Copernicus, el monitor climático europeo, indica que la temperatura media de la superficie global durante noviembre fue 1,62 °C superior a la del período preindustrial
Copernicus, el Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea, emplea miles de millones de mediciones de satélites, barcos, aviones y estaciones meteorológicas para obtener sus cálculos climáticos y, afirma que 2024 será el primer año en superar el umbral de calentamiento de 1,5°C con respecto al período preindustrial y el más cálido de los registros.
Sus reportes se remontan a 1940, pero otras fuentes de datos climáticos (como núcleos de hielo, anillos de árboles y esqueletos de coral) permiten a los científicos ampliar sus conclusiones utilizando evidencia de un pasado mucho más lejano. Los científicos dicen que el período que estamos viviendo es probablemente el más cálido que la Tierra ha transitado en los últimos 125.000 años. Incluso bajo estos estándares, el calor extraordinario observado desde mediados de 2023 ha provocado un debate científico.
El monitor climático europeo dice en su informe que «con toda seguridad» 2024 será el más caluroso registrado. Y, el primero por encima de un umbral crítico para proteger al planeta de un sobrecalentamiento peligroso.
El nuevo punto de referencia confirmado por el Servicio de Cambio Climático de Copernicus corona un año en el que países ricos y pobres se vieron afectados por severos desastres. Los expertos lo han vinculado a la actividad humana en el rápido calentamiento de la Tierra.
2024 con el gran récord en calentamiento
Son recientes los devastadores huracanes Beryl, Helene y Milton en Estados Unidos. También el tifón Yagi que dejó más de 500 muertos en el sudeste asiático. Y otra borrasca con nombre, Boris, azotó el centro y este de Europa, provocando 20 víctimas. En mayo, Brasil sufrió graves inundaciones en el estado de Rio Grande do Sul, con millones de afectados y más de 180 muertos. Mientras que una sequía sin precedentes ha secado algunos de los afluentes más importantes del Amazonas y ha provocado también catastróficos incendios en Bolivia.
El Servicio de Cambio Climático Copernicus (C3S) indica que la temperatura media de la superficie global solo durante noviembre fue 1,62 °C superior a la del período preindustrial. Precisa que la quema masiva de combustibles fósiles impulsó el calentamiento global en 2024. Con los datos de 11 meses del año, ya disponibles, los científicos afirman que se espera que la media del año supere el récord establecido en 2023 de 1,48 °C.
Samantha Burgess, subdirectora del C3S, advierte que “ahora podemos confirmar con virtual certeza que 2024 será el año más cálido registrado. Y el primer año calendario con una temperatura superior a 1,5 °C. Esto no significa que se haya incumplido el acuerdo de París. Pero sí que es más urgente que nunca adoptar medidas ambiciosas en materia de clima».
El Acuerdo de París (2015) compromete a los 196 países firmantes a mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 °C para limitar el impacto de los desastres climáticos. Pero esto se mide a lo largo de una década o dos, no de un solo año.
Metas rotas
La probabilidad de mantener las temperaturas por debajo del límite de 1,5 °C incluso a largo plazo parece remota. Las emisiones de CO2 que calientan el planeta siguen aumentando en 2024, a pesar de una promesa mundial asumida a fines de 2023 de ”abandonar los combustibles fósiles”.
Desde Global Carbon Project precisan que las emisiones de dióxido de carbono por los hidrocarburos serán de 41.600 millones de toneladas en 2024, frente a los 40.600 millones de toneladas del año pasado. Solo las emisiones de CO2 de origen fósil ascienden a 37.400 millones de toneladas, el resto al cambio de uso de la tierra o deforestación.
Los científicos del clima sostienen que las emisiones de combustibles fósiles deben caer un 45% para 2030 para tener una posibilidad de limitar el calentamiento a 1,5 °C. La reciente cumbre climática COP29 no logró llegar a un acuerdo sobre cómo impulsar la transición hacia el abandono del carbón, el petróleo y el gas. Los datos del C3S mostraron que noviembre de 2024 fue el decimosexto mes en un período de 17 meses en el que la temperatura promedio superó los 1,5 °C.
La crisis climática ya ha agravado los fenómenos meteorológicos y los ha convertido en extremos. Con olas de calor de una intensidad y una frecuencia que antes eran imposibles de soportar, junto con tormentas más feroces e inundaciones más graves.
América Latina y el Caribe es la segunda zona del mundo más propensa a sufrir un desastre climático, según la ONU. Entre los años 2000 y 2022, se contabilizaron 1.534 episodios, con cerca de 190 millones de personas afectadas. Uno de cada tres habitantes de la región. Los expertos aseguran que sí se pueden prevenir sus riesgos para impedir que se conviertan en desastres.
¿La culpa es de El Niño?
En 2024, el año con mayor calentamiento de los registros de Copernicus, los desastres meteorológicos causaron pérdidas económicas por 310.000 millones de dólares, informó el gigante de seguros Swiss Re, en Zúrich.
Los países en desarrollo son particularmente vulnerables y para 2035 necesitarán 1,3 billones de dólares al año en asistencia externa para hacer frente al cambio climático.
En las conversaciones de la ONU sobre el clima celebradas en noviembre, en Azerbaiyán, los países ricos se comprometieron a aportar 300.000 millones de dólares anuales hasta 2035, una cantidad que se consideró lamentablemente insuficiente.
2024 comenzó en el pico de El Niño, un fenómeno natural que se mueve alrededor de agua cálida, lo que ayuda a elevar las temperaturas globales. Pero los científicos comentan que tal variabilidad cíclica no podía explicar por sí sola el calor récord en la atmósfera y los mares.
Tras el último fenómeno de El Niño, las temperaturas empezaron a bajar, pero «muy lentamente». Habrá que analizar las causas, explica a la AFP Robert Vautard, científico del IPCC, el organismo consultivo de expertos sobre el clima de la ONU.
Un estudio publicado en la revista Science sugirió que la falta de nubes bajas podría estar causando que menos calor rebote hacia el espacio. Reseña la agencia francesa que un artículo publicado en mayo exploró la posibilidad de que los combustibles para barcos de combustión más limpia estuvieran liberando menos partículas con efecto espejo en las nubes, lo que atenuaría su reflectividad.
Julien Nicolas, científico del clima de Copérnico, asegura que los últimos años fueron «claramente excepcionales». «A medida que obtengamos más datos, esperamos entender mejor lo que ocurrió».
Ayuda de la Cruz Roja
En 2024, la crisis climática cobró un número de víctimas enorme en Estados Unidos. Se recurrió a la Cruz Roja Americana en busca de ayuda y asistencia mientras se enfrentaba al segundo mayor número de desastres de mil millones de dólares jamás registrado en el país.
“Los desastres se han vuelto tan persistentes que nuestros voluntarios ya no se movilizan en torno a brotes estacionales. Ahora, responden sin parar”, señala Cliff Holtz, presidente y director general de la Cruz Roja Americana. “Esta nueva realidad va más allá de cualquier cosa que hayamos experimentado antes. Pone a prueba la capacidad de las organizaciones implicadas. Ante la creciente frecuencia e intensidad de estos sucesos, las familias cuentan con la generosidad del público. Con ayuda y esperanza cuando se produzca el próximo desastre”.
Indica la institución que a nivel nacional, el alcance de los desastres incrementó este año la demanda de artículos de primera necesidad como alimentos y alojamiento de emergencia. En ambos casos se superaron la media anual de los últimos cinco años. De hecho, los más de 7 millones de comidas y refrigerios de este año, servidos por voluntarios de la Cruz Roja, casi triplicaron esa media.
Esta necesidad se vio provocada en parte por los huracanes Helene y Milton, que destrozaron amplias zonas del sureste y destruyeron algunas de esas mismas comunidades en tan solo dos semanas. Así como por las fuertes tormentas, inundaciones e incendios forestales en otras zonas del país.
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