Por MIGUEL ÁNGEL ARTOLA
Tras los atentados yihadistas de Francia de principios de enero, los países que conforman la Unión Europea tienen ante sí el reto de reforzar sus instrumentos de control internos y externos para evitar nuevas acciones terroristas. La amenaza ha cambiado. El enemigo puede venir de lugares remotos o estar ya asentado en nuestros pueblos y ciudades esperando el momento adecuado para atacar. Como afirma Félix Arteaga, investigador principal de Seguridad y Defensa del Real Instituto Elcano, los trágicos sucesos de París han propiciado “la oportunidad política” para sacar adelante medidas que estaban guardadas en el cajón y que ahora tienen más posibilidades de ponerse en marcha. Analizamos con Arteaga los pasos que dará en los próximos meses la Unión Europea para mejorar la seguridad, aún a costa de nuestra privacidad.
PNR (Passenger Name Record)
Es la medida estrella de la nueva política de seguridad frente a la amenaza yihadista. El PNR -siglas en inglés del registro de datos de pasajeros aéreos- es un histórico de la actividad de cada persona que vuela en la que aparecen además de sus datos de afiliación otros interesantes para la policía como la numeración de la tarjeta de crédito que ha utilizado para comprar el billete, cómo lo ha adquirido, por internet o en una oficina comercial…
Países como Estados Unidos obligan a las compañías aéreas a entregar sus listas de pasajeros para que puedan ser cotejadas con las listas de sospechosos de las agencias federales de seguridad y detectar así la llegada a su suelo de personas potencialmente peligrosas.
Los gobiernos de los países más afectados por la amenaza yihadista, entre ellos Francia, Italia y España, esperan que más pronto que tarde el Parlamento Europeo desbloquee la aplicación del PNR comunitario para poder identificar a los terroristas internacionales antes de que lleguen a nuestro suelo. A la espera de que se alcance un consenso en Europa, que nunca será total porque muchos países del norte ven la amenaza con lejanía, los Estados más afectados tomarán sus propias medidas.
El ministerio del Interior ya ha reconocido que prepara un superfichero para controlar los datos de los pasajeros y detectar peligros potenciales. Al menos otros 14 países comunitarios estarían también preparando acciones de control de las listas de vuelo similares saltándose la prohibición de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior (LIBE) que rechazaba en abril de 2013 la puesta en marcha del PNR europeo al entender que vulneraba la privacidad de los pasajeros.
Para Félix Arteaga, experto principal de Seguridad y Defensa del Real Instituto Elcano, siempre hay países que por su necesidad “tirarán del carro” y aplicarán el PNR refugiándose en los parlamentos nacionales para dar seguridad jurídica a sus acciones, pero cree que posteriormente serán los Estados que no aplican las medidas de control los que deberán sumarse al consenso, incluso a petición de sus propios ciudadanos, inseguros de ver como se convierten en puerta de entrada de yihadistas gracias a sus nulas medidas de control.
Dar nuestros datos y exponer nuestra privacidad para aumentar la seguridad no nos supondrá una molestia aparente en los aeropuertos a la hora de embarcar, a no ser que por circunstancias personales el ordenador detecte un potenciar riesgo al cotejar nuestro histórico de vuelos, pero otras medidas que se estudian tomar pueden hacer que tomar un avión sea una pequeña odisea. La Comisión Europea estudia añadir nuevos artículos a la lista de objetos prohibidos en el equipaje de mano como los ordenadores, teléfonos inteligentes o tabletas.
Félix Arteaga cree que las nuevas medidas de control no tienen que ser percibidas por la población como una amenaza. “La sociedad tiene que saber que entre libertad y seguridad hay siempre un análisis de riesgos y que tendremos que saber convivir con una menor libertad dependiendo de los niveles de amenaza”, sostiene el experto para quien hoy lo importante, lo que verdaderamente hay que trabajar es en la “prevención” y para ello se necesita la concienciación de la sociedad. Para Arteaga libertad y seguridad no tienen que ser algo contrapuesto.
Definición de combatiente extranjero
Medidas como el PNR comunitario tratan de identificar a los terroristas antes de que lleguen a nuestro suelo. Pero por desgracia, como muestran los atentados de Francia, son muchos los llamados “combatientes extranjeros” que ya han regresado de su particular yihad en Siria y Afganistán y pueden ser movilizados por grupos radicales como el Estado Islámico y Al Qaeda.
También hay que sumar a los captados por internet, mucho más difíciles de identificar, que han sucumbido a la efectista propaganda yihadista que inunda la red. Para Félix Arteaga la definición comunitaria de lo que es un “combatiente extranjero” es una de las mayores necesidades porque se puede vigilar policialmente a 50 o a 200 potenciales terroristas, “pero no se puede estar a expensas de que un juez obligue a retirar los dispositivos de control o que en un país de la UE no sea delito hacer lo mismo que en el otro”.
Además el fenómeno no deja de crecer y hace más difícil el control de estas personas retornadas de los lugares de conflicto. El director de la Oficina Europea de Policía, EUROPOL, Rob Wainwright, contabiliza entre 3000 y 5000 el número de “combatientes extranjeros” en suelo europeo, muchos de ellos fieles al Estado Islámico y a Al Qaeda.
El Coordinador de la lucha contra el terrorismo europeo, Gilles de Kerchove, entregaba al Consejo en diciembre de 2014 un documento sobre los pasos a dar para analizar el fenómeno de los “combatientes extranjeros y combatientes extranjeros retornados”. Apelaba a la respuesta judicial efectiva ya que de 3.000 personas detectadas tan sólo diez habían sido condenadas y encarceladas. Ya el Consejo de Seguridad de la ONU adoptaba una resolución en septiembre del pasado año demandando a los Estados miembros que tipificasen como delito “los viajes al extranjero con fines terroristas y la financiación y facilitación de dichos viajes”. El documento reconoce la existencia de lagunas en el enjuiciamiento de los “combatientes extranjeros” y apela a una “tipificación armonizada” de los delitos relacionados con estas personas para ofrecer un marco jurídico común.
Ante la tardanza de las decisiones comunitarias algunos países como Alemania ya han tomado sus propias medidas como la retirada del carné de identidad de forma preventiva a musulmanes radicalizados para evitar que viajen a Irak y Siria y se enrolen en las filas del Estado Islámico y Al Qaeda.
Internet se ha convertido también en un gran campo de captación y entrenamiento en la distancia de nuevos yihadistas. Por eso la Comisión Europea mantiene negociaciones directas con las grandes empresas de redes sociales para que les ayuden a la hora de identificar y bloquear la propaganda de los grupos radicales.
Aumento de la cooperación internacional
Destaca el investigador de la Fundación Elcano que la cooperación internacional para luchar contra el terrorismo yihadista ha experimentado un aumento y efectividad considerable en los últimos tiempos, con magistrados de enlace con los países punteros en la lucha contra este fenómeno como Canadá, Estados Unidos y Japón, que funciona muy bien. Ahora se pretende reforzar la cooperación con los países árabes y Asia y África.
Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea coincidían en su encuentro del pasado 19 de enero buscar nuevas formas de cooperación en materia de seguridad con los países de Oriente Medio y Norte de África. Entre las medidas adoptadas se contempla el envío de “asesores de seguridad” a las delegaciones que la Unión Europea mantiene en puntos sensibles. España por su parte reforzará la interlocución con los países de la ribera sur del Mediterráneo, como nexo de unión con el resto de los países de la Unión Europea. De una buena comunicación y cooperación con ellos depende el control de una de las fronteras exteriores de la Unión Europea.
La creciente colaboración entre España y Marruecos es de especial interés para el resto de países miembros. Turquía, país con el que la Unión Europea ha tenido históricamente diferencias sustanciales sobre el tratamiento de los derechos humanos, se ha convertido en una pieza clave del puzle para controlar al yihadismo. Por su territorio pasan la mayoría de los “combatientes extranjeros” que se enrolan en las filas del IS y de las diferentes ramas de Al Qaeda. Pero Turquía, con Recep Tayyip Erdogan al mando, sigue demandando ser parte de la Unión Europea y los sucesivos portazos, con acusaciones de “islamofobia” por parte del líder islamista moderado, obligarán a la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, a hilar muy fino si quiere contar con el apoyo fiel de Ankara.
Concienciación social
A modo de reflexión, Félix Arteaga, investigador principal de Seguridad y Defensa del Real Instituto Elcano, aboga por desmontar la narrativa “de que no podemos convivir con los musulmanes o la que dice que aquí no pasa nada”. Defiende que las autoridades expliquen a sus ciudadanos la realidad del problema. La existencia de un islam de orientación wahabista, contrario al islam tolerante que hemos conocido en el pasado y regado por el dinero del golfo con el que no hay integración posible.
Hay que mantener siempre la “actualización constante entre libertad y seguridad” y ser conscientes de que volverá a pasar. Los terroristas más pronto que tarde nos golpearán otra vez. Por eso no hay que legislar a golpe de oportunidad sino sentar ya las bases de nuestra seguridad presente y futura.
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