Por José Juan Verón
- El independentismo gana en escaños pero no en votos
- Minuto a minuto del 27S
- Especial interactivo: Cataluña ante la hora de la verdad
Un primer análisis de los resultados de las elecciones catalanas indica que la única formación que puede considerarse vencedora es la CUP, que pasa de ser una fuerza política marginal a un partido que va a determinar el próximo Ejecutivo. Todos los demás pierden: lo hacen ERC y CDC, cuya coalición no alcanza por si sola la mayoría absoluta y obtiene bastantes menos diputados de los que tenía la suma de ambos partidos por separado hasta el momento; pierden el conjunto de los nacionalistas, que no han superado la mitad de los votos y que pese a reforzar su posición tienen por delante un proceso que no será tan sencillo como presumían; también pierde Ciutadans, puesto que aunque se convierte en la segunda fuerza política en Cataluña no logra su objetivo de frenar a los independentistas. Y, por supuesto, pierden el PSC (PSOE) y el PP, que pierden mucho peso, principalmente los populares. También lo hace Unió, que pasa de los salones del Rich a fuerza extraparlamentaria. ¿Y Podemos? Pues Podemos ha sufrido un resultado bastante malo, dado que no ha sumado a la candidatura de confluencia con IC-V, que incluso reduce su representación.
La mayor certeza tras la jornada electoral es que los votantes catalanes han otorgado una gran importancia a estas elecciones, lo que se observa en la alta participación. Pero del resultado de las mismas apenas se despeja incógnita alguna sobre el futuro. Todo está por hacer, sea lo que sea.
La CUP tiene la clave
La primera incógnita por resolver está en quién gobernará Cataluña a partir de ahora, decisión que queda en manos de la CUP. Y, acto seguido, cómo influirá todo esto en las próximas elecciones generales, que están a la vuelta de la esquina. Otra podría ser cómo se puede acometer la situación de Cataluña, cuando las previsiblemente tres principales formaciones políticas en el próximo parlamento español tendrán una relevancia política muy escasa en Cataluña. También aparece la duda de si los líderes políticos que nos han traído hasta aquí con sus tacticismos serán capaces de salvar la situación. Y, sobre todo, está por ver si se conseguirá superar la fractura social que se ha generado con la celebración de estas elecciones autonómicas.
Lejos de generar respuestas, los resultados de estas elecciones han consolidado e incluso multiplicado las incógnitas. ¿Y ahora qué? Ahora la política, la de verdad, por favor.