Por Cambio16
09/11/2016
Nadie lo esperaba o lo quería esperar, pero este martes el polémico Donald Trump se ha convertido en el 54. presidente de los Estados Unidos. Ni su discurso xenófobo y misógino, ni su evidente falta de preparación política y académica han frenado a los estadounidenses en su respaldo al magnate que se apunta un triunfo no sólo sobre la candidata demócrata, Hillary Clinton, sino también sobre su propio partido republicano –que no apostaba por él en su mayoría–, sobre la comunidad internacional y sobre el llamado establishment financiero y mediático que había apostado claramente por la aspirante demócrata.
Los primeros efectos de la victoria de Trump no se han hecho esperar. Las bolsas de Londres o Tokio se han desplomado y la prima de riesgo española alcanzaba en la apertura de los mercados la cifra de 114 puntos que no superaba desde el pasado julio. El temor también se ha instalado en la comunidad inmigrante de EEUU. Y es que una de las propuestas estrella del multimillonario ha sido la de poner en marcha deportaciones masivas de inmigrantes irregulares nada más llegar a la Casa Blanca, o la polémica construcción de un muro que separe el país de México y evite así la entrada de más ciudadanos de la nación vecina en busca del sueño americano.
Trump ha logrado 289 votos electorales frente a los 218 obtenidos por Clinton. Superaba así con amplitud la barrera de 270 representantes necesarios para lograr la Presidencia. El multimillonario ha vencido en prácticamente todos los estados clave –Florida, Ohio e incluso Pennsylvania– por lo que ya a última hora de la noche todo el mundo daba por hecha su victoria. Tal y como ha explicado el propio presidente electo durante su discurso en el Hotel Hilton de Nueva York, poco antes de las dos de la madrugada –ocho de la mañana en la España peninsular– recibía la llamada de Clinton felicitándole por su victoria. Minutos antes, el jefe de campaña de la exprimera dama daba a entender a su electorado que la derrota ya estaba confirmada al invitarles a abandonar el recinto en el que seguían la noche electoral.
Cambio de discurso
Y a pesar del tono empleado por Trump a lo largo de la campaña, arremetiendo incluso contra la legitimidad del propio proceso democrático de su país, esta madrugada ha optado por un discurso bien diferente, apelando a la unidad del país y abogando incluso por la reconciliación nacional. Ante un auditorio entregado, el multimillonario ha asegurado que es «la hora de cerrar la división» y de que el pueblo americano se una. «Seré el presidente de todos los estadounidenses», ha dicho, antes de extender su mano para que sus rivales políticos le orienten y puedan «trabajar juntos». «Vamos a servir al pueblo», ha asegurado.
También ha emplazado a poner en marcha una especie de reconstrucción del país al asegurar que durante su mandato, que comenzará el próximo 20 de enero, construirá «suburbios u hospitales». «Pondremos a millones de estadounidenses a trabajar en esa reconstrucción», ha asegurado. Ha lanzado, asimismo, un mensaje a la comunidad internacional al asegurar que su objetivo es llevarse «bien» con «el resto de naciones». «Vamos a tratar a todo el mundo de forma justa», ha concluido. Líderes de todo el mundo, incluido el presidente español, Mariano Rajoy, han trasladado sus felicitaciones al nuevo hombre más poderoso del mundo.