Por Enrique Rodríguez de la Rubia (Efe)
25/07/2016
Miles de euros al mes, asistentes con cargo al presupuesto de las Cortes, despachos, tiempo adicional en los debates… Es parte del premio –y no menor– por tener un grupo parlamentario propio y todos los partidos pelean por conseguirlo. Sólo así puede explicarse la polémica protagonizada por CDC y también con el PNV después de que el martes pasado afloraran por sorpresa diez votos «anónimos» de diputados nacionalistas en apoyo de los candidatos del PP y Ciudadanos en la Mesa del Congreso.
De inmediato, todas las miradas se dirigieron a CDC, que no tenía todas consigo para conservar grupo parlamentario en el Congreso por primera vez en la historia democrática. Algo similar le pasaba al PNV en el Senado, aunque el PP ya ha anunciado que le prestará varios senadores para cumplir los requisitos.
El Reglamento del Congreso establece que para tener grupo hay que tener un mínimo de 5 diputados y un 15% de los votos en las circunscripciones en las que se presenta el partido. CDC tiene ocho diputados, pero no llega a ese quince por ciento en cada una de las provincias catalanas ni tampoco en el conjunto de la comunidad –porcentaje que se ha usado en otras ocasiones– porque se ha quedado en el 13,92 por ciento de los sufragios, frente al 15,08 de los comicios del 20D.
La compensación
Pese a este contratiempo, fuentes parlamentarias dan por hecho que CDC tendrá grupo propio gracias a una nueva «vuelta de tuerca» del Reglamento y apelando a un antecedente en 1986. Como CDC no llega al 15% de votos ni en todas las circunscripciones ni tampoco en el conjunto de Cataluña, la idea es hacer una media aritmética del resultado obtenido en las cuatro provincias catalanas, con independencia del censo de cada una de ellas. De este modo, Girona, con su 23,2 por ciento de los votos, y Lleida, con el 22,64, compensarán el exiguo 12,26 por ciento de Barcelona y el 13,7 de Tarragona.
Mucho más difícil lo van a tener las «confluencias» de Podemos que, todo indica, volverán a fracasar en su intento de conseguir grupo propio al margen de la matriz de Unidos Podemos. La pasada legislatura, con una mayoría aún más favorable en la Mesa, también se denegó su solicitud en aplicación del Reglamento que prohíbe que candidaturas que no se han enfrentado en las elecciones formen grupos parlamentarios separados. Es patente que En Comú Podem, Unidos Podemos o En Marea no han competido entre sí en los comicios. Los cuatro diputados de Compromís, que concurrieron en la candidatura de «A la Valenciana», ya han avanzado que pasarán al mixto si su candidatura se queda sin grupo.
El próximo martes acabará el plazo de solicitudes y después de un periodo de alegaciones, el viernes quedará culminado el proceso para la creación de los grupos parlamentarios y comenzará la negociación para el reparto de despachos, asistentes y subvenciones. En enero pasado, los ocho grupos del Congreso se repartieron 235 asistentes, 30 más que en la anterior legislatura. Pagados por la Cámara y repartidos en función de su número de escaños, el PP encabezaba el reparto con 81 asistentes, seguido del PSOE con 59, Podemos con 43 y Ciudadanos con 27 ayudantes. La ratio fue prácticamente igual en todos los grupos, de unos 0,66 asistentes por diputado, media que podría mantenerse esta legislatura.
Ayudas y subvenciones
Además de estos asistentes, la Cámara otorga una subvención a cada grupo parlamentario de 28.597,08 euros mensuales, a la que hay que sumar otros 1.645,49 euros por cada diputado al mes. De no modificarse esas cantidades, el PP, con 137 diputados, percibirá por ambos conceptos algo más de 254.000 euros mensuales y el PSOE, que ha perdido cinco escaños, 168.463 euros. CDC se juega ahora conservar sus seis asistentes con cargo al presupuesto del Congreso y 41.761 euros mensuales en subvenciones.
En próximas fechas, la Mesa del Congreso también tendrá que abordar el nuevo reparto de espacios en las dependencias de la Cámara en función de los resultados de las elecciones de junio. No se espera que haya excesivas modificaciones sobre la distribución acordada la pasada legislatura en la que el PP ocupó cuatro plantas completas en el edificio de Ampliación IV y otras dos plantas -las dos últimas- en el edificio de Ampliación II, cuyo acceso está por la calle Cedaderos.
En estos meses, los socialistas han utilizado cuatro plantas, mientras que Podemos ha tenido asignados otras dos, al igual que Ciudadanos. CDC comparte el espacio de una planta del Congreso con el grupo mixto, al igual que ERC y el PNV.