POR CAMBIO16
23/07/2017
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Todos son muy jóvenes, contaban con sus familias y estaban integrados. Sus vidas eran, en apariencia, «normales» -por darle un calificativo- y se desenvolvían en un lugar tranquilo. Con todos estos factores, la pregunta emerge. ¿Cómo pudieron los autores del atentado radicalizarse en España, perder el miedo y ser capaces de matar?.
Una carta difundida por La Vanguardia tras el atentado y escrita por una educadora de Ripoll que trabajó con algunos de los miembros de la célula terrorista muestra también como en ellos todo iba por el buen camino. «Estos niños eran niños como todos. Como mis hijos, eran niños de Ripoll. Como aquel que puedes ver jugar en la plaza, o el que carga una mochila enorme de libros, el que te saluda y te dejar pasar ante la cola del super, el que se pone nervioso cuando le sonríe una chica«.
Younes Abouyaaqoub, abatido por los Mossos en Subirats, sólo tenía 22 años y fue identificado por la policía como el conductor de la furgoneta que arremetió contra la multitud en Las Ramblas. Y su hermano Housainne solo tenía 19 años y fue uno de los cinco hombres muerto a tiros por la policía en Cambrils horas después.
Este martes, tras su declaración ante la audiencia, fueron impuestas detenciones a Mohammed Houli Chemlal, que cuenta con 21 años y resultó herido en la explosión del chalé de Alcanar, y a Driss Oukabir, a cuyo nombre se alquiló una furgoneta usada por los terroristas. Su hermano, Moussa Oubakir, de tan solo 17 años, fue el quinto terrorista muerto a tiros por la policía en Cambrils.
Asimismo, Mohamed Aallaa, de 23 años, hermano de Sadi Aallaa, abatido en Cambrils, ha quedado en libertad provisional y tendrá que comparecer diariamente.
De entrada llama la atención el número de conexiones familiares entre los miembros de la célula. Y puede parecer extraordinario, una serie de estudios sobre la radicalización yihadista sugieren que no lo es. El terrorismo es una forma muy social de activismo, y la influencia de los compañeros es un factor clave: los individuos se interesan en las ideas y luego se comprometen con un curso de acción, porque otros han tenido las mismas ideas y han desarrollado el mismo compromiso.
La radicalización yihadista en España
El contacto con algún agente de radicalización yihadista y la existencia de vínculos sociales previos con individuos radicalizados siembran en ellos el odio que les lleva a atentar, según el estudio Dos factores que explican la radicalización yihadista en España. del Real Instituto Elcano. El informe, un documento completo que explica por qué, dentro de España, hay musulmanes que se adhieren a una versión violenta del salafismo y se implican en actividades terroristas mientras otros no, permite comprender por qué existen bolsas de radicalización y reclutamiento yihadista en nuestro país.
En él se detalla cómo la gran mayoría de los 178 individuos detenidos en España entre 2013 y 2016 por actividades relacionadas con el terrorismo yihadista son varones, tres cuartas partes de ellos tienen entre 18 y 38 años en el momento de su detención, y son, sobre todo, de nacionalidad marroquí y española.
Alrededor de la mitad son segundas generaciones descendientes de inmigrantes procedentes de países mayoritariamente musulmanes y, en un porcentaje algo menor, se trata de inmigrantes de primera generación con ese mismo origen, según este informe. Uno de cada 10 de los detenidos es converso. Quienes han cursado estudios de educación secundaria triplican a los que, sin embargo, no pasaron de una escolarización primaria.
Y ahí es donde entra en juego un factor clave: ser tan jóvenes y vivir en un entorno secularizado les hace vulnerables a doctrinas pseudoislámicas y se someten a un periodo de radicalización a la sombra de una figura que les congrega, normalmente un imán, que es quien les inculca una versión violenta de la docrtrina safalista.
Eso remite a la relación que el imán Abdelbaki Es Satty tenia con Mohamed Hichamy, con su hermano Omar, con Moussa Oukabir y con Youssef Aalla, integrantes de la célula que atentó en Cataluña. El contacto con un agente de radicalización se convierte en un germen fundamental. Según el estudio de Elcano, entre los detenidos que se radicalizaron en compañía de otros, al margen de cuál fuese su entorno, la influencia de un agente de radicalización resultó fundamental.
En todos los casos de radicalización en compañía –el 86,9% del total– los individuos estuvieron guiados por algún agente de radicalización. Sin embargo, el tipo de contacto que mantuvieron con éste fue diverso. En el 73% de los casos ese contacto conllevó una interacción física, es decir, cara a cara, mientras que sólo en el 17,6% de los casos implicó un contacto virtual. Ambas formas de contacto con algún agente de radicalización se dieron, combinadas, en el restante 9,4% de los casos.
La mayoría de los radicalizados incluso ha pasado por un periodo de integración más o menos intenso en el país de residencia, en este caso España. Basta con echar un vistazo a las fotos que distintos medios han difundido extraídas de los perfiles de algunos de los miembros de la célula. En ellas se ven fotos propias de cualquier joven de su edad: de fiesta, con ropa deportiva.
Así, para prevenir la radicalización yihadista -precisa Elcano- resulta clave la detección de los agentes de radicalización y su neutralización mediante una actuación coordinada de los servicios policiales y de inteligencia junto con las autoridades judiciales y los programas nacionales de prevención de la radicalización yihadista deben evitar una dispersión de esfuerzos institucionales, a fin de otorgar prioridad a las demarcaciones y los ámbitos donde tienden a concentrarse con especial frecuencia esos procesos.
Las conexiones familiares
El tema de los lazos familiares entre las células terroristas pudiera decirse que es un factor clave. Precisa Elcano que, entre los detenidos que tenían vínculos sociales de tipo familiar con otro detenido o con un combatiente terrorista extranjero, dichos lazos de parentesco correspondían a hermanos. Hermanos de detenidos o de combatientes terroristas extranjeros se han identificado en 10 de las operaciones policiales contra el terrorismo yihadista llevadas a cabo en España desde enero de 2013 hasta diciembre de 2016.
Entre los detenidos con vínculos sociales previos de parentesco, resultan igualmente llamativos los relativos a otros detenidos o combatientes terroristas extranjeros que eran familiares políticos, parejas e incluso tíos y sobrinos o sobrinas. Hay asimismo porcentajes significativos de vínculos previos de parentesco basados en relaciones entre padres e hijos, o entre primos, aunque ambas sean menos frecuentes que los antes mencionados.
Este factor cuenta, históricamente, con dolorosos antecedentes. Acá, cuatro de ellos:
Saïd y Chérif Kouachi fueron los que atacaron las oficinas de la revista satírica Charlie Hebdo en París en enero de 2015, abriendo fuego con Kalashnikovs y matando a 12 personas, incluido un policía musulmán en la calle. Ambos eran hermanos.
Los hermanos Tamerlan y Dzhokhar Tsarnaev bombardearon la maratón de Boston en abril de 2013, matando a tres personas e hiriendo a varios cientos de personas.
Salah e Ibrahim Abdeslam, ambos implicados en los ataques de París de noviembre de 2015, parecen haberse radicalizado juntos mientras crecían en la zona de Molenbeek de Bruselas.
Y los hermanos Waleed y Wail al-Shehri se sentaron uno al lado del otro en el avión de American Airlines que fue volado en la Torre Norte del World Trade Center el 11 de septiembre y se cree que apuñalaron a dos asistentes de vuelo desarmados durante el secuestro. Nawaf y Salem al-Hazmi estaban entre los secuestradores que volaron otro avión de American Airlines al Pentágono el mismo día. También eran familia.