Por Cambio 16 / Fotos: REUTERS
Dos años y medio después de las últimas elecciones generales los griegos vuelven a estar convocados el próximo domingo a las urnas, esta vez aún más desencantados, pues nada en sus vidas ha cambiado: la economía no despega, las recetas de la austeridad han fracasado y la pobreza se ha acentuado.
Grecia ha vivido una campaña electoral extremadamente polarizada, con recetas diametralmente opuestas para combatir la crisis y bajo una gran presión exterior, que ha convertido la permanencia en el euro en el principal tema del debate político. El día 25 los griegos tienen que elegir entre dos opciones: la salida del rescate y firma de un minirescate, a cambio de nuevos ajustes, que propone elprimer ministro, Andonis Samarás; y el abandono del programa de austeridad, bajo el peligro de que los acreedores suspendan las ayudas, defendido por el líder de Syriza, Alexis Tsipras.
Según un análisis que hace un promedio de sondeos publicados por 12 institutos demoscópicos y una universidad, realizados entre el 7 y el 15 de enero, Syriza mantiene una ventaja sobre Nueva democracia del 4,5%, mientras que el nuevo partido de centroizquierda To Potami (El Río) se alzaría con el tercer puesto, seguido muy de cerca de los neonazis de Amanecer Dorado.
Los expertos señalan que la clave estará, en principio, en el tercer partido. To Potami no se ha expresado todavía claramente a favor de ningún partido, si bien muchos analistas quieren verlo como el aliado natural de Syriza. El líder de Pasok y viceprimer ministro en funciones, Evángelos Venizelos, ha dejado entrever la posibilidad de respaldar a Syriza, a ser posible dentro de una alianza de varias formaciones, y ha asegurado que hará todo por evitar que haya una segunda vuelta electoral, como ocurrió en 2012.
Estas son las imágenes clave que ilustran la crisis financiera vivida en Grecia.
Ver más: