Por Cambio16
El Eurogrupo de este jueves, el tercero que se celebra en cuatro días, terminó de nuevo sin acuerdo sobre el documento presentado por las tres instituciones, que básicamente recoge las propuestas formuladas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), con algunas concesiones a Grecia.
La cita del Eurogrupo se celebró después de que por la mañana el primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, y los máximos representantes de las instituciones acreedoras se reunieran también sin alcanzar un acuerdo.
Las instituciones consensuaron una serie de documentos que elevaron al Eurogrupo y que incorporaban algunos aspectos de las propuestas griegas, pero que «no habían sido aceptados por Atenas», señalaron las mismas fuentes.
La Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) consideraban no obstante que los documentos «podían ser una base para un acuerdo».
El Gobierno griego ya había adelantado que sigue defendiendo la propuesta que presentó el lunes, pues fue «reconocida» entonces «como base de los debates» en las negociaciones por las instituciones, la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el FMI.
El Gobierno heleno rechazó el último documento porque incluía medidas que considera inaceptables en materias como el mercado laboral, las pensiones o la petición de elevar el IVA de los restaurantes, caterings y hoteles hasta el 23% a partir del 1 de julio, explicaron a Efe fuentes del Ejecutivo.
Pese a las dificultades en las negociaciones de las últimas horas, tanto el primer ministro, Alexis Tsipras, como el titular de Finanzas, Yanis Varufakis, se mostraron convencidos de que finalmente su país podrá llegar a un acuerdo con los socios.
También los mercados parecen ver próximo un pacto, pues a pesar de que durante toda la jornada apenas hubo avances en las negociaciones de Bruselas, la Bolsa de Atenas cerró con una subida del 0,10%.
Este optimismo contrasta con las voces de algunos políticos que este jueves ya se preparaban para el peor de los escenarios.
El ministro de Trabajo griego, Panos Skurletis, afirmó que todas las «opciones están abiertas» respecto al resultado de las conversaciones y denunció las últimas acciones de las instituciones como «tácticas dilatorias» fuera de cualquier «ética política».
El líder del partido conservador Nueva Democracia, el ex primer ministro Andonis Samarás, señaló que el futuro europeo del país no es negociable.
«Independientemente de los errores gravísimos de este Gobierno, nuestros socios europeos deben apoyar a los griegos, con solidaridad, porque los griegos han pagado un precio muy alto», afirmó Samarás en un comunicado tras una reunión del Partido Popular Europeo en Bruselas.
Desde el otro extremo político, el secretario general del partido comunista, Dimitris Kutsubas, calificó un posible acuerdo bajo estas condiciones de «guillotina».
En la calle el sentimiento es de preocupación
Yorgos, de 57 años y frutero de profesión, considera que entre un acuerdo muy malo y la ruptura, el Gobierno debe optar por la segunda opción, de lo contrario, considera que la carrera política de Tsipras «habrá terminado».
Una opinión menos radical, pero probablemente más cerca del sentir general, es la que expresa Dimitris, abogado de 31 años, que sostiene que «el corazón insta a optar por la ruptura, pero la lógica pide el acuerdo. Y si la política debe ser lógica, hay que aceptar el acuerdo».
El aplazamiento de una nueva reunión del Eurogrupo al sábado da al traste con el calendario que se había barajado en los medios griegos con vistas a que el acuerdo pudiera ser aprobado por los órganos de Syriza hasta ese día y sometido a votación en el Parlamento heleno el domingo.
De esa forma se podría haber logrado una ratificación en los restantes parlamentos europeos que exigen votación antes del martes, día en que además de vencer la prórroga, Grecia debe devolver un pago de 1.600 millones de euros al FMI, dinero del que no dispone si no logra el desembolso, al menos parcial, de los 7.200 millones del rescate pendientes.
Estaba previsto que este viernes se reuniera el comité central de Syriza y el sábado el grupo parlamentario, donde Tsipras se enfrenta a una serie de diputados que habían manifestado grandes reservas incluso al primer borrador de acuerdo presentado el Gobierno griego el pasado lunes, considerado una «buena base» de negociación.
Hasta ahora no ha habido ningún diputado de Syriza que haya retirado rotundamente su apoyo, pero cinco parlamentarios han condicionado su respaldo a que el compromiso incluya una mención al alivio de la deuda.
También el socio de coalición, el partido nacionalista Griegos Independientes, ha reiterado su oposición al aumento del IVA en las islas, una medida que han señalado como una línea roja y que de ser traspasada han amenazado incluso con abandonar el Ejecutivo.