Por HÉCTOR ESTEPA / Atenas
Alea Iacta est para Antonis Samaras y Alexis Tsipras. Los principales aspirantes a gobernar Grecia durante los próximos meses han quemado sus últimos cartuchos en los mítines de cierre de campaña celebrados en Atenas¡. Todo con el objetivo de convencer a los 600.000 indecisos griegos. Una cantidad considerable, si se tiene en cuenta que el censo electoral alcanza los 9,8 millones de personas.
En juego está el futuro financiero del país heleno. Algunas posiciones de ambos partidos parecen haberse modulado, o especificado, en los últimos días, especialmente tras ser difundida la decisión del Banco Central Europeo de comprar a partir de marzo bonos por 60.000 millones de euros mensuales.
“Va a llover el dinero y Syriza está encargando paraguas”, ironizaba el viernes el primer ministro Samaras durante su mitin de cierre de campaña en Atenas, señalando a los izquierdistas por querer cancelar el programa de austeridad cuando lleguen al gobierno, un extremo muy criticado por sus socios en la Eurozona.
Parece que el dinero anunciado por Mario Draghi también ha hecho a Syriza delimitar sus líneas rojas: “Reconocemos nuestras obligaciones frente a las instituciones europeas y a los tratados europeos. Prevén unos objetivos fiscales que deben respetarse, pero no las medidas para conseguirlos”, matizó Tsipras ayer en Creta.
Tenía motivos para felicitarse. Las últimas encuestas publicadas parecen arrojar una mayor ventaja de su partido con respecto al de Samaras. Los izquierdistas radicales parecen llegan a sacar entre 6 y 10 puntos a los conservadores en dos sondeos publicados los días jueves y viernes.
Syriza se sabe cerca de la mayoría absoluta. Que logre llegar a conseguir sentar a 151 diputados en el parlamento (de 300) dependerá tanto de los votos que registre, como de la distancia que le saque a Nueva Democracia, y también del número de partidos que superen el 3% necesario para lograr escaño. Cuantos menos sean esos partidos, menos porcentaje necesitarán los izquierdistas radicales para llegar a ser mayoría. Los expertos, en cualquier caso, no la ven posible si el partido ganador obtiene un porcentaje inferior al 34,5%.
Posibles pactos electorales
Otro debate es el de los pactos postelectorales. Syriza ha rechazado negociar con partidos como Pasok y To Potami, la agrupación del periodista Stavros Theodorakis. Los comunistas del KKE parecen dispuestos a darle calabazas, a pesar del acercamiento que el líder de Syriza ha intentado hacer en los últimos días. Es un partido de corte marxista que considera la izquierda de Syriza como capitalista y lleva desde 2012 criticando el programa y las políticas del partido de Tsipras abiertamente.
Eso deja con pocas opciones al líder izquierdista, descartando, por descontado, a los neonazis de Amanecer Dorado, que estarán muy probablemente en el nuevo parlamento y podrían ser hasta tercera fuerza.
Una opción podría ser la del partido derechista Griegos Independientes, dispuesto a pactar con Syriza. Su ‘spot’ de campaña es, de hecho, un ‘canto’ a esa alianza: su líder, Panos Kammenos, ex diputado de Nueva Democracia, ayuda a un niño pequeño a manejar un Scalextric. Le enseña cómo hacer que no descarrile el vehículo, acelerando y frenando cuando es necesario. La sorpresa llega al final del anuncio, cuando se descubre que el crío se llama Alexis.
El problema para Syriza es que buena parte de sus votantes estarían radicalmente en contra de un pacto con ese partido, por ser una formación nacionalista compuesta por ex diputados de la Nueva Democracia de Samaras. Además de que está por ver si Griegos Independientes logra el 3% de votos necesarios para entrar en el parlamento.
En la sede del partido izquierdista no descartan que se tengan que convocar unas nuevas elecciones si Syriza no gana la mayoría absoluta. Reclaman que no quieren el gobierno, sino el poder, y no creen poder acceder a él en una alianza electoral con otra agrupación.
Un gobierno de unidad nacional sin el partido de Tsipras parece también descabellado, porque el KKE no quiere pactar con nadie, y nadie quiere pactar con Amanecer Dorado, haciendo muy improbable la ecuación.
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