Termina el verano y también las vacaciones. Es preciso recobrar el equilibrio para asumir con la mejor disposición las actividades cotidianas. Nadie dijo que es sencillo. Pero estas recomendaciones serán de utilidad en este proceso de retomar el ritmo de vida requerido para poder alcanzar las metas anheladas.
Cuerpo
1.Reacondicionar el cuerpo
El primer paso es enfrentar la balanza para evaluar cuántos kilos se tienen de más. De inmediato, es preciso revisar el estado de la piel. Si es necesario, puede acudirse al dermatólogo. Si no, bastará con exfoliarla, limpiarla e hidratarla. Para el rostro es recomendable usar mascarillas, así como cremas con vitamina C, retinol y ácido hialurónico. Aplicarse protector solar en el cuerpo y en cara es fundamental. Por supuesto, no puede pasarse por alto el cabello. Un baño de crema es ideal para rehidratarlo de la raíz a la punta.
Además, si es posible, una visita a la peluquería no caería nada mal.
2. Reencontrarse con la alimentación saludable
Es normal aumentar unos kilos en vacaciones. Lo que no es bueno es quedarse con ellos. Así que el paso siguiente es retomar los hábitos alimenticios correctos. Para esto es menester recordar que la nutrición es un asunto individual. La dieta se diseña de acuerdo a requerimientos, gustos y el estilo de vida de cada quien. Se debe tener en cuenta que comer de manera saludable evita enfermedades, mantiene el cuerpo al 100% de su capacidad, prolonga la vida y permite asumir la vejez en condiciones adecuadas.
3. Dejar los hábitos tóxicos
No se trata de cortar radicalmente con el tabaco o el alcohol. El objetivo debe ser moderar su consumo hasta hacerlos
desaparecer.
4. Descansar para recobrar energías
Dormir es fundamental no solo para el rendimiento de nuestro cuerpo, también para nuestra mente y espíritu. Una persona que no duerme bien no puede ser feliz. No descansar lo necesario produce irritabilidad. Dormir ocho horas es imprescindible.
5. Reanudar la rutina de ejercicio físico
Es una manera de deshacerse de los kilos de más ganados en vacaciones. Además, genera endorfinas y llena de energía el cuerpo. Es aconsejable realizar una rutina diaria de ejercicios de 30 minutos o llevar a cabo alguna actividad física cuatro veces a la semana de 50 a 60 minutos.
6. Acudir a los chequeos médicos necesarios
Los excesos tienen consecuencias y el periodo de vacaciones es, por lo general, un tiempo de desequilibrio. Si algo no anda como lo esperamos, acudir al médico es buena idea. La visita al odontólogo sí que es obligatoria.
Mente
7. Poner todo en orden en casa
Todo fluye cuando cada cosa está en su lugar. Una manera de poner coto a la turbación mental que produce volver a la cotidianidad es comenzar por organizar las diferentes áreas del hogar. Es aconsejable empezar por lo más pequeño hasta llegar a aquello que nos parece más complicado o tedioso. Esto atiende a un asunto lógico: sentirnos confortables en nuestro refugio más importante nos da paz interior.
8. Revisar los asuntos pendientes
Siempre quedan tareas y compromisos aplazados cuando se realiza la pausa de vacaciones. Es normal. Hacer una lista y examinar lo que tiene prioridad es una buena manera de canalizar lo que todavía no se ha resuelto a fin de finiquitarlo.
9. Controlar la ansiedad y el estrés
Estos estados psicofísicos suelen aparecer sobre todo cuando se sale del estado del relax y se deben atender los compromisos cotidianos. Para combatirlos, nada mejor que la máxima de “ocuparse en vez de preocuparse”.
10. Organizar la agenda
Esto se aplica tanto para los compromisos personales y familiares como para aquellos referidos al trabajo. Marcar las prioridades en un cuadernillo nos permite hacer rendir el tiempo y brindarle atención a todo en su justa medida.
11. Realizar un balance de gastos
Es buena idea determinar cuánto dinero se invirtió en el disfrute de las vacaciones. También lo es determinar los esfuerzos necesarios para que las finanzas vuelvan a equilibrarse. Recordar los hábitos de ahorro es otro punto a considerar. El dinero no lo es todo, pero brinda tranquilidad saber que este aspecto de la vida está bajo control.
12. Mentalizarse para volver al trabajo
Ciertamente requiere de una disposición mental retomar las responsabilidades y exigencias de esta área de nuestras vidas. Para esto es recomendable repasar en qué punto quedaron los proyectos que se tienen entre manos. Asumir el retorno con la mejor disposición siempre ayuda.
Espíritu
13. Reconectarse con la espiritualidad
Jamás se dejan estos asuntos cuando se han asumido como parte de la vida, independientemente de dónde nos encontremos. Se trata más bien de practicarlos con la frecuencia acostumbrada. Reflexionar, meditar o rezar suelen ser una buena manera de equilibrar y reconfortar el alma, sobre todo para asumir cambios y retos, aun cuando se trate de los más sencillos y habituales.
14. Ponerse en los zapatos de los seres queridos
Parece lógico y natural, pero puede que en eso de reanudar tareas y compromisos se nos pase por alto que también nuestra pareja, hijos, demás familiares y hasta los amigos estén transitando por el mismo estado de sobresalto que significa volver a los hábitos cotidianos. Pensar en esto y tomar cartas en el asunto refuerza nuestro vínculo afectivo con aquellos a los que queremos. Además, esta conducta sirve para reconfortarse mutuamente.
15. Asumir una actitud amable con los demás
Los cambios no son sencillos, para nadie. Es común sentirse un tanto desajustado y hasta susceptible. Debido a esto es preciso hacer un esfuerzo consciente y tratar de ser considerado con quienes están alrededor. Una palabra afable jamás está de más.
16. Ser optimista en todo momento
Enfrentar todo con una actitud positiva siempre es lo más recomendable, incluso cuando retomar la rutina es el reto. Bastará con recordar que “un nuevo comienzo es una nueva oportunidad de ser y estar mejor”.
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