Por Cambio16 | Efe
1/12/2015
Alrededor de 37 millones de personas en el mundo viven con VIH, una enfermedad que en 2014 sumó dos millones de nuevas infecciones y cuyos principales retos para el siglo XXI son la comorbilidad y el diagnóstico precoz, han destacado cuatro especialistas con motivo del Día Mundial contra el Sida.
Contextualizar la situación del virus y analizar su incidencia actual ha sido el objetivo de los doctores Julia del Amo, Manuel Fernández Guerrero, Juan González García y Santiago Moreno en el curso de formación «Tres décadas del VIH: Aproximación a la enfermedad», organizado por la compañía farmacéutica Gilead.
En 2014 hubo dos millones de nuevas infecciones, cerca de 5.600 solamente al día y la mayoría en África, «el punto más dramático», según Julia del Amo, del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III.
En la actualidad, definida como la era de la enfermedad crónica y la comorbilidad del sida, «hay mejor control pero tenemos otros problemas, otras enfermedades añadidas», ha apuntado el doctor Fernández Guerrero, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid y responsable de Enfermedades Infecciones de la Fundación Jiménez Díaz.
Entre esas comorbilidades están problemas cardiovasculares, cánceres no asociados al sida, envejecimiento y aumento de nuevas infecciones.
El otro gran reto es el diagnóstico precoz, «que tiene un beneficio individual y poblacional importantísimo», ha indicado el doctor Juan González García, jefe de sección de Medicina Interna y Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario La Paz.
Este especialista ha animado a apostar por «una estrategia universal» para luchar contra el diagnóstico tardío, que se da en la mitad de los casos porque la primera fase del VIH es asintomática, destruye linfocitos CD4 sin que se advierta, ya que el sistema inmunológico tiene defensas de sobra.
Aunque se hayan popularizado las pruebas rápidas, estas «nunca son diagnósticas en sí mismas, necesitan confirmación», ha aclarado el jefe de sección de La Paz.
«El VIH es una enfermedad global que ha cambiado el orden social: ha visibilizado aspectos como los derechos de las minorías sexuales y étnicas», ha referido Julia del Amo, y lo ha equiparado con la peste bubónica del siglo XV por compartir «reacciones estigmatizantes y represivas».
ONUSIDA estima que en 2014 murieron 1,2 millones de personas de sida y que para el año 2030 se puede acabar con la epidemia, siempre que se diagnostiquen el 90 % de los casos, se consigan tratar nueve de cada diez y se reduzcan, estos casos, a una carga viral indetectable, han señalado los especialistas durante este seminario.
España
En España hay 150.000 personas infectadas por VIH, con una prevalencia del 0,4%, si bien el perfil que más predomina es el del hombre que practica sexo con otros hombres y que tiene estudios universitarios, ha destacado Del Amo.
La enfermedad ha aumentado en este colectivo, entre otras razones, por la banalización del discurso del sida, el abandono de las prácticas preventivas o la falsa sensación de seguridad, ha enumerado el doctor Manuel Fernández Guerrero.
Los primeros casos de sida conocidos datan de 1981 y es cuando se empezó a hablar de «cáncer raro en los homosexuales», según este especialista.
«Lo que podíamos hacer entonces era intentar que llevaran la vida lo mejor posible. Era una época de impotencia», ha recordado el doctor Santiago Moreno, jefe del servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.
En los noventa, la incidencia y la mortalidad siguieron en aumento hasta que se logró, en 1996, un antirretroviral de alta eficacia, pero con efectos secundarios.
En la actualidad, una vez que se ha logrado frenar el número de infecciones al año, el reto está en controlar la comorbilidad y diagnosticar a tiempo la enfermedad para aplicar el tratamiento cuanto antes.