Los científicos han elaborado cientos de diagnósticos sobre los agravados fenómenos climáticos en el paso del tiempo. También han diseñado, a la par de gobiernos y organismos globales, hojas de ruta para enmendar los escenarios catastróficos que se avecinan. Sin embargo, los compromisos eludidos por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero -causantes del calentamiento global- desatan no solo temores sino realidades: desastrosas lluvias e inundaciones, inclementes sequías, huracanes. Entretanto, unas 3.300 a 3.600 millones de personas en el mundo son altamente vulnerables a los impactos del cambio climático.
Gobiernos y organismos globales se dan la mano para encauzar planes de neutralidad cero en 2030 y 2050. Pero, a la par, muchas empresas incurren deliberadamente en lavado verde o greenwashing e incluso, algunas leyes entorpecen el camino hacia la conciliación ambiental del planeta.
La ONU ideó un calendario de fechas para concienciar sobre la crisis climática. Cada 28 de enero se conmemora el Día Mundial de la Acción frente al Calentamiento Terrestre, denominado también como el Día Mundial por la Reducción de las Emisiones de CO2.
El Programa de Medio Ambiente de la ONU asegura que la comunidad internacional “está muy por debajo de los objetivos del Acuerdo de París”, y “sin un camino creíble hacia 1,5 °C”. Más aún, el PNUMA prevé que de continuar la actual tendencia, “la senda de emisiones de CO2 a nivel mundial llevará a un alza de la temperatura de hasta 2,6 °C al final de siglo”. Esa alerta es coincidente con las del IPCC, la OMM y otras instancias que realizan exhortos de manera reiterada. A veces con poco eco.
Metas incumplidas e impactos del cambio climático
Durante la pandemia, con la paralización económica y del tráfico de vehículos y aéreos, se produjo una reducción de las emisiones de carbono que alegró a muchos. Pero la reincorporación a las actividades y la guerra en Ucrania, han disparado estas emisiones de gases.
Las expectativas de los investigadores eran crecientes. Detectar si el mundo había logrado, con tantos compromisos climáticos que se anuncian, reducir las emisiones de manera sostenible. Pero no. Después de una caída histórica en 2020, vinculada con la crisis sanitaria y un fuerte repunte en 2021, las emisiones globales de CO2 se mantienen en niveles récord en 2022 y se incumplen las metas. Según Global Carbon Project las emisiones de CO2 en 2022 crecieron casi un 1% respecto al año anterior.
Científicos del sexto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC), Paola Arias Gómez y Juan Rivera, consultados por Efe, enfatizan en la necesidad de incrementar los esfuerzos para la reducción de emisiones a la atmósfera. Lo que redundaría en aquietar las temperaturas y calamidades climáticas y, por tanto, los impactos del cambio climático.
La inversión verde alcanzó un hito en 2022. El mundo invirtió tanto dinero en reemplazar los combustibles fósiles como lo invirtió en producirlos. Mientras que las inversiones en energía limpia aumentaron un 31 % desde 2021 hasta alcanzar el billón de dólares por primera vez. Por supuesto, recogió Bloomberglaw es un trabajo por hacer. Las inversiones anuales para descarbonizar la economía deben triplicarse en el resto de esta década.
En ese sentido, Arias insiste en la necesidad de «incrementar las inversiones en adaptación, porque se ha invertido menos en adaptación que en mitigación”. Y en eliminar los combustibles fósiles, a pesar de los «intereses petrolíferos” de las compañías y los mercados.
Reforestación y energías limpias
Paola Arias sostiene que «debemos adaptarnos a la situación climática actual». Fomentar la reforestación porque «sin árboles no es posible capturar el CO2» y eliminar los malos usos del suelo, como el uso de pesticidas, químicos o vertidos que también afectan a las emisiones”.
Por su parte, Rivera cree importante «proteger a las pequeñas islas del Pacífico, que se verán severamente afectadas por los desastres naturales por la subida del nivel del mar. Y dejarán migraciones masivas». Así como otros impactos severos por el cambio climático.
El científico contó diversas opciones para mitigar esos efectos. «Cuando te pasas de ciertos niveles pagas el doble, eso hace consumas lo menos posible. Y así reduces indirectamente los combustibles fósiles”.
Asimismo recalcó en la necesidad de imponer impuestos a las empresas más contaminantes y ampliar las ayudas para una transición energética a las energías renovables. Pues «necesitamos que se generen mecanismos para acelerar la reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero”. Según el experto «todos los países tienen al alance de su mano la posibilidad de realizar cambios que, si son sostenidos en el tiempo y surgen de una acción colectiva, modifiquen las emisiones de gases de efecto invernadero».
Mientras las temperaturas de elevan, la conciencia ciudadana se activa. Cansados de las mentiras y de los acuerdos que se incumplen, millones de estudiantes, trabajadores, campesinos e indígenas de todos los rincones del mundo invitan a imaginar una verdadera transición energética. Donde se abandonen los combustibles fósiles y se pongan en pie energías limpias.
Agrupados en pequeñas o grandes asociaciones protestan por el lavado verde, construcciones letales para el medioambiente o la deforestación. Son guardianes vigilantes de la causa y justicia climática y, en ocasiones, pagan con sus vidas las luchas por un mejor planeta.
Mercados de carbono
Luego de más 7 años de la firma del Acuerdo de París, el volumen de emisiones mundiales no para de crecer año tras año. E incluso los países que superan su límite de emisiones permitido “venden” su cupo a otros países que no alcanzaron su tope y necesitan la plata. A esto se lo llama “el mercado de carbono”.
Los mercados de carbono son sistemas comerciales en los que se venden y compran créditos de carbono. Un crédito de carbono negociable equivale a una tonelada de dióxido de carbono. O la cantidad equivalente de un gas de efecto invernadero diferente, que ha sido reducido, secuestrado o evitado.
¿Estas prácticas respaldan los esfuerzos por lograr el nivel neto cero en torno a 2050? El portavoz de cambio climático de Greenpeace España, Pedro Zorrilla adelanta a Efe que aunque algunas regiones, entre ellas Europa y EE UU «han reducido un poco las emisiones, países como India o China las están aumentando. Y cada tramo de CO2 que echamos a la atmósfera, cuenta».
No obstante, a pesar de que es el que más emisiones registra, «China es el país que más invierte en energías renovables. Pero sus nuevas plantas de carbón» hacen que sus emisiones «sigan en auge».
Para revertir que los gases sigan dañando el planeta y propiciando impactos a las poblaciones y medio ambiente por el cambio climático, existen dos vías. Por un lado, advierte Zorrilla, «a través de las COP (Convenciones de Cambio Climático)», con las que llegar a acuerdos internacionales. Y por el otro, «que los países más ricos financien proyectos de energías renovables en aquellos que están en vías de desarrollo».
Aumento de las emisiones en España
Otras medidas para reducir las emisiones que están en el transporte, está la de fomentar el «uso del ferrocarril», al ser más sostenible. Así como «aumentar los impuestos en las actividades que más contaminan y mejorar el aislamiento de los edificios», afirma el portavoz de Greenpeace España.
“Si queremos no sobrepasar el límite del 1,5 º C» dice, «en España en 2030 se tendrían que reducir un 55 % las emisiones”. De lo contrario, «los efectos irán en cascada, acelerando el deshielo polar y la subida del nivel del mar». Y aumentaría el número de personas altamente vulnerables a los impactos del cambio climático, que hoy están entre 3.300 y 3.600 millones.
Según un estudio de Greenpeace, las emisiones de gases de efecto invernadero crecieron en España un 14 % en los cinco primeros meses de 2022.