Por Cambio16
11/07/2018
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007 Elements: el primer museo dedicado a James Bond. El nuevo espacio será inaugurado este jueves 12 de julio en un pico alpino. Diseñado para parecer la guarida de un villano de la saga, este lugar no tiene licencia para ofender. Y es que cualquier rastro de comentarios sexistas, racistas o inapropiadas ha sido purgado en ese centro.
007 Elements: situado en un recóndito lugar
El 007 Elements se esconde entre nieves perpetuas en el pico Gaislachkogl, de 3.048 metros. Específicamente, se encuentra en el corazón de los Alpes austríacos. Se trata de una de las localizaciones de la última película del famoso agente secreto: Spectre (2015).
Asimismo, la construcción se encuentra al lado del Ice Q, un restaurante situado en un edificio de cristal. Justamente, esa edificación aparece en una de sus escenas de acción más destacadas de Spectre.
Igualmente, la única forma de llegar es a través de un funicular. Este parte de la estación de esquí de Sölden. El precio de boleto está incluido dentro de los 22 euros (25,8 dólares) que cuesta la entrada para adultos.
007 Elements: al estilo de la guarida de un villano de James Bond
«El museo tiene un ambiente cinematográfico y el edificio, creado a medida para albergar la instalación, parece la guarida de un villano de Bond», explica Neal Callow, quien ha diseñado el museo.
¿Quién habría sido más indicado que Callow para crear este lugar? Nadie. Callow es el director artístico de las últimas cuatro películas de la saga (Casino Royale, Quantum of Solace, Skyfall y Spectre).
El centro 007 Elements, de 1.300 metros cuadrados, presenta un estilo minimalista. Fue edificado con hormigón, vidrio y acero. Además, está parcialmente excavado en la roca con el fin de integrarlo en el paisaje.
007 Elements: viaje a una “película real”
El lugar está dotado de un juego de luces y sombras, pantallas, tecnología interactiva y secuencias de películas. Son nueve salas en total buscan sumergir al visitante en «una película real» del más conocido de los agentes secretos británicos.
«El principal desafío a la hora de capturar el legado de James Bond en una visita que dura alrededor de una hora”, expone Callow, quien revela con esto el reto que enfrentaron. La trayectoria de 007 abarca más de 50 años y 24 películas. Teníamos un archivo enorme del que elegir, con dibujos, disfraces, carteles, guiones y muchas otras cosas».
Asimismo, en este centro se pueden ver objetos originales de la saga como el Jaguar C-X75 que aparece en Spectre o la pistola de oro que usaba Sean Connery en Goldfinger (James Bond contra Goldfinger).
007 Elements: lugar dotado de adelantos tecnológicos
¿Y qué se encontrarán los visitantes? «Participarán en un viaje multisensorial, con paisajes sonoros emocionantes, una iluminación que acentuará el misterio y proyecciones visuales», describe Callow.
«La estructura del relato que queremos contar, el ritmo de los espacios en el edificio y los movimientos entre la luz y la penumbra se han diseñado para crear una experiencia más cercana a una película que a un museo tradicional», agrega.
Callow subraya que la intención es sumergir al visitante en el universo Bond de forma «elegante» y «divertida». Al igual que el famoso agente al servicio de Su Majestad, el museo contará con los últimos adelantos tecnológicos.
007 Elements: un espacio políticamente correcto
Los creadores del museo decidieron prescindir de algunas escenas de 007. El director artístico de las películas de Bond declaró recientemente a la prensa que los tiempos «habían cambiado». Por eso, los creadores del museo quieren «mostrar el legado de las películas de una manera moderna y políticamente correcta».
El sofisticado mundo de Bond, con sus trajes de etiqueta, sus escenarios exóticos, sus tramas internacionales y el vodka martini también esconde, especialmente en los años 60 o 70, un claro sexismo. En las cintas del agente secreto abundan numerosas «chicas Bond» con papeles planos, subordinados y pasivos. De igual forma, en ocasiones, un cierto racismo en algunos comentario y chistes.
Esas actitudes negativas del célebre agente se han visto reducidas, criticadas y hasta un tanto revertidas en el contenido de cintas realizadas en las últimas décadas. Por ejemplo, M, encarnada por Judi Dench, le dice a Bond (Pierce Brosnan) en GoldenEye (1995) que es «un dinosaurio sexista y misógino, una reliquia de la Guerra Fría».
Algunos aficionados a las famosas películas del espía han reprochado al museo por no abordar de forma crítica este aspecto de la personalidad de Bond y optar por la salida más fácil: eliminarlo.
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