Por Antonio Torres del Cerro | Efe
24/01/2016
El centro-derechista Marcelo Rebelo de Sousa ha sido escogido presidente de Portugal y cohabitará con el primer ministro, el socialista António Costa, en unas presidenciales con récord de candidatos y con una alta abstención (51%).
Rebelo de Sousa, de 67 años, ganó los comicios de este domingo con mayoría absoluta, con el 52% de los votos, porcentaje que le sirve para ahorrarse una segunda vuelta, frente al casi 23 % del ex rector de la Universidad de Lisboa, António Sampaio da Nóvoa, cercano al gobernante Partido Socialista (PS).
«Tenemos que corregir las injusticias que la crisis agravó (…) Es hora de rehacer Portugal», subrayó hoy Rebelo de Sousa en su primer discurso como vencedor de los comicios, en alusión al periodo de convalecencia de Portugal, después de los arduos años del rescate financiero y de austeridad (2011-2014).
El jefe de Estado electo, que sustituirá en marzo al conservador Aníbal Cavaco Silva (2006-2016), mostró en su discurso de esta noche una clara su voluntad de entendimiento y diálogo con el actual Gobierno socialista, en el poder gracias a un pacto con la izquierda radical.
Aunque no tiene poderes legislativos, el presidente de Portugal tiene competencias para vetar leyes, llamar a los partidos para formar gobierno convocar elecciones y hasta disolver el Parlamento.
Fundador y antiguo presidente del hoy opositor Partido Social Demócrata (PSD, centro-derecha), Rebelo de Sousa se ha servido de su imagen de moderación, de su locuacidad y de su tremenda popularidad (fue tertuliano de televisión varios años) para congregar a votantes de la esfera de la izquierda.
El primer ministro António Costa, cuyo partido optó por no apoyar oficialmente a ningún candidato en estas elecciones, felicitó al nuevo presidente y le reafirmó su compromiso de «máxima lealtad y plena cooperación institucional».
La cohabitación en Portugal entre ambos poderes no ha sido siempre cordial y pacífica.
El presidente saliente, Cavaco Silva, y su antecesor, el socialista Jorge Sampaio, adoptaron en sus mandatos posturas menos arbitrarias y más intervencionistas, como el veto de leyes, en el primer caso, y la disolución del Parlamento, en el segundo.
La victoria del candidato de Rebelo de Sousa, católico y europeísta convencido, fue celebrada por el líder de la oposición, el ex primer ministro Pedro Passos Coelho, quien destacó que el triunfo tiene «una autoridad inequívoca» por haber sido en la primera vuelta.
El segundo colocado en las presidenciales fue el académico Sampaio da Nóvoa, que cosechó casi el 23% de las papeletas y un millón de votos.
En un emocionado discurso, el antiguo rector, que no tuvo el apoyo oficial de ningún partido, constató que le faltó «poco» para forzar una segunda vuelta en los comicios.
Rebelo de Sousa consiguió un 52% (2,4 millones de votos), dos puntos porcentuales más que el 50% menos uno que hubiese forzado una segunda vuelta.
La principal sorpresa de los comicios fue la de Marisa Matías, apoyada por el marxista Bloque de Izquierda (aliada en la UE al Podemos español y al Syriza griego).
La eurodiputada Matias, de 39 años, obtuvo un 10% de los votos y superó a la exministra socialista Maria de Belém, que se hundió hasta el 4,24% salpicada por la polémica restauración de pensiones vitalicias para exparlamentarios y antiguos cargos gubernamentales.
De Belém, de 66 años, figuraba en la lista de 30 parlamentarios o exdiputados que pidieron al Tribunal Constitucional una apreciación legal para que les devolviesen las pensiones que les suspendieron en 2015 y que tenían derecho a recibir por tener más de 55 años y sumar doce años de servicio público.
El candidato comunista, el antiguo sacerdote Edgar Silva, también decepcionó en los resultados (acabó quinto, con el 3,95%), mientras que el exconcursante de varios «reality shows» y antiguo dirigente municipal Vitorino Silva (alias Tino de Rans) logró un sorprendente 3,25% de los votos.
Paulo de Morais, vicepresidente de una asociación cívica anticorrupción, acabó séptimo, con el 2,15%.
Los otros tres candidatos lograron apoyos testimoniales: el 0,84% del empresario y antiguo diputado socialista Henrique Neto; el 0,30% del psicólogo y tertuliano Jorge Sequeira; y el 0,23% del ex dirigente regional socialista Candido Ferreira.
La abstención volvió a ser la nota negativa que destacaron los candidatos, pues se situó en un elevado 51,16%, porcentaje, no obstante, inferior al 53,48% de los comicios del 2011.