Por Cambio16
28/6/2017
La juventud española experimenta serias dificultades para poder desarrollar un proyecto de vida propio. En el último trimestre de 2016, se ha registrado una caída del 5,26% en la tasa de emancipación de las personas de 16 a 29 años respecto al año anterior, situándose en el 19,5%, es decir, más de 8 de cada 10 personas jóvenes siguen viviendo en casa de sus padres. Éste es solo uno de los datos que refleja el último boletín del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España (CJE), correspondiente al segundo semestre de 2016.
Estas dificultades para abandonar el hogar familiar ponen de relieve la dependencia que las personas jóvenes tienen del “colchón familiar”, ante la debilidad de nuestro Estado del Bienestar y su situación como el colectivo de edad con mayor riesgo de pobreza y exclusión social. En este sentido, la tasa AROPE (2015) refleja que el 38,2% de las personas de 16 a 29 años se encuentran en riesgo de pobreza. “España ocupa un podio de la vergüenza: segundos en desempleo juvenil en Europa. Para colmo, no podemos hablar de recuperación salvo que llamemos empleo a cualquier cosa, aunque nos deje en la pobreza” afirma Víctor Reloba, vicepresidente del CJE y responsable del Área Socioeconómica. Y es que el riesgo de pobreza varía si hablamos de la juventud ocupada (el 24,5% en riesgo de pobreza, es decir, casi 1 de cada 4 jóvenes que trabajan son pobres), inactiva (38,2%) o desempleada (57,9%).
El Observatorio de Emancipación hace un seguimiento periódico de las condiciones socio-laborales y los procesos de transición a la vida adulta de la población joven analizando elementos significativos, como son el empleo y la vivienda. Como pone de manifiesto el estudio, su frágil situación en el mercado laboral y un mercado de la vivienda totalmente inaccesible son las causas de la dificultad para emanciparse de gran parte de las personas jóvenes.
En relación al empleo, nos encontramos con que la precariedad, traducida en temporalidad, parcialidad y sobrecualificación, sigue caracterizando las condiciones laborales de la juventud. En primer lugar, nos encontramos con una tasa de paro de las personas menores de 30 años que alcanza el 31,6%. En segundo lugar, según datos registrados en el Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE), el 92,2% de las nuevas contrataciones realizadas a jóvenes de 16 a 29 años fueron de carácter temporal, los contratos indefinidos sólo fueron el 7,8%. Esto provoca que hayamos batido el récord de temporalidad: un 57,1% de la juventud que trabaja es temporal. Y, por último, si hablamos de sobrecualificación, vemos que el 55,2% desempeña trabajos por cuenta ajena de menor cualificación a la que realmente posee.
La otra línea de estudio del Observatorio de Emancipación es el acceso a la vivienda por parte de la población joven. Según los datos, una persona joven debería destinar el 57,9% de su salario para poder adquirir una casa en propiedad; debería cobrar 4,1 veces su salario solamente para hacer frente al importe de la entrada de una vivienda en régimen de compraventa. Si optamos por el alquiler, el incremento producido en este periodo también hace inviable esta fórmula: una persona joven necesita el 69,3% de su sueldo para alquilar un piso.
Por tanto, con un exiguo salario medio que ronda los 800 euros, la compra, y aún más el alquiler, están por encima del llamado “umbral de sobreendeudamiento” que las propias entidades bancarias fijan en el 30% de los ingresos de la persona. Con estos datos, sólo el 10% con mayores salarios de la juventud trabajadora puede comprar una vivienda sin riesgo de sobreendeudamiento. “Están convirtiendo el derecho a la vivienda en un privilegio, se nos impide tener un proyecto de vida propio” ha denunciado Reloba.
En resumen, el Consejo de la Juventud de España publica el Observatorio de Emancipación para hacer seguimiento y denuncia de las condiciones de vida de nuestra juventud. “No es posible un país sin sus jóvenes: sin una juventud que trabaja, vive y forma una familia la sociedad camina hacia el colapso de las pensiones y el relevo demográfico” ha manifestado Víctor Reloba, responsable del Área Socioeconómica del CJE.