Por Arantxa Iñiguez / Efe
El escándalo de manipulación de las cifras de emisiones contaminantes del fabricante automovilístico alemán Volkswagen cuestiona la marca «Made in Germany» y estereotipos como la seriedad y honestidad en el trabajo de los alemanes.
Volkswagen ha engañado de forma sistemática durante años al instalar un software en los motores diésel EA 189 que permite al vehículo reconocer que está pasando una prueba y trucar las cifras de emisiones de óxido de nitrógeno.
La noticia ha impactado en el sector industrial alemán, sobre todo en el automovilístico y el de maquinaria, y ha hecho temer fuertes repercusiones en la economía alemana, la mayor de Europa.
Aunque el mayor daño de este duro golpe será para la reputación de Volkswagen, el «coche del pueblo», un símbolo de la ingeniería y la cultura empresarial alemana, que fue creado en 1938, en pleno régimen nazi, para que la mayor parte de los alemanes pudiera adquirir un automóvil.
En la actualidad, Volkswagen se ha convertido en un gigante, emplea a 600.000 personas, de ellos 270.000 en Alemania, y tiene 100 fábricas en todo el mundo.
El grupo tiene doce marcas: Volkswagen, Skoda, Seat, Audi, Lamborghini, Ducati, Scania, MAN, Porsche, Bugatti y Bentley.
En los últimos días el valor de marca de Volkswagen ha caído un 5%, hasta 9.300 millones de euros, calcula la empresa asesora Spirit für Brands.
El vicecanciller alemán y ministro de Economía, el socialdemócrata Sigmar Gabriel, insistía en el Salón de Fráncfort en que «es incuestionable que los productores automovilísticos alemanes y sus suministradores son líderes en innovación en muchas áreas y eso debe mantenerse en el futuro».
Posteriormente la revista especializada Auto Bild informaba de que las emisiones contaminantes del X3 xDrive de BMW son demasiado elevadas y desataba de nuevo el pánico en bolsa, pese a que aclaraba después que no «había indicios de manipulación».
Un 15% de los empleos en Alemania están vinculados de alguna forma al sector automovilístico, que representa un 2,75% del producto interior bruto (PIB) del país.
La industria automovilística representa el 17% de la producción industrial, seguida de la de maquinaria y equipamiento con un 14%, según cifras de Capital Economics.
El escándalo ha creado un tsunami en bolsa y le ha llevado a Volkswagen a perder más de una tercera parte de su capitalización bursátil y a otras empresas del sector automovilístico a bajar con fuerza en bolsa.
Sin embargo, la analista de Capital Economics Jennifer McKeown considera que «el escándalo pasará sin importantes efectos económicos a largo plazo» y que la dimisión del presidente de VW, Martin Winterkorn, ayudará a restaurar esa reputación.
Sí que prevé un daño a corto plazo en la confianza del consumidor y empresarial, pero que se podría compensar con la actividad empresarial que generen las llamadas a revisión.
Volkswagen ha nombrado al actual presidente del productor de deportivos Porsche, Matthias Müller (en la imagen), nuevo presidente de todo el grupo, con efectos inmediatos.
Müller dijo en rueda de prensa que su tarea «más urgente es devolver la confianza en el grupo Volkswagen, no escatimando esfuerzos y con la máxima transparencia» e hizo hincapié en que no se volverá a repetir un escándalo como el actual en la compañía. El nuevo presidente del grupo Volkswagen señaló también que se «sacarán las consecuencias adecuadas de la actual situación».
«Bajo mi liderazgo, Volkswagen hará todo lo que pueda en desarrollar e implementar los estándares de gobernanza y conformidad más estrictos en nuestra industria», dijo Müller, de 62 años.
«Todavía hay demasiadas cantidades desconocidas»
El economista jefe para Alemania de UniCredit, Andreas Rees, opina que el escándalo influirá negativamente en la confianza empresarial de octubre.
«De todas formas, es demasiado pronto para derivar cualquier estimación fiable del impacto macro de Volkswagen. Todavía hay demasiadas cantidades desconocidas», según Rees.
La industria automovilística genera unos 270.000 millones de euros en el valor añadido bruto alemán anuales, según cifras de UniCredit.
De ellos 100.000 millones de euros son de efecto directo, como la producción de automóviles y 170.000 millones de euros de efecto indirecto, como los suministradores de metal, sistemas electrónicos, plásticos, productos químicos, etc.
El presidente del fabricante estadounidense de vehículos eléctricos Tesla, Elon Musk, decía en una entrevista con el diario alemán Handelsblatt que «los equipos líderes de más alto rango (en los fabricante automovilísticos alemanes) todavía son demasiado de la vieja escuela y no aceptan el futuro».
El escándalo es un duro golpe a la campaña diésel de los fabricante alemanes.
El presidente de la industria automotriz alemana (VDA), Matthias Wissmann, dijo tomarse muy en serio el escándalo y pidió que no se sospeche de cientos de fabricantes automovilísticos y de componentes.
Asimismo defendió el diesel, en concreto la normativa europea Euro 6, y su importancia para reducir las emisiones de CO2.
Uno de cada dos automóviles que se matricula en Europa occidental es diésel, según la VDA.
El 77% de la producción automovilística alemana se exporta, exportaciones que representan 200.000 millones de euros, una quinta parte de las exportaciones totales de Alemania.