Por Carlos Pérez Gil (Efe)
02/01/2016
La decisión de algunos barones del PSOE, como la andaluza Susana Díaz, de rechazar la propuesta del secretario general, Pedro Sánchez, de retrasar el congreso socialista ha reavivado el debate en torno a su liderazgo al frente del partido y ha dividido en dos a las federaciones.
La discusión sobre la fecha del congreso, suscitada a causa del mal resultado de las elecciones generales, ha sumergido al PSOE en la peor crisis desde que Sánchez tomó las riendas del partido en julio de 2014 tras ganar las primarias a Eduardo Madina. El pulso entre Sánchez y Díaz ha agravado un enfrentamiento entre dos bandos que está deteriorando la cohesión del partido. «Ya no se trata de quién va a ganar la guerra, sino que el que la gane, no va a encontrar nada», augura un miembro de la Ejecutiva para describir el abismo al que se asoma el PSOE.
El bloque que reclama abiertamente la celebración del congreso a finales de febrero o principios de marzo lo integra Andalucía, Asturias, Castilla-La Mancha y Canarias. Aunque no lo expuso ante el Comité Federal del pasado 28 de diciembre, Díaz dejó claro ante los medios que el cónclave, en el que se reelige al secretario general, tiene que celebrarse cuando «marcan los estatutos» y el último de carácter ordinario fue en febrero de 2012, ya que el de 2014 fue extraordinario. No obstante, desde el entorno de Díaz se niega que esté preparando su salto a Madrid para desbancar a Sánchez.
Sin embargo, su movimiento se interpreta como un gesto para que el PSOE, además de líder, cambie de candidato en caso de que haya unas elecciones anticipadas, lo que algunos barones dan casi por seguro dada la dificultad de poder entablar un pacto de gobierno con Podemos, según analizan a Efe varios miembros de la Ejecutiva Federal.
El presidente asturiano, Javier Fernández, uno de los referentes morales del PSOE, también ha plantado cara a Sánchez y ve preciso no postergar un congreso que considera necesario para rearmar al partido. Castilla-La Mancha se situó en la misma línea durante el Comité Federal, si bien su presidente, Emiliano García-Page, al que se le considera alineado del lado de Díaz, se ha limitado por ahora a solicitar una nueva reunión del máximo órgano del partido para decidir la fecha del congreso. En el caso de la Comunidad Valenciana, su presidente, Ximo Puig, defendió el pasado lunes que el cónclave tenga lugar «en el tiempo que le toca». El miércoles precisó su postura, al ver razonable que fuera en primavera, aunque poco después matizó que «marzo es primavera», lo que supondría acercarse de nuevo a la tesis de Andalucía y Asturias.
En un grupo intermedio, se sitúan Extremadura y Aragón, dos federaciones clave que pueden inclinar la balanza del lado de Sánchez o el de Díaz. El presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, tiene «dudas» respecto a cuándo es más conveniente celebrar el congreso y se limita a señalar que «entre febrero y mayo hay términos medios», al tiempo que opina que si hay nuevos comicios, «hoy por hoy» no aprecia motivo para que Sánchez no vuelva a ser candidato. En Aragón, su presidente, Javier Lambán, que hasta ahora había mostrado siempre «lealtad» a Sánchez, ha virado su posición y ahora ve en Díaz la persona que puede enderezar el rumbo del partido, según apuntan fuentes socialistas. Con la postura crítica de la diputada Susana Sumelzo, integrante de la dirección federal, el PSOE aragonés pide ser «respetuosos con los tiempos» a la hora de convocar el congreso, aunque admite que se está ante una situación «excepcional» y que es el Comité Federal el que tiene que estudiar si se busca una fecha distinta.
Las federaciones que están del lado de Sánchez son más numerosas, aunque con menos peso orgánico. Los barones de Cataluña, Madrid, País Vasco, Galicia, Baleares, Castilla y León, Murcia y La Rioja muestran fidelidad a Sánchez y ven justificado posponer el congreso. Además, recuerdan, ante un posible intento de moverle la silla, que al secretario general ya no le eligen los aparatos, sino los militantes en primarias. «No es una decisión que tomen entre siete u ocho», recordó esta semana el líder del PSC, Miquel Iceta.
En Madrid, no obstante, el partido está partido en dos y el exsecretario del PSOE-M Tomás Gómez ha encabezado una rebelión para convocar el congreso en plazo y tratar de ‘vengarse’ de Sánchez para que sea sustituido. En el sector crítico, también han cobrado fuerza voces que piden ya el congreso como Eduardo Madina o la corriente Izquierda Socialista.
Las dos federaciones que por ahora guardan silencio son Cantabria y Navarra, que prefieren no situarse en ningún bando hasta que sus direcciones aborden el asunto.