POR CAMBIO16
10/10/2017
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Este martes promete ser un día histórico para el futuro de Cataluña. En ese día, el presidente de la comunidad regional, Carles Puigdemont, tendrá que inclinarse ante el sector más radical del parlamento y hacer una declaración unilateral de independencia (DUI), o suspender esta grave decisión y abrir un proceso de negociación con el gobierno central.
https://youtu.be/5VzfaCG-8MY
El gobierno de España insiste en que el país no se dividirá a medida que crece la presión sobre el gobierno regional catalán tras una gran marcha en Barcelona contra la secesión. Ya lo advertía el lunes la vicepresidenta, Soraya Saenz de Santamaría, que el gobierno actuará sobre cualquier declaración catalana de secesión.
Con el giro del reloj, las declaraciones de las fuerzas políticas -y algunos baldazos- no se hicieron esperar. Los que destacaron: la declaración del PSOE apoyando la respuesta del Estado, aunque sin dejar de abogar por el diálogo; y la de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, asegurando en una declaración institucional en el Ayuntamiento de la ciudad que “los votos del 1-O no pueden ser un aval para declarar la independencia”.
En este contexto, el futuro de Cataluña parecía incierto el lunes, en vísperas de lo que será la intervención parlamentaria de Puigdemont, velada de un total secretismo y con poca claridad en cuanto a si se aferraría a los planes de declarar la secesión. Puigdemont está programado para hablar el martes a las 6 pm «para informar sobre la situación política actual».
«La historia no debe repetirse», dijo Pablo Casado, del Partido Popular (PP). «Esperamos que mañana no se declare nada, porque tal vez el que lo declare acabará como el que lo declaró hace 83 años».
▶️ Escucha lo que Pablo Casado ha dicho realmente sobre Companys ? pic.twitter.com/8tM8ncd7PK
— Partido Popular (@PPopular) 9 de octubre de 2017
Casado se refería a Lluís Companys, que proclamó un estado catalán de corta duración en 1934 y fue arrestado rápidamente a partir de entonces. Seis años más tarde, fue ejecutado por el gobierno de Francisco Franco. Como era de esperarse, la declaración del portavoz del PP no dejó de generar una ardiente polémica en las redes, el ágora virtual donde partidarios y detractores han mantenido encendido en torno al conflicto.
Lo cierto es que, más allá de lo que se diga en las redes, declarar la independencia cerrará definitivamente la puerta a las negociaciones y permitirá al Gobierno tomar medidas drásticas, incluso aplicar el artículo 155 de la Constitución, en virtud del cual Madrid asume el control de la Generalitat y aplicar la ley a sus líderes, empezando por Puigdemont. La tensión está en el aire.
Crisis, presiones y fisuras
Según fuentes del partido PDeCAT de Puidgemont, existen tres posibles escenarios: una declaración de secesión total; una «simbólica», sin efecto inmediato; o ninguna declaración en absoluto, y una nueva convocatoria de diálogo con Madrid.
Pero para los más radicales aliados del presidente catalán, la CUP, es poco probable que acepte cualquier retroceso. Los separatistas ávidos quieren una declaración de independencia y vienen presionando a lo interno para forzar tal declaración.
Sin embargo, después de que grandes bancos y varias empresas trasladaron sus bases legales fuera de Cataluña, la comunidad empresarial catalana pide cautela, temiendo una gran fuga de capitales.
También hay preocupación por la falta de apoyo internacional a la secesión y una marcha que atrajo a cientos de miles de personas en Barcelona el domingo fue un fuerte recordatorio de que no todo Cataluña está detrás del plan.
La Asamblea Nacional Catalana, a favor de la independencia, dijo que dos pantallas grandes estarán cerca del parlamento para seguir el debate.
El domingo, una entrevista pregrabada en la que Carles Puigdemont presentó la declaración de la secesión como un acuerdo fue editada antes de ser emitida el domingo por la emisora catalana TV3. Al final, en un extracto anticipado, Puigdemont dijo que la declaración estaba «prevista» por la ley catalana, y «haremos lo que dice la ley». Y aunque «abogó» por negociaciones con Madrid, dijo que si esa opción es negada, «haremos lo que venimos a hacer».
Veremos…