Por Cambio16
30/11/2016
El reloj de arena del Mercosur está llegando a su fin para Venezuela. La nación suramericana podría quedar este jueves sin derecho a voto en el bloque de libre comercio de Suramérica hasta que ratifique los compromisos que cumplen los requisitos para ser un «estado asociado» en la alianza económica de América del Sur. Solo un giro de 180 grados de cualquiera de los cuatro países fundadores (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) podría cambiar la situación.
En un giro de última hora, el Gobierno de Nicolás Maduro anunció apenas este martes que firmaba el «Acuerdo de Complementación Económica 18» que tiene por objeto facilitar la creación de las condiciones necesarias para el establecimiento de un mercado común); pero previamente ha venido sentenciado que no va a ser capaz de incorporar todas las 112 resoluciones en sus leyes que fueron solicitados por el Mercosur, debido a que interfieren con la legislación interna del país.
«Eso no puede ser una razón para no incorporar la legislación», dijo el canciller de Paraguay, Eladio Loizaga, «porque cuando uno entra en una convención o acuerdo internacional, siempre hay algún tipo de enfrentamiento con la legislación interna, y se les invierte, y Venezuela no ha invertido nada».
La semana pasada, el canciller Uruguay Rodolfo Nin Novoa dijo a la prensa que Venezuela no iba a ser un miembro con voto ya que no había interiorizado todas las normas del Mercosur.
En su momento, Mercosur pidió a Venezuela incorporar «más de 300 normas y reglamentos» para cumplir con las condiciones miembros de pleno derecho. Tras esta solicitud, Argentina, Brasil y Paraguay (con la abstención de Uruguay, lo que facilitó la regla del consenso del bloque que completa Venezuela) decidieron que si antes de este 1ro de diciembre Venezuela no se había incorporado al «paquete legal», sería suspendido su derecho a voto.
Los antecedentes
Venezuela se había incorporado al grupo en junio de 2012 en ausencia de Paraguay, que había sido suspendido en sus derechos tras la destitución del entonces presidente Fernando Lugo en un juicio político en el Senado.
Actualmente existe una controversia sobre la legalidad o no de la presidencia temporal del organismo tras el anuncio del 29 de julio realizado por Uruguay, en el que avisó que su función al frente de Mercosur terminaba ese día. En reiteradas ocasiones la cancillería venezolana afirmó que tomaba la presidencia porque la rotación por abecedario la habilitaba.
Sin embargo, los presidentes de Argentina, Brasil y Paraguay advirtieron que el Mercosur estaba acéfalo. Uruguay no se había pronunciado al respecto.
«Se decidió otorgar un plazo complementario, hasta el 1 de diciembre de 2016, a fin de que la República Bolivariana de Venezuela dé cumplimiento a las obligaciones asumidas en su Protocolo de Adhesión al Mercado Común Suramericano», se afirma en el comunicado en su parte resolutiva.
Eladio Loizaga, ministro de Relaciones Exteriores de Paraguay, dijo recientemente que un par de compromisos no cumplidos por Venezuela, entre otros, son la promoción y la protección de los derechos humanos y el denominado Acuerdo de Residencia del Mercosur —que garantiza la libre circulación entre los habitantes de los países miembros_, ,los cuales deben ser promulgados como leyes.
Recordó, además, que el país caribeño está incumpliendo el convenio regional de respetar el estado de derecho al no permitir, supuestamente, que las fuerzas opositoras a su gobierno se manifiesten libremente, sin restricciones de ningún tipo.
«Esta Declaración refleja el consenso alcanzado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay para facilitar el funcionamiento del Mercosur y para coordinar las negociaciones con otros países y grupos de países, así como los pasos a seguir para asegurar el equilibrio de derechos y obligaciones en el proceso de adhesión de Venezuela, atento a que este país no ha incorporado normativa esencial en su legislación nacional», dijo.
La cancillería venezolana, por su lado, ha defendido su punto de vista: «Venezuela rechaza categóricamente las maniobras y falsarias antijurídicas de los gobiernos de Argentina, Paraguay e interino de Brasil, la «Triple Alianza», que pretenden vender la infame especie sobre el incumplimiento de Venezuela en los compromisos asumidos en el Protocolo de Adhesión al Mercosur, firmado el 4 de julio de 2006 y entrado en vigor hace apenas cuatro años».
Un asunto de derechos
La decisión de bloquear la presidencia de Venezuela ejerce una gran influencia en las discusiones recientemente revitalizadas sobre el tratado de libre comercio (TLC) entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur. Roberto Moritán, ex viceministro de Exteriores argentino, explicaba recientemente a The Wall Street Journal que «la Unión Europea ha condenado a Venezuela por sus violaciones de derechos humanos punitivas. Nicolás Maduro puede que no sea la mejor cara para el Mercosur en este momento».
La retórica reciente representa un cambio en el plan económico de muchos países de América Latina. En lugar de hacer hincapié en el comercio de productos básicos con China, la mayor parte de los gobiernos de América Latina está centrada ahora en la integración regional y la expansión de los mercados del sector privado.
En el último año, el gobierno venezolano ha mostrado poco progreso en la superación de la crisis interna en la que el Vaticano y la UNASUR han hecho importantes esfuerzos para mediar en el conflicto. Desde el 30 de octubre está instalada la mesa de diálogo entre el gobierno y la oposición en Venezuela, pero sin mayores avances.
Por otra parte, los gobiernos de los presidente de Brasil, Michel Temer, y de Argentina, Mauricio Macri, apoyan la declaración de Moritán y han manifestado públicamente que lo mejor para la unión aduanera suramericana sería voltear la mirada a otras direcciones, lejos de las que plantean países como Venezuela y Uruguay. Lo cual no es poca cosa, pues Macri y Temer controlan las dos mayores economías de la región.
En última instancia, los miembros actuales del Mercosur deberán decidir definitivamente desde este jueves si suspenden o no a Venezuela, pues tiene la responsabilidad de centrarse en el logro de su estabilidad interna. Amanecerá y veremos.