POR ANDRÉS TOVAR
08/07/2017
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Las playas idílicas de España, la arquitectura atrevida, la vibrante vida nocturna y la colorida cultura atraen a millones de turistas cada año. Pero detrás del paraíso, una batalla hostil emergió a la superficie. Y estamos en el centro de ella.
En las últimas semanas, el grupo independentista catalán de izquierdas Arran organizó una serie de acciones de protesta contra el modelo turístico español, que a su modo de ver «está concentrando los beneficios en muy pocas manos» al tiempo que provoca «la destrucción del territorio».
La más polémica de estas acciones tuvo lugar el pasado 22 de julio en un restaurante situado en el muelle frente a la catedral de Palma de Mallorca, en el que los activistas irrumpieron con bengalas mientras lanzaban confeti a los turistas.
La situación ya tiene una respuesta oficial. Este lunes, durante su encuentro con el Rey Felipe VI en Marivent, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, se mostró «radicalmente en contra» de estas acciones, para las que usó el calificativo de un «disparate» que atenta contra la generación de empleo y la entrada de ingresos.
Y recordó que el sector turístico genera en torno al 11% del PIB español y que más de dos millones y medio de españoles trabajan en él.
⏺ @marianorajoy, sobre el turismo: «Hay que cuidarlo y mimarlo» https://t.co/yxDAHs5ftl pic.twitter.com/U6pMkTaG30
— 24h (@24h_tve) 7 de agosto de 2017
En 2016, unos 75,3 millones de personas visitaron España. Eso supera con creces a los actuales residentes del país, de los cuales hay unos 46 millones.
De hecho, España ha roto su propio número de registros turísticos cada año durante los últimos cuatro años y actualmente posee el título de tercer destino turístico más popular del mundo, según la Organización Mundial del Turismo de la ONU.
Y mientras que el turismo representa cerca del 11 por ciento del producto interno bruto de 1,2 billones de euros (1,8 billones de dólares) de España, el movimiento antiturismo ha estado hirviendo entre los lugareños durante bastante tiempo. Y ahora parece que la cólera puede estar cerca del punto de ebullición, con la frustración convirtiéndose en violencia real.
Así surge el debate: ¿Estamos defendiendo derechos civiles o son actos de mezquindad que están jugando con la ‘gallina de los huevos de oro’?
‘Tourist, go home’
La organización Arran Països Catalans aseguró en un comunicado emitido este 2 de agosto que las acciones de protesta tienen por objetivo «poner sobre la mesa el debate de la biomagnificación y el modelo de ciudad».
En ese comunicado, la organización juvenil reivindicó la autoría de una protesta que tuvo lugar el pasado 22 de julio en un restaurante situado en el muelle frente a la catedral de Palma de Mallorca.
Además, el grupo reivindicó el ataque a un autobús turístico este fin de semana en Barcelona, sobre el que cuatro encapuchados pintaron mensajes como «el turismo mata a los barrios».
El portavoz del Gobierno catalán, Jordi Turull, manifestó su condena rotunda a estos ataques.
Sin embargo, sus socios de la CUP —que proporcionan los votos necesarios para la puesta en marcha del proceso independentista en el Parlamento catalán— calificaron estas acciones como simbólicas y llamaron al Ejecutivo catalán a poner freno al «turismo depredador».
Esta semana, Arran ha desvelado más clara su postura: consideran que objetivo es «poner los beneficios económicos que genera el turismo al servicio de toda la población». Asimismo, la entidad denuncia un sistema turístico que «responde a un modelo capitalista que está concentrando los beneficios en muy pocas manos y provocando la destrucción de nuestro territorio».
https://twitter.com/ArranP9/status/891951255857369089
Sembla que hi ha una nova atracció turística a #Vallcarca. #NoÉsTurismefòbia#LluitaDeClasses pic.twitter.com/a0sAGE6JKW
— Heura Negra (@HeuraNegraVKK) August 2, 2017
No sólo en Cataluña
Por su parte, la organización independentista vasca Ernai convocó varias manifestaciones en las próximas fechas con motivo del inicio de la ronda de «semanas grandes» en distintas capitales de Euskadi.
Por el momento, hay convocada una manifestación para el día 17 en San Sebastián y Gernika y otra para el 22 en Bilbao.
Estas protestas se enmarcan en una campaña llamada «estamos detrás de la postal», en la que Ernai denuncia que las autoridades vascas quieren convertir el territorio en un «parque infantil para turistas» a costa de la precariedad laboral de la población local.
Esta campaña cuenta con el rechazo de autoridades locales como Denis Itxaso, diputado de Turismo de San Sebastián, que llamó la atención sobre el peligro de tales acciones.
«Radicalmente en contra»
Ante ésto, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se mostró «radicalmente en contra» de las acciones reivindicativas llevadas a cabo en las últimas fechas por grupos de izquierda en ciudades como Barcelona o Palma de Mallorca para protestar contra el modelo turístico.
«Estoy radicalmente en contra», dijo Rajoy en una conferencia de prensa desde Palma de Mallorca, donde mantuvo una reunión con el Rey Felipe VI para repasar la actualidad política del país.
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En opinión del jefe del Ejecutivo es un «disparate» llevar a cabo acciones de protesta contra «el señor turista que por fortuna viene aquí dejando muchísimos ingresos y permitiendo que muchos españoles puedan trabajar».
El presidente del Gobierno considera que los datos de turismo son «muy alentadores». «El turismo hoy emplea a más del 13% de los trabajadores en España, más de 2,5 millones de españoles trabajan en el sector del turismo y tenemos que cuidarlo, mimarlo y tratarlo bien».
Por eso, Rajoy ha pedido «responsabilidad, sensatez y sentido común porque es uno de los sectores que más tira de la economía española y hay que cuidarlo».