Por Ana Bedia
28/06/2016
Soy fan de Juego de tronos, al igual que otros muchos. Hasta aquí no estoy contando nada interesante, lo sé, pero por favor sigue leyendo, que tengo algo importante que decirle al mundo.
Acabo de ver el último episodio de la sexta temporada, Vientos de invierno, y puedo decir (sin spoilear) que es un gran capítulo, que tras la gran traca del épico La batalla de los bastardos no han podido dejarnos mejor broche final, para que muramos de ganas de que llegue la séptima temporada.
Esta temporada, con menos sexo y más sangre y carne que en temporadas anteriores, han sabido mantenernos pegados al sofá esperando ansiosos a que llegara el domingo. Ha sido electrizante enfrentarnos a los episodios sin saber lo que iba a suceder, porque ya no había una referencia bibliográfica a la que acudir en caso de necesidad de conocimiento. El trabajo de los creadores de la serie, David Benioff y D.B. Weis, ha sido sencillamente magistral.
Una vez dicho todo esto, quiero compartir con vosotros las diez lecciones vitales que he aprendido en esta temporada de Juego de tronos. Voy a tratar de no dar muchos detalles para evitar spoilers, ya que esta temporada merece ser disfrutada con ojos virginales (seriefilicamente hablando).
1.- No hay que cabrear a Carsei Lanister. La venganza será apoteósica.
2.- La masa es moldeable y sigue al que se sienta en el Trono de Hierro sin rechistar.
3.- Tampoco hay que enfadar a Arya Stark, que se ha convertido en un arma de matar.
4.- Los malos no son tan malos y los buenos no son tan buenos. Los Lannister no son el mal absoluto y los Stark no son hermanitas de la caridad.
5.- Que pese a que la sociedad que presenta Juego de Tronos es muy machista. Las mujeres que muestra son de armas tomar y desean y luchan por el poder. Nota: tampoco hay que cabrear a Daenerys Targaryen.
6.- En Juego de Tronos saben lo que hacen y que aunque creas que ya has visto morir a mucha gente, siempre habrá un personaje que fallecerá.
7.- Las familias esconden muchos secretos.
8.- Aunque jamás hayas matado a una mosca desearás una muerte MUY dolorosa a más de un personaje.
9.- La gente aprende y cambia. Sansa Stark ha dejado de ser una mosquita muerta.
10.- Y por último, que el amor es algo sobrevalorado. El poder puede dar más placer.