La violencia de género en España tiene muchas caras, todas dolorosas: están las estadísticas que estremecen por su saldo creciente y, el arañazo social que desgarra a las familias de por vida. Diversas organizaciones interesadas en visualizar la dramática situación observan que las cifras oficiales no recogen el universo de víctimas. Compaña Feminista afirma que 101 mujeres murieron a manos de “terroristas machistas” en 2023 en el país, casi el doble de los números registrados por el gobierno.
Integrantes de esa agrupación, que se identifica como “mujeres anónimas representando a mujeres asesinadas”, salieron con túnicas y máscaras blancas a las calles del centro de Madrid a gritar “Ya Basta”. Caminaron desde cinco puntos diferentes de la capital (Plaza de Luna, Plaza de Santo Domingo, Recoletos, Paseo del Prado y Antón Martín) hasta llegar al Ministerio de Igualdad. Allí, tapizaron su puerta con los nombres de las “100 mujeres exterminadas por terroristas machistas en 2023 en nuestro país”, dijo una de sus voceras que no quiso identificarse.
Ese despacho informó en noviembre de 2023 que el número de mujeres asesinadas por violencia de género en España ascendió a 52 durante ese año y a 1.237 desde 2003, inicio de los registros. Cifras por debajo de las denunciadas por Compaña Feminista y por Feminicidio.net que las ubican en 101 asesinatos. Mientras tanto, el gobierno registró 50 muertes por esa agresión machista en 2022.
“Estamos aquí porque no queremos que haya víctimas de primera y de segunda. Es decir, se debe unificar el listado de las víctimas, para que no queden fuera de la lista oficial (y en otra lista aparte) las mujeres que han sido asesinadas por desconocidos. Y otras como mujeres prostituidas, mujeres asesinadas por sus familiares, mujeres asesinadas por violación”, agregó otra de las manifestantes con su careta blanca.
Violencia de género España
Los feminicidios son todos los asesinatos de mujeres por el hecho de serlo. Y las cifras son mucho más elevadas que las que se cuentan como oficiales. En 2023 hay 45 casos no contabilizados en la lista oficial, quedando casi el 50% de los casos fuera de la estadística. Esto pone de manifiesto la deficiencia en la definición y el número de víctimas reales”, denuncia la portavoz de la Compaña Feminista, reseñó Crónica Libre.
Considera necesario crear un Comité de Crisis Permanente. «Queremos que se asuman responsabilidades. El ministerio de Interior debe invertir en la mejora del sistema Viogen, en formación y sensibilización contra la violencia machista. Así como mejorar la protección de las víctimas y posibles víctimas”.
También deben depurarse responsabilidades, comenta. Muchas mujeres habían denunciado agresiones sistemáticas y su muerte se podía haber evitado. “Es necesario priorizar la lucha contra la violencia machista. El ministerio de Igualdad debe invertir en sensibilización y prevención de la violencia machista, esta masacre no puede continuar. Se necesita un ministerio que se dedique en exclusiva y con el 100% de su presupuesto a combatir el terrorismo machista”, subraya la portavoz.
Aunque hay más conciencia social, más leyes, más estadísticas y una respuesta estatal más presente, aún la violencia feminicida se mantiene, sostiene un informe de Amnistía Internacional.
A pesar de la insistencia de las autoridades en la necesidad de que las víctimas presenten denuncia para poner en marcha los recursos de intervención, no todas las mujeres dan ese paso, aunque cada vez son más las que lo hacen. En 2022 un 35% de las víctimas había denunciado previamente. Pero en los primeros años desde que hay estadísticas no se contabilizó ninguna denuncia previa (la serie comienza en 2003). Los datos confirman que quedan aún muchas barreras por superar.
Producir daño y conseguir el control
La violencia de género “es aquella que se ejerce sobre las mujeres por parte de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones de afectividad (parejas o exparejas)”, señala la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género. “El objetivo del agresor es producir daño y conseguir el control sobre la mujer” y puede ser de tipo sexual, físico, psicológico. Además, puede darse en espacio público como privado”.
Esta grave violación a los derechos humanos se mantiene en auge. Según un estudio de la Delegación del Gobierno de España para la Violencia de Género realizado por la Fundación Igual a Igual, las víctimas de violencia de género tardan ocho años y ocho meses de media en expresar su situación. Ya sea en los servicios de apoyo y asesoramiento jurídico que interpongan la denuncia contra su agresor. Las gotas que suelen colmar el vaso son sobre todo el grave daño psicológico (54%), el daño físico de la última agresión (41%). O el convencimiento de que sus hijos/as son ya conscientes de la violencia doméstica (30%).
Entre los motivos de la tardanza en denunciar –se podrían dar varias respuestas– ocupa un lugar destacado «el miedo a la reacción del agresor» (50%). Mientras el 45% de las agredidas creían que podían resolver el problema solas y el 36% «no se reconocían como víctimas».
Un 32% aseguró sentirse culpable y responsable de la situación, y un 29% dijo sentir pena por el agresor.
Perfil del agresor
En cuanto al perfil de los agresores, el CDC de Estados Unidos enumera 20 factores de riesgo individuales que ayudan a explicar esas características. Menciona una baja autoestima, bajo nivel educativo, comportamiento agresivo o delincuente en la juventud. Uso de alcohol y drogas, depresión y tentativas de suicidio, ira y hostilidad. Así como rasgos de personalidad antisociales, trastorno límite de la personalidad, soledad, problemas económicos como el desempleo.
Una actitud machista sólo se menciona en el lugar número 16, lo que muestra la baja importancia que le otorga como factor explicativo de la violencia de pareja.
La UE hace una lista similar de categorías y factores de riesgo para el agresor en femicidios que incluye, por este orden, abuso de alcohol y drogas. Violación de orden de alejamiento, problemas mentales, haber sido testigo de abuso cuando era pequeño en su familia. Desempleo, antecedentes de violencia, celos patológicos y control coercitivo sobre la pareja. El factor machismo sólo se menciona en noveno lugar y sólo en la categoría comunitaria, es decir, referido al entorno o cultura de masculinidad agresiva en que se mueve el agresor más o que a sus características psicológicas individuales.