Casi el 18% de la población adulta padecen esterilidad en algún momento de su vida. Las cifras de l Organización Mundial de la Salud indican que una de cada seis personas en el mundo presenta este problema y lo atribuye al estrés, ansiedad, edad de la mujer y problemas en la convivencia de pareja como algunas de las causas.
El informe, el primero de este tipo desde hace más de diez años, aglutina más de un centenar de estudios realizados en varias partes del mundo entre 1990 y 2021 y consolida la información relativa a la fertilidad y muestra la característica global que define este problema de salud. La anomalía, que afecta tanto al sistema reproductivo masculino como al femenino, se define como la imposibilidad de fecundar en un plazo de doce meses o más de haber mantenido relaciones sexuales sin protección alguna. La tasa de infertilidad se sitúa en un 17,8% en las economías avanzadas frente al 16,5% de los países en desarrollo.
“Es una verdad incontestable. La esterilidad no hace distinciones, es común a todos. Puede causar mucha angustia y afectar al bienestar mental y psicosocial de las personas”, dijo Tedros Ghebreyesus, director general de la OMS.
Las nuevas estimaciones constatan que la prevalencia de la esterilidad varía poco de una región a otra. Las tasas son similares en los países de ingresos altos, medianos y bajos, lo cual demuestra que se trata de un importante problema de salud pública en todas las partes del mundo.
La OMS difunde datos sobre la esterilidad
El estudio especifica que el sudeste asiático presenta las mayores tasas de infertilidad, con un 23,2%. Seguido por el continente americano (20%), Europa (16,5%), África (13,1%) y el Mediterráneo Oriental (10,7%).
Aunque el informe no señala las causas, por la falta de estudios clínicos en los documentos de los que parte la investigación, la OMS advierte algunos problemas comunes como las enfermedades de transmisión sexual o infecciones en los sistemas reproductivos. También se refiere a la contaminación como un factor, aunque, como clarificó el investigador James Kiarie no hay información suficiente para verificar esta correlación.
Al estrés, ansiedad, estigma social y problemas en la convivencia de pareja que pueden provocar los problemas de fertilidad, se suma el aspecto económico. En la gran mayoría de países es necesario financiar personalmente el tratamiento a un elevado coste. Esto puede empujar a la pobreza a las familias con menos recursos para llevar a cabo una fecundación in vitro u otro tratamiento para ser padre o madre.
“Millones de personas se enfrentan a costos de salud catastróficos después de iniciar un tratamiento contra la infertilidad. Lo que se puede convertir en una auténtica trampa para los afectados”, indicó Pascale Allotey, director del departamento de salud reproductiva y sexual en la OMS.
Los expertos del organismo coinciden en que, a pesar de que la infertilidad es una enfermedad mundial, no hay suficientes datos por edades, causas o países que permitan cuantificarla. Sin estas informaciones, es difícil identificar a las personas que necesitan tratamientos o tomar medidas que reduzcan los riesgos, advierten desde la organización de las Naciones Unidas.
La edad de la mujer incide en la fecundidad
El director de la clínica de reproducción asistida IVI en Zaragoza, José Serna, señala el aumento de la edad media en las mujeres embarazadas como factor determinante que explica el aumento de la infertilidad. Explica que cuanto más se retrasa, la calidad de los óvulos se reduce .
Datos del Instituto Nacional de Estadística constatan que la proporción de nacimientos de madres mayores de 40 años se duplicó entre 2001 y 2019. En Europa, en 2019, la mayor proporción de madres mayores de 40 años se encontró en España (10% de todos los nacidos vivos). Detrás siguen Italia (8,9%), Grecia (8,4%), Irlanda (7,9%) y Portugal (7,8%).
En el caso de los hombres, la literatura científica es menos extensa, lo que dificulta aun más su tratamiento. Serna alude a un estudio en el que denotaron una reducción en el número de espermatozoides al comparar muestras de las últimas dos décadas. Sin embargo, su relación con la infertilidad todavía debe discernirse en futuras investigaciones.
La Clínica Mayo agrega otras causas de esterilidad a las comentadas por la OMS en su informe. Precisa que las mujeres con dificultades para embarazarse también pueden presentar períodos o menstruaciones irregulares, trastornos de ovulación, anomalías uterinas o cervicales, daño o bloqueo de las trompas de Falopio, endometriosis o enfermedad inflamatoria pélvica, incluso estar sometida a un tratamiento para el cáncer, entre otras razones.
Salud comprometida y factores ambientales
La Mayo detecta, en el caso de los hombres:
- Producción o funcionamiento anormal de los espermatozoides,
- daño por el cáncer y su tratamiento.
- sobreexposición a ciertos factores ambientales, como pesticidas y otras sustancias químicas y radiación,
- alcohol,
- fumar cigarrillos o marihuana,
- esteroides anabólicos,
- medicamentos para tratar infecciones bacterianas,
- presión arterial alta y depresión,
- la exposición frecuente al calor, como en saunas o jacuzzis, puede elevar la temperatura corporal y puede afectar la producción de esperma.
Todas las organizaciones e instituciones coinciden en que a pesar de la magnitud del problema, las soluciones disponibles para prevenirlo, diagnosticarlo y tratarlo son costosas. Las técnicas de reproducción asistida, entre ellas la fecundación in vitro, continúan sin recibir suficiente financiación y resultan poco accesibles para muchas personas.
En la mayoría de los países, los propios afectados son quienes, en gran medida, pagan los costosos tratamientos. Los habitantes de los países más pobres gastan una proporción relativa de sus ingresos en terapias contra la esterilidad superior a la de los países más ricos. A menudo, estos gastos exorbitantes impiden que las personas se sometan a dichos tratamientos o las empujan a la pobreza.