Por Gorka Landaburu
09/02/2017
En la retórica populista de Donald Trump, el objetivo prioritario de su mandato es devolver el poder al pueblo. En apenas una semana de gobierno, el nuevo inquilino de la Casa Blanca ha concitado más contestación y movilizaciones populares que ninguno de sus predecesores. Desde las protestas contra la guerra de Vietnam no había habido una respuesta social tan masiva y contundente.
Sin embargo, las primeras medidas ejecutivas que ha ordenado han desatado le euforia en los mercados financieros al mismo tiempo que la perplejidad en la comunidad internacional, atónita por el discurso y las formas, políticamente incorrectas, del presidente del país más poderoso del planeta.
No ha tenido ni siquiera los cien días de gracia que se conceden a cualquier gobernante. Parece claro que las reglas de juego han cambiado, aunque su proteccionismo a ultranza no acabará con la globalización. Les explicamos por qué y aventuramos cómo hay que interpretar la nueva realidad geoestratégica mundial. También alertamos sobre la banalización del cambio climático y la violación de derechos humanos.
Conscientes de que la brecha de la desigualdad y la insolidaridad se agranda, analizamos el auge de los delitos de odio y la actitud xenófoba que crece en el caldo de cultivo del populismo. Esa lucha por la justicia y la libertad compete al conjunto de la sociedad y en ella están empeñados líderes valientes y audaces como el cardenal venezolano Baltazar Porras, que se esfuerza en mediar desde la moral católica en un conflicto que desintegra y maltrata a su pueblo.
Un análisis sobre el fin de la televisión que conocimos; la espléndida madurez de Nicole Kidman; un acercamiento al islam desde las marionetas del artista egipcio Wael Shawky; el enduendado universo del baile flamenco y los grandes templos del vino forman parte asimismo de las propuestas que les presentamos en nuestro número de febrero.