Más del 5% de la población mundial tiene una pérdida auditiva discapacitante. En términos reales, son unas 466 millones de personas. De ese total, 432 millones son adultos, y 34 millones, niños. La Organización Mundial de la Salud calcula que para 2050 más de 900 millones de personas, o una de cada diez, tendrán una pérdida auditiva discapacitante.
Aproximadamente un tercio de las personas mayores de 65 años se ven afectadas por una pérdida auditiva discapacitante. La prevalencia en este grupo de edad es mayor en el sur de Asia, Asia Pacífico y África subsahariana, de acuerdo con la OMS.
La gran mayoría de estas personas en todo el mundo afrontan el problema de la desigualdad al tener que acceder a los servicios o a información de atención médica, desde visitar a su médico de cabecera o hacerse un escáner durante el embarazo, hasta buscar apoyo para su salud mental.
Tienen más probabilidades de sufrir problemas de salud que otras personas, simplemente porque les resulta más difícil usar los servicios sanitarios que muchos de nosotros damos por sentado, y tienen el doble de probabilidades de tener presión arterial alta; también cuatro veces más probabilidades de desarrollar diabetes. Generalmente, tienen una esperanza de vida reducida.
El 50% de los adolescentes y jóvenes de entre 12 y 35 años de edad en los países más desarrollados están en riesgo de presentar una pérdida de audición por su sobrexposición al ruido en ambientes recreativos, de acuerdo con la OMS.
Un día para crear conciencia
Cada último sábado de septiembre se conmemora el Día Internacional de las Personas Sordas con el fin de concienciar y manifestar las necesidades de este colectivo. Son varias, pero sobresalen la falta de accesibilidad y oportunidades al empleo, cultura, educación y el aislamiento que viven.
Este día comenzó a celebrarse el 28 de septiembre de 1958 para conmemorar el primer Congreso Mundial de la Federación Mundial de Personas Sordas que se realizó en septiembre de 1951.
Causa de discapacidad
La pérdida de audición discapacitante se refiere a una pérdida de audición superior a 40 decibeles (dB) en el oído con mejor audición en adultos y a una pérdida de audición superior a 30 dB en el oído con mejor audición en niños. La mayoría de las personas con pérdida auditiva discapacitante vive en países de ingresos bajos y medios.
Sin embargo, la OMS asegura que 60% de los casos podrían ser prevenibles. Por eso, el organismo destaca la importancia de la formación e información para la comunidad. La formación es importante para estar preparados y detectar lo antes posible los casos de pérdida de audición por si son tratables o corregibles, o incluso para comenzar con un tratamiento y terapias, que, si son a tiempo y con prontitud, mejoran la calidad de vida de quienes tienen esta condición.
Por otro lado, la información es fundamental para los padres, que enseguida podrán detectar posibles señales de alarma. Para los profesores, que podrán avisar si consideran que un niño puede tener alguna alteración auditiva. Informar con campañas de concienciación y de prevención.
Principales causas
Las causas de la pérdida de la audición pueden ser congénitas o adquiridas. En el primer grupo, se encuentran factores genéticos hereditarios y no hereditarios o ciertas complicaciones durante el embarazo y el parto, que comprenden:
- Rubéola materna, sífilis u otras infecciones determinadas durante el embarazo;
- bajo peso al nacer;
- asfixia al nacer (falta de oxígeno en el momento del nacimiento);
- uso inadecuado de determinados fármacos durante el embarazo, como aminoglucósidos, fármacos citotóxicos, fármacos antipalúdicos y diuréticos;
- ictericia grave en el período neonatal, que puede dañar el nervio auditivo en un recién nacido.
Las causas adquiridas pueden conducir a la pérdida de audición a cualquier edad, tales como:
- Enfermedades infecciosas como meningitis, sarampión y paperas;
- infecciones crónicas del oído;
- acumulación de líquido en el oído (otitis media);
- uso de ciertos medicamentos, como los que se emplean en el tratamiento de infecciones neonatales, malaria, tuberculosis resistente a los medicamentos y cánceres;
- lesión en la cabeza o el oído;
- ruido excesivo, incluyendo el ruido laboral, como el de maquinaria y explosiones;
- exposición recreativa a sonidos fuertes como el del uso de dispositivos de audio personales a alto volumen y durante períodos prolongados. También la asistencia regular a conciertos, clubes nocturnos, bares y eventos deportivos;
- envejecimiento, en particular, debido a la degeneración de células sensoriales; y
- cera o cuerpos extraños que bloquean el canal auditivo.
Entre los niños, la otitis media crónica es una causa común de pérdida auditiva
Prevención
Con base en estos datos, los médicos han determinado que la mitad de todos los casos de pérdida auditiva se pueden prevenir mediante medidas de salud pública.
En los niños menores de 15 años, el 60% de la pérdida auditiva es atribuible a causas prevenibles. Esta cifra es mayor en los países de ingresos bajos y medios (75%) en comparación con los países de ingresos altos (49%).
Impacto socioeconómico
La exclusión de la comunicación puede tener un impacto notorio en la vida cotidiana, causando sentimientos de soledad, aislamiento y frustración, especialmente entre las personas mayores con pérdida auditiva.
La OMS calcula que la pérdida auditiva no tratada representa un costo global al año de 750.000 millones de dólares. Esto incluye los costos del sector de la salud (excluyendo el costo de los dispositivos auditivos), los costos de apoyo educativo, la pérdida de productividad y los costos sociales.
En los países en desarrollo, los niños con pérdida auditiva y sordera, rara vez, reciben educación. Los adultos con pérdida auditiva también tienen una tasa de desempleo mucho más alta. Entre los que están empleados, un mayor porcentaje de personas con pérdida auditiva se encuentran en los grados inferiores de empleo en comparación con la población activa en general.
La mejora del acceso a la educación y los servicios de rehabilitación vocacional, además de la sensibilización, especialmente entre los empleadores, sobre las necesidades de las personas con pérdida auditiva, reducirán las tasas de desempleo en este grupo.
La realidad española
De acuerdo con la Confederación Española de Familias de Personas Sordas (Fiapas), en España hay 1.064.000 personas con una discapacidad auditiva de distinto tipo y grado. De estas, más del 97% usa la lengua oral para comunicarse. Cinco de cada mil recién nacidos presentan una sordera de distinto grado. Esto hace que en España, cada año, haya alrededor de 2.500 nuevas familias con un hijo con sordera.
La presbiacusia (pérdida de audición con la edad) afecta aproximadamente al 30% de la población entre los 65 y 70 años. Así, alcanza al 80% de la población por encima de los 75 años. La Sociedad Española de Otorrinolaringología advierte que la contaminación acústica y el estilo de vida están causando un incremento de estos problemas de audición a edades más tempranas, en torno a los 50 años.
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