Por Efe
18/08/2016
Finalmente, Rajoy se someterá al debate de investidura el 30 de agosto, según ha anunciado la presidenta del Congreso Ana Pastor. Esta fecha supondría, en caso de que fracase esta investidura y pasen dos meses sin que haya sido elegido ningún candidato, que las elecciones generales tendrían que celebrarse el día de Navidad, 25 de diciembre.
El debate comenzará el martes 30 y habrá una primera votación el 31, en la que el candidato tiene que ser elegido por mayoría absoluta; de no ser así habrá una segunda votación 48 horas después, el 2 de septiembre, en la que debe ser elegido por mayoría simple.
Sobre la fecha elegida y el hecho de que si fracasa este proceso de investidura -o las siguientes que puedan celebrarse- supondría que se celebrarían elecciones en Navidad, Pastor se ha limitado a decir que ha tenido en cuenta «lo que comparten la inmensa mayoría de los españoles» y es que España «tenga un gobierno lo antes posible». Pastor ha confirmado que ha comunicado la fecha del debate tanto al Rey como al propio Rajoy.
El líder de la formación naranja, Albert Rivera, en la rueda de prensa posterior a la reunión que ha mantenido con Rajoy en el Congreso, ya había adelantado que la presidenta del Congreso anunciaría la fecha esta tarde y que mañana los portavoces del PP y de Ciudadanos firmarán ese pacto anticorrupción, que contempla las seis medidas planteadas por Rivera para iniciar las negociaciones y recabar su apoyo.
Tras esa firma, ya mañana por la tarde, está previsto que se reúnan por primera vez los equipos negociadores para allanar el camino hacia un acuerdo que será «de investidura», en ningún caso para formar un gobierno conjunto, ha precisado Rivera. Sobre los nombres del equipo de Ciudadanos no ha dicho nada el líder del partido, pero ha apuntado que los dará a conocer en las próximas horas, al igual que hará Mariano Rajoy con su delegación de negociadores.
Sí ha dejado entrever que la fórmula que sigan los equipos de ambos partidos sería similar a la que se ha aplicado en algunas comunidades autónomas donde PP o PSOE gobiernan con el respaldo de Ciudadanos, Madrid o Andalucía por ejemplo.
Rivera, con todo, ha puntualizado que «queda mucho» que recorrer aún, pues se trata del arranque de una negociación cuyo calendario y plazos estarán supeditados a la fecha de investidura. Según ha reconocido, sabe el día porque el líder del PP se lo ha transmitido, pero no lo ha desvelado a los periodistas porque formalmente ese anuncio corresponde a la presidenta del Congreso.
El líder de Ciudadanos ha expresado su satisfacción por el desbloqueo de la situación y por la apertura de una vía de negociación de contenidos, hasta el punto de que ha recalcado que «quien siga haciendo cábalas sobre terceras elecciones, que se las quite de la cabeza». Habrá, ha dicho, un gobierno en minoría y un Parlamento plural, pero el país «se pondrá en marcha».
Con todo, la suma de PP y Ciudadanos resulta en 169 escaños, una cantidad insuficiente para que haya nuevo gobierno a no ser que el PSOE dé su apoyo o se abstenga. Sin mencionar al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, el líder de Ciudadanos ha pedido a los líderes que «estén a la altura», y al Partido Socialista, que demuestre que es «el partido con visión de Estado» que ha demostrado ser porque su historia así lo acredita. «Hay quien pretende jugar con la paciencia de los españoles, pero los españoles han tenido ya suficiente paciencia. No hay ningún político más importante que todos los españoles juntos», ha remarcado.
Sobre qué estrategia o decisiones adoptarán PP y Ciudadanos para que el PSOE se apee del «no» a Rajoy, el presidente de Ciudadanos ha indicado que tales opciones dependen del candidato, no de él. Por tanto, para Rivera, es ahora «el tiempo de la negociación» y de «hablar de los problemas de los españoles», porque el arranque de las conversaciones entre PP y Ciudadanos permitirá que, además de las seis condiciones de regeneración y contra la corrupción, se hable además de la sanidad, la educación o la dependencia.
Se abre, además, «una nueva etapa en la que la nueva política no hará lo mismo que la vieja política», entre otras razones porque no habrá mayorías absolutas y se hacen indispensables el diálogo y la negociación. Por ello, en palabras de Rivera, «ser útil es más importante que creerse importante».