Por Andrés Tovar
10/03/2017
La ciudad de Londres es reconocida en el mundo económico por ser una de las capitales financieras del mundo. Su centro alberga a las compañías más grandes e importantes de la banca. Sin embargo, es posible que esto cambie muy pronto debido al Brexit. La salida del Reino Unido de la Unión Europea ha puesto en aprietos a varias entidades bancarias que estarían en busca de nuevas locaciones para sus oficinas centrales.
Francia ha tomado esto como una gran oportunidad para atraer talento de todas partes del mundo e instaurar un nuevo centro financiero tan importante como lo era Londres. Para ello, se ha dispuesto la construcción de siete nuevos rascacielos en París donde se pretende que los bancos instalen sus nuevas oficinas, informó Financial Times.
París tiene planificado construir siete torres o rascacielos en La Défense, actual centro empresarial de la ciudad, administrado por Defacto, organismo público creado en 2007 por el Estado francés. Para ello, se han destinado 375 mil metros cuadrados, el equivalente a 50 campos de fútbol. El proyecto estará listo en el 2021 y forma parte de los esfuerzos de la ciudad para atraer a todas las compañías que buscan salir de Londres debido al Brexit.
Francia no es el único país interesado en esto. Otras ciudades han puesto en marcha diferentes esfuerzos para atraer a estos negocios. Entre ellas se encuentran Dublín, Luxemburgo y Frankfurt. Sin embargo, París ha sido la más agresiva en sus tácticas. Marie-Célie Guillaume, jefa ejecutiva de Defacto, señala que con esto se estaría enviando un “poderoso mensaje a las empresas que se encuentran inseguras acerca de su futuro en Londres”.
No obstante, muchos se muestran escépticos ante la idea de que la capital francesa se convierta en el nuevo gran centro empresarial de Europa. Esto se debe a que consideran que el código laboral de Francia es poco flexible, a lo cual se le suman los elevados impuestos y la barrera del idioma. El francés no es una lengua internacional como si lo es el inglés. Ante esto, los reguladores financieros de Francia anunciaron en septiembre que simplificarán los procesos de registro para las compañías que desean ingresar al mercado parisino. Una de las modificaciones más importantes es la admisión de documentos redactados en inglés y no solo en francés.
La apuesta de París es ciertamente arriesgada. ¿Qué ocurrirá con los rascacielos en caso sean pocas las compañías que decidan mudarse a la capital francesa? Pero, tal parece que las autoridades parisinas confían en su proyecto y no se detendrán hasta verlo cumplido.
¿Y Madrid?
La capital española no se ha quedado atrás. Políticos e inversores españoles quieren convertir a Madrid en la nueva plaza financiera de Europa y, de algún modo, acaparar el posible protagonismo que pierda la City de Londres tras el Brexit. Una apuesta totalmente razonable, tomando en cuenta la estrecha relación comercial que existe entre España y Reino Unido -las cuales explicamos en este artículo sobre los posibles efectos del Brexit para España-.
Así, desde mediados del pasado 2016, el Gobierno madrileño encabezado por Cristina Cifuentes trabaja en un plan para hacer de la capital española un centro atractivo para los inversores internacionales y los empleados de la banca de negocios, con ofrecimientos como un máximo en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) del 39% para los directivos y profesionales altamente cualificados que fijen su residencia en la región. Actualmente, el tipo se encuentra en el 43,5%, por lo que se trataría de casi cinco puntos menos. Según cálculos del Consejo de Economistas-Asesores Fiscales (Reaf), un directivo que cobre un millón de euros anuales se ahorraría en impuestos unos 42.000 euros al año si la propuesta finalmente sale adelante.
Asimismo, son varias las entidades bancarias y de servicios financiero que se están planteando redefinir sus estructuras tras el brexit y están buscando alternativas a Londres para emplazar sus oficinas. Para ayudarlas en su decisión la consultora financiera JP Morgan ha recomendado Madrid como la ciudad europea más atractiva por sus costes asequibles y su oferta de instalaciones.
Según la consultora, Madrid supone una opción atractiva tanto en costes de traslado como en oferta de oficinas y suministros “por encima de Frankfurt y Paris”.
Madrid es además la capital europea con más espacio disponible para atraer nuevas empresas; según JP Morgan, el 16% de sus oficinas están libres para nuevas empresas. Muy lejos de otras grandes urbes del continente: en Londres, por ejemplo, ese porcentaje es del 2%, mientras que Dublín y París sitúan su oferta por debajo del 8%.
Además el informe tiene en cuenta que Madrid ya es un gran hub de negocios en Europa y tiene todas las condiciones necesarias para dar respuesta a las demandas de las principales firmas financieras.
La consultora también ha tenido en cuenta un informe reciente del Financial Times que asegura que la capital española está tratando de convertirse en la nueva base de la Autoridad Bancaria Europea, que hasta ahora estaba en Londres.
¿Son posibles las aspiraciones de Madrid? Algunos especialistas opinaron en torno a esta pregunta para un artículo de Knowledge@Wharton, entre ellos Manuel Romera, director del sector financiero de IE Business School, quien afirma que Madrid «cumple perfectamente con todos los requisitos, tanto de seguridad jurídica, como de tejido empresarial para recibir empresas; tiene una situación geo-estratégica única y además está primado el impuesto de la renta de no residentes (24% de tipo impositivo), un impuesto de sociedades a la banca del 25%, frente al 38% europeo; también tiene una buena oferta inmobiliaria (40% en precios más baja a la francesa premium), por tanto, creo que puede ser una ciudad con grandes posibilidades”.
De la misma opinión es José Luis Blanco, socio director en España del bufete estadounidense Latham & Watkins, especializado en operaciones corporativas y financiaciones internacionales. Según explica, “no es descabellado decir que Madrid tiene atributos suficientes que le permitirían ser una plaza financiera de referencia en Europa”. Entre otras cuestiones, señala el tamaño de las empresas españolas o las infraestructuras de las que dispone la capital. Desde el punto de vista inmobiliario, considera que Madrid reúne los requisitos para alojar las sedes de los bancos y fondos, así como oferta residencial suficiente para los empleados de estas organizaciones. Aun así, reconoce que, “en este momento, Madrid no es Londres; y para que esta hipótesis tuviese visos de ser una realidad, tendría que haber verdadera voluntad política”.
En opinión de Juan Ignacio Sanz Caballero, profesor de ESADE Law School, “la cuestión no es tanto si se cumplen o no los requisitos para ser una plaza financiera, sino si se está en disposición de acometer las reformas legislativas necesarias con la finalidad de convertir Madrid en un centro financiero internacional. No sólo desde un punto de vista regulatorio de los mercados, sino desde otras perspectivas, fundamentalmente tributaria, tanto para entidades financieras, como para los profesionales que decidan instalarse en España. Y el riesgo está en no tomar en cuenta el incremento de riqueza que todas estas medidas podrían favorecer”.