Por Efe
04/01/2016
El pasado año murieron en las carreteras españolas 1.126 personas, seis menos que en 2014 (-1%), con lo que se mantiene la tendencia a la baja, aunque por segundo año consecutivo el ritmo de descenso ha sido más lento que otros ejercicios.
Son datos del balance provisional de siniestralidad en vías interurbanas que han presentado el ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, y la directora general de Tráfico, María Seguí, de los accidentes mortales del año recién acabado contabilizados a 24 horas (es decir, los fallecidos en las 24 horas siguientes al siniestro).
Unos datos elaborados con los informes provisionales de la Guardia Civil, la Ertzaintza, los Mossos d’Esquadra y 2.500 cuerpos de policías locales y que revelan también un menor número de heridos hospitalizados (4.843 en 1.018 accidentes frente a los 4.984 de los 984 siniestros con víctimas de 2014). Según ha resaltado el ministro, la cifra de fallecidos vuelve a situar la siniestralidad en mínimos históricos. Ha recordado que en 1960 (año el que empezaron a contabilizarse los accidentes) hubo 1.300 muertos con un parque de vehículos de un millón y algo más de dos millones de conductores.
Hace diez años, fueron 3.000 los fallecidos y hoy, la cifra es de 1.126 con 31 millones de coches y más de 26 millones de conductores. De todos modos, Fernández Díaz ha querido dejar claro que hay que seguir trabajando hasta lograr el objetivo de siniestralidad cero.
Por primera vez se han ofrecido datos de la siniestralidad en vías urbanas, con 254 fallecidos frente a 265 de 2014, lo que significa una reducción del 5%. Respecto a las comunidades autónomas, han sido Cataluña, Castilla y León y el País Vasco donde más ha aumentado el número de fallecidos respecto al año anterior, con 32, 28 y 21 más, respectivamente, frente al descenso de 23 de Andalucía, de 19 en Galicia, de 17 en Murcia y de 16 en Navarra. Si se analiza la siniestralidad por provincias, Tarragona, con 18 fallecidos más, es donde más ha aumentado en términos absolutos, por delante de Guipúzcoa, con 14 más.
El año pasado hubo 17 días sin víctimas, la mitad que en 2014, y también se detectó una mayor movilidad (con un aumento del 4%) gracias, entre otras cosas, a la recuperación económica, el mayor número de turistas y el descenso en el precio de los combustibles.
Por tipo de vía, en autopista y autovía ha habido 213 muertos (51 menos) y en las carreteras convencionales 913 (45 más), lo que consolida a estas vías como las que tienen más índice de siniestralidad con el 81% del total de víctimas mortales. Respecto al tipo de usuario, lo más significativo es el aumento en 49 del número de fallecidos que viajaban en moto, así como en ciclomotor (11), frente a los 22 menos en turismos y la misma cifra en autobuses.
Un total de 141 personas fallecidas no llevaba puesto el cinturón de seguridad; 4 el sistema de retención infantil o «sillitas» y 14 el casco en motos y ciclomotores. Tampoco se lo habían puesto 17 ciclistas. «Hubiera habido 71 muertos menos si se hubieran usado los dispositivos seguridad», ha indicado el ministro.
María Seguí ha aludido al aumento de la siniestralidad en las motos y ha dicho que ha aumentado su movilidad a la par que la antigüedad media (12,5 años las involucradas en accidente). Además, la proporción de las que no han pasado la ITV es mayor que en turismos. Por todo ello, se ha creado un grupo de trabajo en el seno del Consejo Superior de Tráfico para abordar este asunto y que se reunirá por primera vez el día 25.
Con el balance del año, España se sitúa como el quinto país de la UE con menor tasa de siniestralidad, después de Suecia, el Reino Unido, Holanda y Dinamarca. Una tasa de 3,6 fallecidos por cada 100.000 habitantes frente a la media europea de 5,1.