Por Miguel Angel Artola
1/11/2015
La formación naranja que lidera Albert Rivera se encuentra en un momento dulce. Los extraordinarios resultados logrados por el partido en los recientes comicios catalanes y el éxito que le auguran las encuestas de cara a las próximas elecciones generales les hacen mirar el futuro con un lógico optimismo.
Pero hay un territorio que se resiste a los encantos de Rivera, a su buena planta y oratoria. Hace unos días el Gabinete de Prospección Sociológica del Gobierno Vasco publicaba sus previsiones de voto en la comunidad autónoma ante la cita de las urnas del próximo 20 de diciembre.
Ciudadanos tiene a estas alturas casi imposible poder lograr algún diputado, ni siquiera en el territorio de Álava en el que las encuestas le otorgan un porcentaje de voto algo mayor al del resto de provincias vascas.
En intención directa se quedan con el 4,6% de los sufragios en Álava, 2,3% en Vizcaya y 2,1% en Guipúzcoa. Si se le añade la llamada “cocina” para el voto estimado, el partido naranja mejora un poco sus esperanzas pero sin lograr entrar en el reparto de escaños.
Un juntero en Álava – el parlamento foral – y dos concejales, en Getxo y Laguardia, son toda la representación de Ciudadanos en el País Vasco tras la cita con las urnas en las últimas elecciones municipales y forales. Su afiliación es también muy modesta, no llegaba a los 200 el pasado verano, y tampoco tenían estructura para poder contar con sedes o lugares de reuniones.
La primera de las citas con los electores en el País Vasco no reflejó por lo tanto el supuesto ascenso del partido de Rivera que marcaban las encuestas. Y los resultados fueron más que modestos, limitándose casi a absorber los votos de una UPyD en caída libre. En las elecciones forales de este año, 22.256 ciudadanos vascos, el 2,09% de los votos, fueron para el partido emergente. Si sumamos los datos de las papeletas municipales la cifra de apoyos es menor, no alcanza los 17.000 apoyos. Tiene sentido que esta segunda cifra sea menor porque Ciudadanos no pudo presentar listas en muchos municipios limitándose a las capitales de los territorios y a algunas ciudades importantes como Irún o Getxo.
A Ciudadanos en el País Vasco le ocurre lo que ya sufriera UpyD a pesar de tener a una vasca, Rosa Díez, como líder. No es muy popular llegar diciendo que tienes intención de derogar el Concierto Económico, la piedra angular del autogobierno vasco. Ni populares y socialistas, aunque tengan voces fuera del País Vasco que se suman al coro de los supuestos privilegios, pueden ofrecer en sus programas electorales una propuesta tan rupturista con el sentir muy mayoritario de la ciudadanía.
¿Tiene algún futuro Ciudadanos en Euskadi?
Quizá con un Partido Nacionalista Vasco radicalizado en el futuro siguiendo los pasos de la CIU de Artur Mas, Ciudadanos podría sacar la cabeza en esta comunidad ofreciéndose como garante de la unidad de España. Pero hoy por hoy no hay espacio político para los de Rivera. El Partido Popular sigue perdiendo apoyo electoral en el País Vasco pero esa pérdida de votantes no se refleja en un aumento de Ciudadanos. También los socialistas vascos van perdiendo electorado fiel en Álava y Vizcaya pero tampoco terminan en manos de la formación naranja. Muy al contrario es el PNV el que sigue sumando descontentos incluso de formaciones no nacionalistas gracias a su posición política moderada y pactista.
Tras las elecciones generales, en unos meses será el turno de las elecciones autonómicas vascas. Hay algunas incertidumbres políticas no resueltas hasta el momento. Si habrá adelanto electoral, de momento el PNV afirma que no lo contempla, y si la izquierda abertzale recuperará como líder a Arnaldo Otegi tras su inminente excarcelación. Los socialistas también suelen mejorar sus resultados cuando su líder preside el Gobierno de España. Pero independientemente de estas dudas, si estrapolamos los datos logrados ya en comicios celebrados y los que le otorgan las encuestas Ciudadanos podría como mucho entrar en el Parlamento Vasco con un diputado por Álava, sustituyendo a Gorka Maneiro de UpyD.
En Navarra tampoco
Si en el País Vasco el futuro de Ciudadanos es más bien negro, en la vecina Navarra tampoco termina de despegar. Cien días ha cumplido ya el nuevo gobierno foral que preside Uxue Barcos. En el Parlamento de Navarra Ciudadanos tampoco consiguió representación. Es cierto que se quedó a poco, a tan sólo 200 votos, para poder tener voz en la Cámara foral, pero los 9.826 votos logrados, el 2,94% de las papeletas escrutadas, no fueron suficientes.
Los malos resultados de la formación de Rivera obligaron a la dirección en pleno a presentar su dimisión y la creación de una gestora para dirigir el partido hasta la celebración de un congreso extraordinario.
“Crearemos una hacienda consorciada entre el Estado y todas las Comunidades Autónomas. Un sistema mejor que el actual, más transparente, que garantizará prestaciones suficientes para todos los ciudadanos independientemente del territorio donde hayan nacido, residan y paguen sus impuestos y también introducirá una mayor corresponsabilidad de las Autonomías en la gestión de los impuestos”, destacaba Ciudadanos de Navarra en su programa para las elecciones de la comunidad.
Y Navarra y sus ciudadanos han demostrado que defienden la foralidad ante todo. Recordemos que el Partido Popular hasta hace unos años ni siquiera tenía en esta pequeña comunidad un partido con sus siglas dejando todo el espacio del centro derecha no nacionalista a su aliado natural Unión del Pueblo Navarro.
No parece por lo tanto que Ciudadanos tenga mucho recorrido en las dos comunidades que disfrutan del Concierto Económico. Hablar de su derogación puede darte algunos votos en el resto de España pero en los territorios afectados no te hace, como se puede ver, muy popular.