya se ha hecho.
La organización agraria Asaja de Castilla-La Mancha considera que hay «una sequía gorda» que ya afecta a la región.