Al menos 16.425 de las 47.282 especies consideradas están en riesgo de desaparecer
Dice el refrán español que ‘a quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija’. Entre sus ramas y hojas se anida la vida: animales, otras plantas y el hombre sacan provecho de sus flores y frutos, de su belleza, colorido y frescor. Cuando mueren todo muere. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza encontró en una evaluación global que el 38% de los árboles del mundo están en peligro de extinción y, por este apesadumbrado dato, han sido incluidos en la Lista Roja de Especies Amenazadas.
La mayoría de los árboles del mundo han sido estudiados por primera vez por la UICN, revelando que al menos 16.425 de las 47.282 especies consideradas están en peligro de extinción o en riesgo de desaparecer.
Los hallazgos son especialmente preocupantes dada la cantidad de vida que sustentan los árboles. Innumerables especies de otras plantas, animales y hongos dependen de los ecosistemas forestales. Los árboles también son fundamentales para regular el agua, los nutrientes de los suelos y el carbono que calienta el planeta.
Señala el orgamismo que los árboles representan ahora más de una cuarta parte de las especies incluidas en la Lista Roja de la UICN. Y el número de árboles amenazados es más del doble de todas las aves, mamíferos, reptiles y anfibios amenazados juntos. Las especies de árboles están en peligro de extinción en 192 países del mundo.
“Los árboles son esenciales para sustentar la vida en la Tierra a través de su papel vital en los ecosistemas. Y millones de personas dependen de ellos para su vida y sustento”, afirmó Grethel Aguilar, directora general de la UICN al dar a conocer el informe.
Árboles en peligro de extinción
La mayor proporción de árboles en peligro de extinción se encuentra en las islas, precisa la evaluación de la Unión. Los árboles insulares corren un riesgo especialmente alto debido a la deforestación para el desarrollo urbano y la agricultura en todas las escalas. También por las especies invasoras, las plagas y las enfermedades.
Además, el cambio climático amenaza cada vez más a los árboles, especialmente en los trópicos, a través del aumento del nivel del mar y de tormentas más fuertes y frecuentes. Abordar las amenazas a las que se enfrentan los árboles, la protección y restauración del hábitat, así como la conservación ex situ a través de bancos de semillas y colecciones de jardines botánicos, son fundamentales para prevenir las extinciones en las islas y en el mundo.
La acción comunitaria empieza a dar resultados positivos desde las islas Juan Fernández hasta Cuba, desde Madagascar hasta Fiji.
En América del Sur, donde se encuentra la mayor diversidad de árboles del mundo, 3.356 de las 13.668 especies evaluadas están en peligro de extinción. Se necesitan enfoques innovadores para proteger la gran cantidad de especies de árboles en la región, donde la tala de bosques para la agricultura y la ganadería son las mayores amenazas.
En Colombia, estas evaluaciones han servido de base para la planificación de acciones nacionales de conservación. Se han utilizado siete especies de magnolias en peligro y en peligro crítico para la designación de cinco nuevas Áreas Clave para la Biodiversidad. Serán utilizadas por los gobiernos para orientar la planificación espacial.
Las personas también dependen de los árboles: flores y frutos. Y, más de 5.000 de las especies de árboles incluidas en la Lista Roja se utilizan para la madera en la construcción y más de 2.000 especies para medicinas, alimentos y combustibles respectivamente.
Compromisos incumplidos
El grupo anunció los resultados en Cali, Colombia, donde representantes de gobiernos, expertos y activistas del mundo se reunieron para la conferencia de biodiversidad de las Naciones Unidas, COP16, que se celebra cada dos años.
Ahora, las negociaciones están estancadas en tensiones sobre cómo los países que son más pobres económicamente pero a menudo más ricos en biodiversidad van a pagar para conservar y restaurar la naturaleza en lugar de extraer recursos.
La deforestación es devastadora para el clima y la biodiversidad, pero el mundo ha luchado por detenerla. En 2021, más de 140 países se comprometieron a poner fin a la deforestación para 2030 y no han cumplido. Entre ellos Brasil, China, Rusia y Estados Unidos. Fueron tantos los países que firmaron el acuerdo que este abarca aproximadamente el 90%de los bosques del mundo.
Sin embargo, en términos de acción, “las noticias son bastante sombrías”, señaló Erin D. Matson, consultora senior de Climate Focus. Una empresa que lidera una evaluación anual del progreso hacia los objetivos forestales globales. Encontró que en 2023, la tasa de deforestación global fue un 45% más alta de lo que debería haber sido para estar en camino de detener la deforestación en 2030.
“Esta evaluación integral presenta el primer panorama global del estado de conservación de los árboles. Nos permite tomar medidas para protegerlos donde se necesita con urgencia”, afirmó Malin Rivers, directora de la Evaluación Global de Árboles en Botanic Gardens Conservation International, un socio de la Lista Roja.
“El trabajo es un esfuerzo global”, comentó. “Participan más de 1.000 expertos en árboles. Necesitamos seguir trabajando juntos para ampliar las acciones de conservación de árboles a nivel local, nacional e internacional y apoyar a las personas y al planeta”.
Las amenazas en Europa
La Lista Roja de la UICN también incluyó en su evaluación global de los árboles, a un animalito singular: el erizo europeo occidental (Erinaceus europaeus) que ha pasado de la categoría de ‘Preocupación menor’ a ‘Casi amenazado’.
Se cree que el número de ejemplares de esta especie ha disminuido en más de la mitad en los países en los que vive. Incluidos el Reino Unido, Noruega, Suecia, Dinamarca, Bélgica, los Países Bajos, Alemania y Austria.
A nivel nacional, el número se ha reducido entre 16 y 33 % en los últimos diez años, y los estudios locales también informan de descensos de hasta 50 % en Baviera (Alemania) y Flandes (Bélgica).
Las crecientes presiones humanas, en particular la degradación de los hábitats rurales por la intensificación agrícola, las carreteras y el desarrollo urbano, están impulsando el declive del erizo europeo occidental. “La acción regional y nacional es esencial para apoyar a las poblaciones de erizo.
A través de iniciativas como ‘Hedgehog Street’ en el Reino Unido. Y ‘Danmarks Pindsvin’ en Dinamarca”, indicó Abi Gazzard, Oficial de Programa del Grupo de Especialistas en Pequeños Mamíferos de la CSE de la UICN.
“La evaluación también revela dónde hay lagunas de conocimiento, con respecto a los límites de la distribución de la especie. El seguimiento es importante para aprender sobre las poblaciones menos estudiadas”, sostuvo.
En España, el drago (Canarias) y el pinsapo (propio de la serranía de Ronda y el occidente de la cordillera Bética) son los dos árboles en peligro de extinción. En la lista de vulnerables se detectan el aderno o sacaterio (Canarias).
Otros están teniendo problemas de adaptación: miles de pinos mueren en diferido por las olas de calor del año anterior. Y las palmeras datileras, colonizadas por nidos de aves invasoras, han protagonizado algunos desplomes.
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