Por Cambio16 | Efe
24/11/2015
El jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, ha vuelto a criticar la inexperiencia de sus principales rivales en las urnas al decir que «no es bueno para España que nadie venga al Gobierno a aprender», y se ha remitido a la época de José Luis Zapatero para advertir de «los efectos» de dicha inexperiencia.
Rajoy ha participado en la localidad sevillana de Tomares en un acto de precampaña del PP en el que de nuevo ha defendido su gestión de Gobierno y sobre todo ha insistido en que en este momento en el que España afronta «retos muy importantes» se necesita en La Moncloa a alguien «con historial». «Con sus aciertos y sus equivocaciones, pero con historial», ha añadido.
«Ya hemos conocido quién estuvo en el gobierno y llegó para aprender y ya hemos conocido los efectos que se produjeron», ha señalado Rajoy en clara alusión a la Presidencia del socialista José Luis Rodríguez Zapatero.
Y ha insistido en que «lo que no hay que hacer» el 20 de diciembre es apostar por «volver atrás» con los socialistas ni tampoco por los «experimentos» que representan los partidos emergentes.
Sin citar expresamente ni al líder socialista, Pedro Sánchez, ni al de Ciudadanos, Albert Rivera, Mariano Rajoy ha incidido en los riesgos de la inexperiencia, y ha subrayado que para gestionar el país se necesitan «equipos que no se crean de un día para otro», así como «programas» y gente que ya haya estado en otras administraciones gobernando. También se necesita, ha dicho, que el Ejecutivo tenga «un gran partido detrás», como es el caso del suyo, ha dicho, con el PP.
Después de hacer un repaso de su gestión estos cuatro años y subrayar que la España de 2015 no tiene «nada que ver» con la que «recibió» su Gobierno, Rajoy ha insistido en que el rumbo está ya «fijado» y hay que «perseverar» en las políticas que ha llevado a cabo su partido.
A pocos días de que presente el programa electoral del PP en Valencia -el próximo sábado-, Rajoy ha recordado una de sus promesas, una nueva bajada de impuestos.
Además, en estos momentos en los que «se habla de muchas cosas» y se opina «de lo divino y de lo humano», Rajoy ha señalado que un gobernante «nunca puede perder de vista su objetivo» y el suyo, ha dicho, «sigue siendo el mismo»: seguir creando empleo y mantener los servicios públicos fundamentales.