Por Cambio16
ACTUALIZADO 30/10/2016
Mariano Rajoy ha sido investido presidente del Gobierno, tras más de 300 días en funciones, lo que pone fin al bloqueo político que vivía el país. Rajoy se ha sometido a dos debates de investidura y cuatro votaciones desde las elecciones del 26 de junio.
El candidato del PP ha sido investido por mayoría simple al conseguir 170 votos a favor, del PP, Ciudadanos, CC, Foro y UPN, 111 en contra y 68 abstenciones de socialistas.
En contra han votado 15 diputados del PSOE, Unidos Podemos, ERC, PNV, PDECat, Compromís, Bildu y Nueva Canarias.
Nuevo Ejecutivo, el jueves
El líder del PP ha anunciado tras ser investido que dará a conocer los miembros del nuevo Ejecutivo el próximo jueves por la tarde, y los ministros jurarán su cargo el viernes. Antes de hacer públicos los nombres de sus ministros Rajoy se los notificará a Felipe VI.
El jefe del Ejecutivo no ha aclarado, no obstante, cuándo jurará él su cargo ante el Rey, que regresa este domingo de la Cumbre Iberoamericana que se está celebrando en Cartagena de Indias (Colombia).
Está previsto que la presidenta del Congreso, Ana Pastor, acuda este domingo a la Zarzuela para notificar al jefe del Estado la investidura de Mariano Rajoy y firmar el decreto que la hace efectiva y que tiene que ser publicado en el Boletín Oficial del Estado.
¿Quién ha roto la disciplina de partido?
En la sesión de este sábado sólo había 349 diputados, después de que el exlíder del PSOE Pedro Sánchez presentara este mediodía su renuncia al escaño y no hubiera tiempo material para que tomara posesión del acta -si acepta- la siguiente en la lista por Madrid, la concejala del Ayuntamiento madrileño Carlota Merchán
La dimisión de Sánchez, paradójicamente, suponía que a Rajoy le hubieran bastado diez abstenciones -y no once- para ser investido, aunque finalmente ha cosechado 68, todas ellas del grupo socialista.
Se han saltado la disciplina de voto los siete diputados del PSC -Meritxell Batet, Manuel Cruz, Lídia Guinart, José Zaragoza, Mercé Perea, Marc Lamuà y Joan Ruiz- y los parlamentarios Margarita Robles, Zaida Cantera, Sofía Hernanz, Pere Joan Pons, Odón Elorza, Susana Sumelzo, Rocío de Frutos y María Luz Martínez Seijo.
Dos diputadas cercanas al dimitido Pedro Sánchez que formaron parte de su Ejecutiva, la murciana María González Veracruz y la asturiana Adriana Lastra, han utilizado la fórmula «por imperativo, abstención», para acatar la resolución de su partido, pero a la vez dejar constancia de su disconformidad.
Lídia Guinart ha sido la primera diputada socialista en rebelarse contra la disciplina de grupo votando «no», mientras que las abstenciones de este grupo habían comenzado poco antes de la mano del navarro Jesús Fernández Díaz.
Corregir y mejorar
En el discurso antes de la votación, Mariano Rajoy ha asegurado estar dispuesto a «corregir todo lo que merezca corrección, a mejorar todo lo que sea mejorable y a ceder en todo lo que sea razonable», pero ha advertido de que no está dispuesto a derribar lo construido ni a «traicionar» su proyecto político.
Ha explicado que no pide «un cheque en blanco», pero sí encabezar un gobierno que pueda gobernar. «No escatimaré ni tiempo ni dedicación. Trabajaré cada día en la gobernabilidad», ha garantizado. Pero a renglón seguido ha precisado que diálogo no supone traspasar los límites que la realidad impone a todos ni líneas como la estabilidad presupuestaria.
La polémica
El portavoz adjunto de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, ha utilizado toda su intervención en el debate de investidura de Rajoy para arremeter contra los socialistas, a los que ha acusado de «traidores» y de doblegarse ante una «cacique» y a los intereses de los grandes consejos de administración.
«¿No les da vergüenza doblegarse a los designios de una cacique que gobierna la Comunidad Autónoma con una de las tasas de paro y fracaso escolar más altas?», ha espetado a la bancada del PSOE, en alusión a la presidenta andaluza, Susana Díaz.
Rufián, que se ha referido al PSOE como el «PSOE Iscariote que lleva cuarenta años dando una de cal y otra de arena», se ha erigido en portavoz de los socialistas «de corazón», para quienes su abstención de este sábado «ya es demasiado».
El portavoz del PSOE, Antonio Hernando, ha salido en defensa de su partido ante las acusaciones que ha vertido Rufián, al que ha afeado sus expresiones de «odio» y «falta de respeto» contra un partido que «ha vertido sangre» para que él «pueda estar hoy aquí diciendo eso».
Hernando ha pedido la palabra a la presidenta del Congreso, Ana Pastor, para contestar a las acusaciones de Rufián, pero ésta no le ha dado la palabra y, en su lugar, ha preguntado al diputado de ERC si retiraba lo dicho. Como única respuesta, Rufián ha afirmado: «A mí me daría vergüenza».
La intervención de Hernando ha provocado el aplauso no sólo de las filas socialistas sino de la de los diputados del PP puestos en pie. Esta polémica, además, ha provocado un aluvión de reacciones en las redes sociales por parte de numerosos políticos, entre ellos el socialista Patxi López, quien ha afirmado en su cuenta de Twitter que «nos podremos equivocar, pero cualquier militante socialista tiene infinita más dignidad que Rufián. Sólo sabe insultar y destruir».